La nieve atrapa en Galicia a cientos de coches en la carretera
El temporal ha detenido la circulación en la autopista das Rías Baixas, en Ourense, y las clases han sido suspendidas en esta provincia y en Lugo
A la una y media de la madrugada de este lunes el BlaBlaCar de Esteban Estévez, que había salido de Vigo a media tarde del domingo, todavía seguía estancado en el Alto do Padornelo, en la frontera entre Galicia y Castilla y León. La nieve, que hizo esperar a Estévez y a sus tres pasajeros “un mundo” en A Gudiña —un municipio de 1.900 habitantes de Ourense—, cortó el acceso y la circulación a la autopista das Rías Baixas durante dos horas y media —entre las 21.00 y las 23.30 del domingo—. “Con la nevada me comí dos baches enormes y reventé una rueda cuando reabrieron la carretera. Estoy esperando a que llegue la grúa y a ver si el seguro nos manda un taxi para acercarnos a Madrid”, cuenta Estévez, que tiene 30 años, y este lunes, “si llega” a la capital, entra a trabajar a las nueve de la mañana.
Como el coche de Estévez, un reguero interminable de automóviles, camiones y furgonetas hicieron cola durante horas en la salida sur de Galicia. Agentes de la Guardia Civil desviaron el tráfico a A Gudiña para despejar la autopista. La nieve trajo vida a este pequeño municipio gallego, donde los bares, los hoteles y los hostales se llenaron como nunca en la noche del domingo mientras sus televisiones sintonizaban cómo el Barcelona goleaba al Celta por seis tantos a uno en el Camp Nou. Manuel Jiménez, que trabaja de informático en Madrid y también comienza su jornada laboral a las nueve de la mañana de este lunes, prefirió no arriesgar: abandonó su viaje en BlaBlaCar para hacer noche en el hostal Bruma II (A Gudiña) y coger el primer tren hacia la capital a las 06.58 de este lunes. “Era de las pocas pensiones que quedaban libres cuando llamé para reservar una habitación”, dice Jiménez.
Además de la nieve, un accidente en la autopista a la altura de A Canda (Ourense) saturó todavía más el tráfico e incrementó los tiempos de espera. No fue la única incidencia: los arcenes estaban llenos de camiones y coches atorados que no podían circular. La nieve, durante dos horas y media, lo invadió todo. Pablo Pérez, de 28 años, tiene las manos y las mangas de la cazadora negras de intentar arreglar la rueda que pinchó mientras trataba de regresar a Madrid. Pérez, que está parado a un lado de la autopista y viaja solo, cuenta que también va a pasar la noche en un hostal de la zona. “No me queda otra porque no tengo rueda de repuesto y el seguro no me pone taxi a esta hora”, explica Pérez, que dormirá en el Hotel Meleiros, en Puebla de Sanabria (Zamora), a más de 40 kilómetros de A Gudiña.
Carolina Álvarez, que iba a visitar en Madrid a unas amigas hasta el martes por la mañana, viaja en el BlaBlaCar de Estévez. Álvarez, de 23 años, ya no sabe si irá a la capital si al final tienen que hacer noche en un hotel: “Para estar solo media día no sé si me compensa. Es ir para volver". El pronóstico, además, anuncia para este lunes un recrudecimiento con bajadas notables de las temperaturas, más viento y más nieve. Las clases escolares se han suspendido en la montaña de Lugo y Ourense, donde Álvarez quedó atrapada y cinco personas tuvieron que ser rescatadas de su vehículo.
El temporal que azota España también ha dejado incidencias en otros puntos de la Península: una persona desapareció tras un golpe de una ola en Cantabria; en el sur, el viento obligó a cerrar el puerto de Tarifa y en Pontevedra, en pueblos como Redondela, Ponteareas o Porriño, la crecida de varios ríos alcanzó casas y engulló calles.
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