La exigencia de Podemos frena el pacto en el Congreso
El partido de Pablo Iglesias mantiene su petición de grupos diferenciados para sus candidaturas de Galicia, Cataluña y Valencia Ciudadanos pide una Presidencia condicionada al color del futuro Gobierno
Las peticiones de Podemos y, en menor medida, de Ciudadanos ponen en dificultades el acuerdo para la elección de la Presidencia y la Mesa del Congreso de los Diputados, el 13 de enero. Podemos exige contra todos que se reconozcan como grupos diferenciados al partido de Pablo Iglesias y a las candidaturas vinculadas a esta formación que concurrieron en Galicia, Cataluña y Valencia. Albert Rivera quiere que la Presidencia de la Cámara sea provisional a la espera del color del Gobierno.
En todas las reuniones cruzadas, Podemos condiciona el acuerdo a que se les permita crear cuatro grupos parlamentarios: el del partido de Pablo Iglesias y el de las candidaturas con las que se presentó en Galicia, Cataluña y Valencia. Previsiblemente, la negociación durará hasta el mismo día 13 y ese día en todo caso se votará, haya o no acuerdo. El PP aspira en solitario a presidir la Cámara y el PSOE quiere ese cargo con el voto de todos, aunque no es imprescindible el apoyo de Podemos.
Íñigo Errejón explicó este jueves en el Congreso que esta exigencia es fundamental, que sirve para reflejar la pluralidad de España y que, además, ha quedado reforzado en el resultado electoral. De esa forma, los cuatro grupos tendrían mayor subvención del Congreso, intervenciones de todos en los plenos y comisiones y mayor cupo para presentar iniciativas.
Sin embargo, todos los demás partidos cuestionan esta exigencia, porque el Reglamento asegura que miembros del mismo partido no pueden constituir grupos distintos. Esa claúsula se estableció para que, por ejemplo, el PSC no tuviera grupo propio y, sobre todo, para no fragmentar la Cámara en función de las comunidades. Ese artículo es una cautela para que un mismo partido no se parta por comunidades para obtener más ventajas. Podemos argumenta que las candidaturas de Galicia, Cataluña y Valencia son distintas porque incluyen a miembros de otras formaciones y, por eso, en los resultados oficiales se diferencian. Iglesias ha mantenido esta semana reuniones con miembros de las tres candidaturas y a todos les ha prometido que mantendrá el pulso para que puedan constituir grupos propios. Este es, según Podemos, el primer paso hacia el reconocimiento de la plurinacionalidad de España que reclaman al PSOE.
Albert Rivera (Ciudadanos) aseguró que es “una petición absurda” y explicó que es solo por dinero. Dolores de Cospedal (PP) la rechazó de plano. El PSOE la cuestiona en las reuniones, aunque en público se mantiene en la idea de estudiarla en las negociaciones. De hecho, la petición supone un escollo para la elección pactada de presidente y Mesa de la Cámara. PSOE y PP estudian fórmulas alternativas, a la espera de que Podemos las acepte. Una es recurrir a una fórmula que se aplicó en los años ochenta por el entonces presidente del Congreso Félix Pons. Con un acuerdo de la Presidencia de la Cámara se crearon agrupaciones dentro del Grupo Mixto que entonces tenía un número desproporcionado de miembros.
Con esta fórmula, solo habría un grupo de Podemos con posibilidad de organizarse internamente para que puedan intervenir en los debates diferentes portavoces. Una fórmula similar la usaron Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya. Otra opción que estudia el PSOE es que Podemos acepte que se pida un informe jurídico a los letrados de la Cámara. Para eso el partido morado debería comprometerse previamente a aceptar el resultado del informe.
Decisión discreccional
El Tribunal Constitucional se ha pronunciado media docena de veces sobre conflictos para la creación de grupos parlamentarios y siempre lo ha hecho dando la razón a la Mesa del Congreso, incluso aunque las peticiones fueran contradictorias. Su tesis ha sido siempre que el Congreso debe organizarse son sí mismo.
El otro conflicto es la petición de Ciudadanos para que el presidente del Congreso sea provisional, a la espera de conocer el color del Gobierno, para garantizar que sean de partidos distintos. Eso solo se puede hacer por un compromiso político, porque el reglamento no contempla la destitución del presidente o de los miembros de la Mesa. Cospedal y el PSOE rechazan esta fórmula. El PP mantiene que el presidente del Congreso debe ser del grupo mayoritario, es decir, el popular. El PSOE considera que el sistema de elección le favorece, incluso aunque no hubiera acuerdo, porque no sería entendible que Podemos apoyara al candidato del PP y porque todos los demás grupos prefieren un presidente que no sea del grupo mayoritario.
Los socialistas aseguran que no han puesto ningún nombre sobre la mesa, pero han barajado el del exlehendakari Patxi López.
Para la Mesa, el acuerdo que se baraja supondría que PP tuvieran dos representantes, otros dos PSOE, otros dos Ciudadanos y otros dos Podemos.
Con información de Francesco Manetto y Juan José Mateo.
Los grupos quieren que el Congreso tenga actividad aunque haya Gobierno en funciones
Los partidos han coincidido en que el Congreso empiece a trabajar de inmediato. La flexibilidad del derecho parlamentario permite que, por primera vez, puedan tramitarse iniciativas, aunque con alcance muy limitado, con dificultades para culminar el procedimiento y, muy probablemente, sin poder controlar al Gobierno en funciones. Además, en el Senado la mayoría absoluta del PP puede ralentizar hasta frenar las reformas legales, especialmente, las que busquen derogar leyes de la anterior legislatura como la de educación o la de seguridad ciudadana, entre otras.
El Congreso tiene serias dudas sobre la posibilidad de tramitar proposiciones de ley, es decir, tener actividad legislativa, con un Gobierno en funciones. Por ejemplo, duda de si la iniciativa de emergencia social anunciada por Pablo Iglesias puede avanzar en las Cortes antes de la investidura del presidente del Gobierno y sin que tomen posesión los ministros. Según el 126.2 del Reglamento del Congreso, una vez publicadas las proposiciones de ley, se da traslado al Gobierno para que pueda emitir criterio o incluso oponerse por razones presupuestarias. Es discutible que ese criterio lo pueda emitir un Ejecutivo en funciones, según han insistido fuentes parlamentarias.
Solo si se atiende a la costumbre como fuente de este derecho, las iniciativas no pueden ser tramitadas en un momento como el actual porque los criterios aplicados hasta ahora han sido distintos. José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes asegura que “poder se podría. Pero lo lógico es tener primero Gobierno y después discutir iniciativas de grupos. En todo caso, depende de la Mesa”.
De hecho, la ley del Gobierno en su artículo 21 limita las actuaciones de un Ejecutivo en funciones. Por eso, anteriormente, ese plazo ha empezado a contar desde la investidura. Con esa interpretación, no se podrían debatir hasta pasados 30 días hábiles desde la investidura del nuevo Gobierno. Hasta la elección de un nuevo Gobierno es raro que haya sesiones plenarias. No hay preguntas, ni interpelaciones, ni mociones, ni proyectos de ley. Solo en caso de decretos leyes muy urgentes hay plenos.
Además, las comisiones no se constituyen hasta que no hay Gobierno, para que tengan cierto paralelismo con los ministerios que se creen. Es una práctica acordada para hacer coincidir estas comisiones con los ministerios, pero no una exigencia reglamentaria. Las comisiones legislativas son las que tienen que tramitar las proposiciones.
García Escudero desea volver a presidir el Senado
Pío García Escudero quiere repetir como presidente del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y, por tanto, la opción de mantener este cargo sin acuerdos.
La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, aseguró ayer en el Congreso que aún no hay decisión.
En esta Cámara las negociaciones son más sencillas por la capacidad del PP para controlar la Mesa y el funcionamiento del Senado.
¡El PSOE estará en la Mesa y quiere que los 20 senadores de Podemos y las candidaturas próximas estén representadas también en ese organismo de la Cámara alta.
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