El PSOE aprueba sus listas con el malestar por la inclusión de Lozano
Pese al malestar de la federación andaluza, Susana Díaz no se ha manifestado en contra del fichaje de la exdiputada del UPyD
Impecable desde el punto de vista formal. El PSOE ha aprobado sus listas electorales casi por unanimidad del comité federal —tres votos en contra y seis abstenciones—, pero el malestar por la inclusión de la diputada de UPyD Irene Lozano se mantiene en amplias capas de la organización. No hablaron en alto los que están en contra y unos pocos resaltaron la “apertura” del partido a independientes. La presidenta andaluza, Susana Díaz, votó a favor de todas las candidaturas y guardó silencio. En el PSOE se da por seguro que una desautorización de Díaz hubiera sido el inicio de una guerra sin cuartel interna.
Toda suerte de adjetivos calificaron ayer el silencio de Susana Díaz. La jefa del Gobierno andaluz no hizo declaraciones ni antes, ni durante ni después del comité federal. Tampoco ante los medios de comunicación. De su malestar sin paliativos se sabe por la actuación el día anterior del PSOE andaluz en la Comisión Federal de Listas donde su representante, Juan Cornejo, se ausentó. “No puedo votar en contra de una lista que encabeza mi secretario general [Pedro Sánchez], pero tampoco votar a esa señora que ha insultado a Andalucía y a miles de socialistas”, dijo Cornejo. Pero llegó el momento y la delegación andaluza votó ayer todas las candidaturas al Congreso y al Senado. “La responsabilidad” es lo que explica el silencio de Díaz y de otros barones territoriales socialistas que sí hablaron, pero para echar agua al fuego, según explican fuentes de distintas federaciones. A dos meses de las elecciones generales ningún dirigente socialista votaría en contra de la candidatura que encabeza el aspirante a La Moncloa.
Sánchez: “El partido no es de los militantes”
“El PSOE no es patrimonio exclusivo de sus militantes, sino de miles de ciudadanos progresistas que quieren cambiar España”. Esta fue la única alusión que los miembros del comité federal escucharon a Pedro Sánchez en relación al caso Lozano. Fue una idea suya, convencido de que esta incorporación tendrá buena acogida en sectores profesionales y urbanos. Solo la secretaria general de Madrid, Sara Hernández y el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles, defendieron “toda” la lista de Madrid. Robles recordó que personas muy duras contra el PSOE engrosaron después sus filas y citó a Rosa Aguilar, antes de IU, y ahora consejera en el Gobierno andaluz de Susana Díaz.
¿No previó Pedro Sánchez el rechazo que iba a producir el fichaje de una persona que se ha caracterizado por una dureza sin límites en sus descalificaciones al PSOE? Esta es la pregunta sin respuesta que ayer se formulaban asistentes al comité federal. “Esperemos que el verbo fácil que ha tenido contra los socialistas lo emplee ahora para criticar a Rajoy”, ironizó el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, después de resaltar su apoyo a Pedro Sánchez.
Pedir perdón
Este apoyo lo tiene también del presidente extremeño, Guillermo Fernández-Vara, que abrió camino el día anterior al pedir a Lozano que “pidiera perdón a tantos socialistas honrados a los que había ofendido”. No se retracta Vara, pero recalcó que la federación extremeña iba a votar las listas, “como el resto”. “El paso que ha dado lo dice todo”, fue la apreciación de la número uno por Barcelona, Carme Chacón. Si Irene Lozano, después de haber fustigado al PSOE al hermanarlo con el PP en prácticas corruptas, ha entrado en su proyecto, “será porque es ella la que rectifica”. Esta interpretación no convence a quienes creen que el golpe al partido es aun mayor al asignarle el área de “regeneración democrática”.
La reunión del comité federal transcurrió con cierta languidez al no tomar la palabra ninguno de los presidentes autonómicos socialistas. “Los ciudadanos quieren que nos ocupemos de sus problemas”, señaló el jefe de Gobierno valenciano, Ximo Puig, con afán evidente de salir del paso ante las preguntas sobre Lozano y sus acusaciones de corrupción. “El PSOE no es un partido corrupto”, proclamó.
Las circunstancias de que Susana Díaz llegara casi una hora después de la fijada para empezar la reunión, la ausencia del presidente asturiano Javier Fernández, y el abandono paulatino de muchos miembros del comité federal, incluidos algunos presidentes, crearon un clima de cierto desestimiento. Después, caso a caso, se supo que no había una acción concertada. El jefe del Gobierno del Principado había anunciado con mucha antelación que ayer no estaría en el comité federal, pero sí acudirá esta mañana al acto que protagonizará Pedro Sánchez con un buen número de miembros de las listas aprobadas. No se oculta, sin embargo, que Fernández es uno de los dirigentes más dolidos por la incorporación de Lozano. UPyD le retiró su apoyo a mitad de la pasada legislatura y le dejó en situación precaria. Pero, sobre todo, se insiste en que les llamó corruptos.
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