Prisión para los cuatro detenidos por captar mujeres para el Estado Islámico
El juez Santiago Pedraz los ha enviado a la cárcel por integración en banda terrorista
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha enviado a prisión a tres mujeres y un hombre, detenidos esta semana por formar parte de una red que reclutaba a mujeres jóvenes a través de las redes sociales y foros de WhatsApp para enviarlas a luchar a Siria e Irak en el Estado Islámico (EI).
Tres de los implicados han respondido a las preguntas del juez y del fiscal mientras que un cuarto se ha negado a declarar hasta que se levante el secreto del sumario, según señalan fuentes judiciales. Tras escucharles, el juez ha enviado a todos a prisión imputados de un delito de integración en organización terrorista.
La red había captado a través de Internet y WhatsApp a 12 jóvenes, muchas de ellas de Ceuta y Melilla. Las reclutadoras directas eran cuatro mujeres jóvenes, dos de ellas de Melilla —una menor de edad que sido ingresada en un centro de menores de Madrid—, otra de Ceuta, y otra, detenida en Barcelona, natural de Viña del Mar (Chile).
La Comisaría General de Policía detuvo este martes, además, a una quinta persona relacionada con esta red, un hombre que ayudaba a las reclutadoras.
Las fuerzas marroquíes detuvieron, por su parte, a dos hombres en Castillejos, la localidad marroquí pegada a Ceuta, que pasarán a disposición judicial en el país aluí.
La red estaba dirigida por los dos detenidos en Marruecos, aunque estos siempre quedaban en la sombra. El trabajo de captación y leva de acólitas quedaba en manos de mujeres jóvenes, que resultaban “muy eficaces”, según fuentes de la lucha antiterrorista. Las cuatro, según el Ministerio del Interior, “eran convencidas y muy radicales de la causa”, y tenían un manejo fluido de las redes sociales.
Su trabajo comenzaba fundamentalmente en Facebook, donde las reclutadoras insertaban “machaconamente” mensajes sobre “la crisis de valores existente en la sociedad occidental actual”. Esa decadencia solo puede superarse, les contaban a las interesadas, con el islamismo más rigorista.
Las que contestaban y mostraban su interés eran redirigidas a foros privados de WhatsApp, donde empezaba el bombardeo de las reclutadoras para que pasaran a la acción. Y solo si, en foros más restringidos, alguna de las contactadas daba su sí a la yihad más radical, las reclutadoras se encontraban con las reclutadas cara a cara con ellas y ponían su oferta de redención sobre la mesa.
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