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Piquetes mineros cortan el tráfico en la A-6 y N-VI en León

Las columnas asturiana y leonesa que caminan hacia Madrid se han unido hoy en La Robla

Grupos de piquetes mineros, integrados por una veintena de trabajadores de la minería, volvieron hoy a protagonizar altercados con las fuerzas antidisturbios de la Guardia Civil y también con camioneros en la comarca leonesa de El Bierzo.

Los mineros obligaron a dos transportistas a atravesar sus vehículos en la autovía del Nororeste y en la paralela Nacional VI. Fue en el kilómetro 356 de la A-6, a la altura del municipio de Torre del Bierzo, por lo que el tráfico se vio colapsado en ambos sentidos, en dirección a A Coruña y a Madrid.

A los pocos minutos, varias dotaciones de los GRS de la Guardia Civil se personaron en el lugar y los piquetes echaron a correr. Con posterioridad, el piquete se desplazó a la Nacional VI, y a la altura del kilómetro 350 obligó a un caminero a volcar sobre el asfalto la carga de arena que portaba, cerca del puerto del Manzanal.

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Los mineros, que han cumplido 29 días de huelga, también arrancaron las vallas metálicas quitamiedos y las travesaron sobre la calzada, donde depositaron neumáticos y les prendieron fuego con gasolina.

Continúa la ‘marcha negra’

Las movilizaciones se producen en el cuarto día de las marchas negras de los mineros asturianos y leoneses hacia Madrid, que hoy se han fundido hoy en La Robla (León) en un gran abrazo, ante cientos de personas que les han recibido con emoción, aplausos y gritos de apoyo.

Las dos marchas se han unido en la entrada de la localidad leonesa pasadas las 13.15 y han recorrido las calles del municipio hasta la casa consistorial entre dos hileras de personas que les han hecho pasillo y les han jaleado.

Frente al consistorio les ha recibido el alcalde de la Robla, Ángel Suárez, momentos antes de que la concejala de Cultura, Sara Alonso, leyera desde el balcón del Ayuntamiento un poema escrito por un minero de la Hullera Vasco-Leonesa, en el que emplazaba a sus compañeros a que caminaran con orgullo y no se rindieran a la desesperación.

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