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“El ministro que acabó con ETA”

Rubalcaba es aclamado por sus seguidores en Vitoria, Pamplona y Burgos Los asistentes al mitin lo aplauden como el político que forzó el abandono de la banda terrorista

Natalia Junquera

Fue un mitin-desquite. Hasta ahora, Alfredo Pérez Rubalcaba, el que mayor tentación tenía de hacerlo, el exministro del Interior, había pasado de puntillas por el asunto. Incluido el día en que más de 12 millones de personas le escuchaban y veían en el debate con Mariano Rajoy. Hasta ahora habían sido sus teloneros los que le habían atribuido directamente el fin de ETA, los que habían lanzado duros reproches y acusaciones al PP, como el del expresidente Felipe González, que insinuó que los populares habían intentado retrasar el comunicado de la banda hasta después de las elecciones. Pero ayer, en Vitoria, en su primer mitin de campaña en Euskadi, Rubalcaba se permitió lo que no se había permitido hasta ahora. “Hemos peleado y tragado mucho para mantener la unidad contra el terrorismo”, dijo. “Ahora os quiero pedir a los vascos el voto para asegurar la paz”.

Rubalcaba tuvo que subirse ayer a un cajón para saludar a las casi 1.000 personas que siguieron su mitin en una sala anexa porque no cabían en el espacio reservado
Rubalcaba tuvo que subirse ayer a un cajón para saludar a las casi 1.000 personas que siguieron su mitin en una sala anexa porque no cabían en el espacio reservadoMABEL GARCÍA

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, acababa de presentarle como “el mejor candidato” para “hacer irreversible” el fin del terrorismo y garantizar “la reconciliación”. “No es lo mismo”, repitió varias veces, que ese final lo gestione Rajoy a Rubalcaba. “Alfredo nos entiende. Nos conoce muy bien. Es lo mejor para Euskadi”.

El lehendakari, Patxi López, quiso recordar algunos de esos sapos que según Rubalcaba se habían tenido que tragar los socialistas para mantener la unidad frente al terrorismo: “Nos insultaron. Dijeron [el PP] que habíamos traicionado a los muertos, que nos habíamos arrodillado ante ETA. Ahora que ven que hemos terminado con ella sin concesiones, no tienen la gallardía de pedir perdón”.

En la segunda parada de la jornada, en Pamplona, Rubalcaba también fue recibido como “el hombre que ha acabado con ETA”. “¿Qué presidente preferís? ¿El de los hilillos de plastilina o el que ha terminado con el terrorismo?”, dijo la socialista navarra María Chivite al inicio del mitin. El candidato también recogió este guante: “Ahora”, dijo dirigiéndose a los cargos políticos presentes en el acto, “ya no vais a tener que mirar detrás, ni debajo, ni por la ventana por las mañanas, y no sabéis la satisfacción que me produce eso”.

Ayer, en Euskadi, Rubalcaba quiso ser más el candidato para encauzar el final del terrorismo que para sacar a España de la crisis, pero no olvidó el asunto que hoy, sin atentados, es el problema que más preocupa a los españoles: el paro y la situación económica. Repitió, como otros días, sus mantras para superar la crisis: “Para crear empleo hay que gastar dinero público”, “hay que repartir el coste de la crisis y que paguen más quienes más tienen, porque además tienen mucho que ver en la situación en la que estamos”. E insistió también en la ambigüedad de Rajoy, aunque con un símil nuevo, este musical: “Es como esa canción de Simon&Garfunkel, Los sonidos del silencio. Hay silencios muy inquietantes, y el de Rajoy es atronador”, dijo en referencia al “programa oculto” del líder del PP. “Para ser presidente tienes que decirles a los que te van a votar lo que quieres hacer”.

Rubalcaba: “Hay silencios muy inquietantes, y el de Rajoy es atronador

Pero también introdujo un tema nuevo. Un asunto que parecía, hasta ahora, fuera de la agenda electoral, la memoria histórica: “Cuántos disgustos nos ha costado este asunto. Nos dijeron de todo. Pero la gente tiene derecho a saber dónde están enterrados sus familiares. Y eso no es remover nada. Es hacer justicia”. Lo dijo en Pamplona porque en mayo presentará un mapa autonómico de fosas del franquismo.

En Burgos, Rubalcaba se encontró con un viejo profesor de su colegio de El Pilar, al que saludó muy cariñoso, e intervino ante 2.000 personas que abarrotaron el espacio reservado. En su intervención, citó el caso del doctor Luis Montes como ejemplo de cómo el PP demoniza a quienes no comparten sus políticas. El doctor Montes, responsable de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés, fue cesado en 2005 de forma fulminante por el Gobierno de Esperanza Aguirre por supuestas sedaciones irregulares de pacientes terminales. Los tribunales sobreseyeron el caso tres años después.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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