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Un tándem irrepetible Rubalcaba reúne en Sevilla, 15 años después de su último mitin juntos, a Felipe González y Alfonso Guerra, quienes comenzaron siendo casi inseparables y acabaron prácticamente irreconciliables Muchos atribuyen buena parte del éxito de González en la ascensión a la cúpula del PSOE a las hábiles maniobras de Guerra, un experto en la maquinaria del partido. Con la recuperación de la democracia, ambos destacarían por sus dotes como oradores. Capaces de hacer vibrar a miles de personas en los mítines -este de la imagen, también en Sevilla, se celebró 34 años antes del acto con Rubalcaba en Dos Hermanas- en las elecciones de 1977 lograrían situar al PSOE como segunda fuerza política por detrás de la entonces inalcanzable UCD de Adolfo Suárez. PABLO JULIÁ Eterno número dos de González, Alfonso Guerra es el único parlamentario español que ha estado en el Congreso desde las Cortes Constituyentes hasta la última legislatura (previsiblemente estará también en la próxima, ya que encabeza la lista del PSOE por Sevilla). Ambos llegaron a la Cámara antes de cumplir los 40 años, eran los años de dura oposición a Suárez, a los que pertenece esta foto. MARISA FLÓREZ En septiembre de 1979, el PSOE celebraba un Congreso Extraordinario (en la imagen). Pese a los buenos resultados en las urnas, en el partido había crecido una corriente crítica, especialmente después de que Felipe González apostara por retirar la definición del partido como marxista. La negativa que recibió esta propuesta en el 28º congreso (en mayo de ese mismo año) había motivado la dimisión de González. Guerra, que llegaba al encuentro de septiembre como jefe de la delegación andaluza, adquirió gran parte del protagonismo frente a un Felipe González en segundo plano. González salió del Congreso Extraordinario reelegido como secretario general. Guerra sería vicesecretario general. MARISA FLÓREZ "El PSOE asume el marxismo como un instrumento teórico, crítico y no dogmático (…) recogiendo las distintas aportaciones, marxistas y no marxistas, que han contribuido a hacer del socialismo la gran alternativa emancipadora de nuestro pueblo…". Fue la fórmula con la que el Congreso Extraordinario salvó la brecha que se había abierto en el partido. Por eso, en el 29º Congreso, al son de La Internacional , González mostraba orgulloso la imagen de Pablo Iglesias, fundador del partido, mientras Guerra levantaba el puño. Era octubre de 1981, a pocos meses de que el partido cumpliera 100 años… y a un año de ponerse al frente del Gobierno. MARISA FLÓREZ Esta es quizás la foto más famosa de Felipe González y Alfonso Guerra. Sucedió la noche del 28 de octubre de 1982, fecha de la mayor victoria lograda por un partido político en la Democracia (el PSOE obtuvo 202 escaños). Ambos salieron a una ventana del hotel Palace de Madrid, junto al Congreso de los Diputados, para celebrarlo. PACO JUNQUERA / COVER El 1 de diciembre de 1982, Felipe González era proclamado presidente del Gobierno ante la mirada, y el aplauso, de Alfonso Guerra. Este se convertiría en vicepresidente único del Ejecutivo, un cargo que había aceptado diez días antes tras ciertas vacilaciones que hicieron especular en su momento si se había producido un desencuentro entre ambos. “Esas diferencias no existen", declaraba el entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba, en una crónica publicada por EL PAÍS el 29 de noviembre de 1982. MARISA FLÓREZ Aunque el PSOE atribuyó aquellas dudas de Guerra a motivos personales, muchos se preguntaban si se debía a sus divergencias con el equipo económico del primer Gobierno socialista, con Miguel Boyer al frente. En cualquier caso, lo cierto es que Guerra continuó siendo la sombra del presidente tanto en el partido como en el poder. Esta foto, de noviembre de 1984, muestra una de sus charlas en la conocida como M-30 del Congreso , el pasillo más transitado del edificio de la Carrera de San Jerónimo. MARISA FLÓREZ Tras la segunda victoria socialista, en junio de 1986, Alfonso Guerra sería confirmado por Felipe González como vicepresidente del Gobierno. Ambos salieron juntos del palacio de la Moncloa, para hacerse la foto de familia del nuevo Ejecutivo. La sustitución de Miguel Boyer por Carlos Solchaga en el Ministerio de Economía y Hacienda, que se había producido un año antes en una remodelación, no lograría poner fin a las divergencias de Guerra con el equipo económico. MARISA FLÓREZ En 1988, el tándem González-Guerra seguía siendo una realidad también en el partido. En el 31º Congreso del PSOE, celebrado en enero de 1988 en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid, en uno de cuyos despachos fue tomada esta fotografía, ambos seguirían como secretario y vicesecretario generales. Y aunque la imagen del partido socialista seguía siendo la estos dos hombres, en aquel congreso se decidió que las mujeres tuvieran un 25% de representación en los órganos del partido. Guerra anunció entonces una remodelación de Gobierno, que finalmente se llevaría en julio de ese año y daría entrada por primera vez a dos mujeres en un Ejecutivo de Felipe González: Matilde Fernández, con una trayectoria política afín a Guerra, fue nombrada ministra de Asuntos Sociales, mientras que Rosa Conde asumía la Portavocía del Gobierno. MARISA FLÓREZ A principios de la década de los 90, el caso Guerra acaparaba titulares en los medios de comunicación. No se refería al vicepresidente sino a su hermano, Juan Guerra, quien enfrentaría diversas causas judiciales –finalmente, solo hubo una sentencia condenatoria, por delito fiscal relativo a un fraude en las declaraciones fiscales del IRPF de los ejercicios económicos de 1988 y 1989. González llegó a comprometer su continuidad a la de Alfonso Guerra en un debate parlamentario de febrero de 1990. Esta foto, de un Consejo de Ministros del 4 de mayo de 1990, se hizo poco tiempo antes de que las desavenencias entre ambos se hicieran notorias. RICARDO GUTIÉRREZ Pese al abrazo, la relación de los dos dirigentes socialistas se encontraba muy deteriorada cuando se tomó esta foto, durante un mitin en Sevilla en mayo de 1992. Antaño inseparables, Guerra había anunciado su dimisión como vicepresidente en enero de 1991. Lo hizo en un congreso de los socialistas extremeños, aunque la decisión ya era conocida por Felipe González. No renunciaba, eso sí, a su poder en el PSOE: “Me propongo pues dejar mis actuales tareas de Gobierno para dedicarme íntegramente a mi responsabilidad en la dirección del partido socialista. Así se lo he hecho saber al presidente del Gobierno, secretario general y compañero Felipe. Y él ha aceptado mi dimisión”, declaró ante los militantes de Extremadura. Se abría así una lucha por el control del partido que llevaría a acuñar a una de las familias como guerristas , un término que él siempre ha repudiado. PABLO JULIÁ La campaña electoral de 1996 se presentaba complicada y el PSOE puso toda la carne en el asador para intentar repetir una remontada como la de 1993 y evitar una victoria del PP, cosa que finalmente no sucedió. Ese año, ambos se reunieron en Sevilla para un acto de presentación de los candidatos en las autonómicas de Andalucía, que también se celebraban entonces. Sería su último mitin hasta hoy. Sus encuentros por entonces no eran habituales. Aunque intentando adoptar la posición de árbitro, González había dejado que el guerrismo fuera barrido poco a poco de los órganos del partido, especialmente tras el 33º Congreso de 1994, con mayoría de delegados de renovadores e integradores . Guerra, que ese mismo año aseguraría que “del Isidoro de Suresnes al Felipe González de hoy la evolución es muy marcada”, se mantendría como vicesecretario general hasta 1997. RODRÍGUEZ APARICIO En noviembre de 2007, hacía más de una década que Felipe González y Alfonso Guerra no se reunían a solas. La travesía del desierto en la oposición y los años de grandes fracturas en el partido se veían entonces lejanos, con el PSOE en el poder de nuevo tras la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004. Guerra continuaba entonces con su labor de Parlamentario –tendría una actuación destacada en la tramitación del nuevo Estatuto catalán como presidente de la Comisión Constitucional del Congreso- mientras González se mantenía fuera de la actividad política. EL PAÍS decidió juntarles para rememorar el 25º aniversario de la victoria del PSOE. En la crónica de aquel encuentro, publicada del 1 de diciembre de 2007, Jesús Ruiz-Mantilla contaba que se abrazaron al verse e iniciaron rápidamente una conversación, aunque la fotógrafa, Marisa Flórez, tuvo que pedirles que se mirasen más. MARISA FLÓREZ El día en que EL PAÍS les reunió en el Palace, accedieron a repetir la foto de su victoria. ¿Desencuentro cerrado? “Creo que al final mi voz era una voz no grata. Es más grato que te digan sí a todo. Y yo no lo entendí así. Quizá porque soy una rara avis, porque acepto muy mal la adulación. Me irrita profundamente”, reflexionaba Alfonso Guerra sobre su distanciamiento de Felipe González en una entrevista con María Antonia Iglesias publicada por El País Semanal en mayo de 2008. En el mitin de Dos Hermanas con el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, más de 25.000 personas y todos los objetivos prometen estar pendientes de cada gesto que se hagan los dos hombres que llevaron al PSOE de la clandestinidad al poder. MARISA FLÓREZ