14 fotosProstituciónLa prostitución en Uruguay, un empleo con obligaciones pero sin derechosEn Uruguay, la ley recoge que la prostitución es un trabajo, pero la legislación no ha acabado con el peso del estigma Montevideo - 04 jul 2022 - 11:26CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceÚna trabajadora de la whiskeria Pasiones, en la ciudad de Trinidad, en Uruguay. De acuerdo a la ley, aprobada por unanimidad en 2002, la prostitución es una ocupación a ejercer de forma autónoma, jamás para un tercero. La realidad, sin embargo, está hecha de empleo informal y proxenetismo velado, con tarifas impuestas, horarios y servicios por cumplir.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Karina Nuñez, durante la manifestación de la Organización de Trabajadores Sexuales del Uruguay (OTRAS) en el Palacio Legislativo en Montevideo. Esta organización ha presentado propuestas de reforma a la ley 17.515 que regula el trabajo sexual.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Prostíbulo de Amézaga en el Barrio Reus de Montevideo, a pocas calles del Parlamento Nacional. Aquí trabaja Carolina -nombre que usa solo en el ámbito laboral-, de 38 años. Recibe unos diez clientes al día, entre las diez de la mañana y las nueve de la noche.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Alfredo, durante su preparación previa a salir a trabajar, barrio Aguada en Montevideo. Alfredo luchó entre su homosexualidad y la educación religiosa que recibió en su hogar, una familia mormona. Paulatinamente, labró su libertad sexual y se alejó de la iglesia. En algún momento empezó a travestirse. Llegó al parque del Prado por diversión y también porque se enteró de que podía ganarse un dinero con la prostitución.Mauricio Zina (Mauricio Zina)El baño de Alfredo durante su preparación previo a salir a trabajar. Alfredo tarda horas en convertirse en Natalia. Se encierra en este baño minúsculo, frente al espejo, con crema depilatoria, agua oxigenada, base de maquillaje, rimel, blush, polvo, contorno de ojos, perfume, labial, peluca rubia ceniza y sujetador.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Alfredo (Natalia) durante su preparación previa a salir a trabajar, en su casa. Trabaja informalmente en una acera del Parque del Prado, al oeste de la capital, los fines de semana. “El oral cuesta cinco euros, el completo, 15. Pero si un tipo me gusta, no le cobro”, dice.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Alfredo (Natalia) durante su preparación previo a salir a trabajar, en el barrio Aguada, en Montevideo. Quien trabaja seis días por semana gana, en promedio, siete salarios mínimos uruguayos –2.100 euros– según estimaciones de Pablo Guerra, sociólogo de la Universidad de La República. Que aclara: “los ingresos son muy variables: hay quien está bajo la línea de pobreza y quien supera los 6.600 euros mensuales”.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Natalia trabajando en el parque del Prado en Montevideo. En invierno, el viento aquí es gélido. “El peor momento es entre las dos y las cuatro de la mañana. Te pueden robar todo” asegura.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Karina Correa, durante la actuación de la obra 'La aplicación del método' del grupo de primer año de arte escénico de la casa de la cultura de San José, en el teatro Maccio.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Clínica de profilaxis a la que acuden trabajadoras sexuales del Hospital Maciel en Montevideo. Las trabajadoras también tienen el derecho-deber a los controles sanitarios semestrales que “están diseñados para proteger a los clientes, no a las trabajadoras que se sienten objetos de una política más que sujetos de derecho” manifiesta Lilian Abracinskas, de Mujer y Salud en Uruguay.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Whiskeria Pasiones en la ciudad de Trinidad. "Según nuestras encuestas, pocas perciben lo que hacen como un trabajo”, explica Sandra Ortiz, monja y activista de Casabierta, grupo católico de soporte a trabajadoras sexuales.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Una cama de la whiskeria Pasiones, en la ciudad de Trinidad, que también es un prostíbulo. La propietaria, Clementina, exprostituta, explica: “esto era un motel. Le pusimos paredes, la máquina de discos y el caño de striptease. Allí están las habitaciones para los clientes. Las chicas viven en la otra mitad de la casa”.Mauricio Zina (Mauricio Zina)Trabajadoras de la whiskeria Pasiones en la ciudad de Trinidad. Un corredor con pintura carcomida conecta las dos alas de la vivienda. Clementina abre la puerta asegurada con candado y llama a las mujeres. Se acaban de despertar, duermen hasta bien entrada la tarde, luego trabajan de nueve de la noche a cuatro de la mañana. Mauricio Zina (Mauricio Zina)Gianina, una de las trabajadoras sexuales de la whiskeria Pasiones. Cuando se acerca la hora del trabajo, se bajan las luces y las mujeres se maquillan. Toman Martini blanco con pajita, bailan mirándose en los espejos. Un guardia observa la escena. Todo está listo para empezar la noche. No hay letrero y el lugar no se encuentra en internet. Mauricio Zina (Mauricio Zina)