Los primeros tres meses de Sheinbaum: militares desplegados y desprecio a los migrantes

Fue el mismo día, el 1 de octubre de 2024. La presidenta terminaba su fiesta en el zócalo, acababa de dar su segundo discurso y había recibido el bastón de mando de los pueblos indígenas. Faltaban 10 minutos para las 9 de la noche en una jornada histórica. A dos mil kilómetros de ahí, sobre el tramo carretero Villa Comaltitlán y Huixtla en Chiapas, un grupo de 33 migrantes de distintas nacionalidades era atacado por una patrulla del ejército, el resultado: seis personas asesinadas y 12 heridas. Después de esto, ninguno de los sobrevivientes quiso hablar, la versión oficial de los hechos es la única que conocemos. Gracias a un comunicado publicado el 2 de octubre por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional supimos que la culpa había sido de los migrantes porque “se desplazaban dos camionetas de redilas como las que usan grupos delincuenciales en esa región” y esto hizo que “dos elementos (de la Sedena) accionaron su armamento, deteniendo su marcha una de las camionetas”. Confusión, supuestas “detonaciones”, el guion de siempre de las fuerzas militares, el sexenio comenzaba con una masacre migrante.

Días después las enérgicas condenas de siempre, la presidenta Sheinbaum lo calificó como “un hecho lamentable” y señaló que los militares involucrados en los hechos habían sido puestos a disposición de la Fiscalía General de la República aunque la misma Fiscalía horas después corregía estas palabras y aclaraba que los dos militares se hallaban bajo arresto e investigación de sus propias autoridades. Ahí se quedó la investigación, no se le dio seguimiento en ninguno de los días de la conferencia matutina, en ninguno de los 100 días después se volvió a hablar de esta tragedia.

Este hecho que abrió la puerta del sexenio tiene los dos elementos de mayor preocupación de estos primeros tres meses y medio del Gobierno entrante: los militares desplegados por todo el país en tareas de seguridad pública y el desprecio a los migrantes que llegan por la frontera sur de nuestro país.

Centrémonos en el segundo foco rojo, en los migrantes. En su discurso de este domingo 12 de enero, mientras celebraba los primeros 100 días de su Gobierno, la presidenta mencionó dos veces la palabra “migrantes”, pero no haciendo referencia a los que acumulan tragedias en nuestro país sino de los connacionales en Estados Unidos. Hace menos de cinco días, Sergio Salomón Céspedes, exgobernador de Puebla, asumió la titularidad del Instituto Nacional de Migración (INM), cargo que ocupaba Francisco Garduño, responsable de la muerte de 40 migrantes el 27 de marzo de 2023 en la estación migratoria de Ciudad Juárez.

El nombramiento de Salomón Céspedes ya había sido anunciado desde inicios de octubre pasado y causó sorpresa entre las organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes por su nula experiencia en el tema. De miembro del PRI, a presidente del Club Rotario de Tepeaca, secretario del consejo administrativo de la Cruz Roja en ese municipio, coordinador municipal de la campaña de Peña Nieto, diputado del PRI, alcalde por Movimiento Ciudadano, diputado de Morena y gobernador del Estado de Puebla, ahí el curriculum variopinto de alguien que jamás ha tocado la agenda migrante.

La declaración más relevante de Claudia Sheinbaum en estos 100 días en torno a la crisis migratoria ha sido la dicha a finales del año pasado: “vamos a hacer algunas modificaciones al Instituto Nacional de Migración, que permita convertirlo realmente más bien en un instituto de apoyo a la movilidad humana”. ¿Cómo? ¿A qué se refiere con apoyar la movilidad humana? ¿Ocupará al Ejército para esta tarea? (¿Los que masacraron a los migrantes en su primer día en el cargo?). La única respuesta a estas intenciones presidenciales la vemos reflejada en el presupuesto del Instituto para 2025, el INM será la institución que más reducción tendrá, al pasar de mil 897 millones a mil 700 millones, lo que implicaría una reducción de 14%. No ha importado tener en el cuello y con amenazas al presidente electo Donald Trump, desprecio y sin presupuesto ha sido lo que ha marcado al INM estos primeros meses, un plan con perfil humanitario para la comunidad migrante es el gran pendiente de la presidenta en estos 100 días después.