Recursos futuristas para la emergencia climática. Japom
Cualquier análisis de contexto que no tome en cuenta la emergencia climática, cualquier análisis político o económico que no se explique ligándolo a este fenómeno, me parece un peligroso distractor
Hace unos días me di cuenta de que la situación estaba mucho peor. Un malentendido me había hecho creer que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera era menos grave de lo que en verdad es. Carlos Tornel, un especialista en la materia, me precisó los números y algo en mí se desmoronó. Tal vez era la esperanza a la que hasta ahora me aferraba. Ya me parecía alarmante pero ahora me parece una situación desesperada. Ante este escenario, cualquier análisis de contexto que no tome en cuenta la emergencia climática, cualquier análisis político o económico que no se explique ligándolo a este fenómeno, me parece un peligroso distractor. Las reformas constitucionales, los fenómenos migratorios, la inflación o la próxima negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte necesitan ser analizados con la emergencia climática como contexto ineludible y determinante. De no hacerlo así, me parece que los medios de comunicación se concentran en discutir el sexo de los ángeles mientras miles de tropas están por tomar Bizancio. Bajo este punto de vista, la misma elección de Donald Trump en Estados Unidos se convierte así en una noticia climática porque influirá, definitivamente influirá, y no para bien, en todos estos fenómenos como la inusitada fuerza destructora de la DANA en Valencia.
Toda esta crisis a las que nos enfrentamos no será un hecho puntual, la emergencia climática no es un meteorito que destruye todo de inmediato, no tendremos la suerte de los dinosaurios, la emergencia climática no se manifestará como una explosión fulminante, se parecerá más bien a una tortura lenta, aplicada sobre todo a la población más pobre del mundo. Las zonas de sacrificio se irán multiplicando y, ante los desastres, ni el Estado ni el mercado responderán adecuadamente para garantizar la vida y el bienestar de las personas afectadas. El lodo salpicado por el rostro y las manos de la reina Letizia de España en su visita a una de las localidades más afectadas por la DANA es un recordatorio de lo que la organización colectiva es una estrategia siempre eficaz ante la parálisis del entramado institucional.
Cuando vuelvo a sentir desesperanza trato de conjurarla con una estrategia que la humanidad ha utilizado siempre cuando la incertidumbre arrecia: tratar de leer señales en elementos del presente para configurar estrategias que permitan crear un futuro posible que no esté condenado a la distopía.
Quisiera compartir sobre todo dos fuentes de esperanza y estrategia. El primero de ellos es un libro titulado A future history of the 21st century: How we overcame the crisis of civilization (Una historia futura del siglo XXI: Cómo superamos la crisis civilizatoria) de Federico Tabellini. Este libro se escribe en el Siglo XXII, para ese momento, la humanidad ha superado todas las crisis que ahora enfrenta, la economía funciona en buen equilibrio con los ecosistemas y el trabajo no se utiliza como un instrumento de opresión. En ese futuro apacible, un profesor explica cómo fue que la humanidad resolvió los problemas que crearon la emergencia climática. Las soluciones no las provee un Deus ex machina, Tabellini propone soluciones bien ancladas en el presente, complejas pero posibles. Estamos a tiempo.
Otra fuente de estrategia y esperanza es el pódcast 2050: el fin que no fue. Las personas que intervienen en este pódcast, conductores y entrevistados, nos hablan desde el año 2050, para ese momento pudimos evitar lo peor de los efectos de la crisis climática, la humanidad hizo todo lo necesario para que, desde distintos contextos, se tomaran todas las medidas adecuadas para reducir al máximo la emisión de gases de efecto invernadero, la desforestación y el extractivismo. ¿Cómo fue que la humanidad pudo llegar al año 2050 en estas condiciones? Los conductores y los entrevistados te lo van explicando episodio tras episodio, sus voces explican las claves desde el futuro, las claves que evitaron el cataclismo que ya no fue.
Para exigir a los responsables directos que dejen de crear este infierno próximo, este infierno que ya esta sucediendo, es necesario, antes que todo, informase; es posible que la alarma surja cuando los números y los pronósticos desfilen ante nuestros ojos, para ese momento, permítanse espantar el miedo y llamar a la esperanza, para ese momento no dejen de buscar en el futurismo climático claves para luchar. Es posible, a pesar de todo, aún es posible.
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