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Clara Luz Flores: “El momento clave es la definición del voto que se hace el día de la elección”

La candidata de Morena en Nuevo León hace campaña centrada en la seguridad y confía en la percepción de la calle a pesar de las encuestas: “Se siente una necesidad de cambios”

La candidata Clara Luz Flores habla a la prensa durante un evento en la colonia Industrial, en Monterrey
La candidata Clara Luz Flores habla a la prensa durante un evento en la colonia Industrial, en Monterrey.Gladys Serrano
Francesco Manetto

“Hoy en esta colonia, que es de las más inseguras de Nuevo León y de Monterrey, es donde decidimos hacer este anuncio. Aquí y de frente, vamos a resolver el problema de fondo en materia de seguridad. No vamos a tener excusas”. Clara Luz Flores interrumpe su discurso de forma abrupta. Son casi las doce del domingo y en la esquina entre las calles Villagómez y Bocanegra algo no está bien. La candidata de Morena a la gubernatura del Estado norteño se disculpa antes de dirigirse a su vehículo. “Vámonos”. “Acaban de encañonar a nuestro equipo”. “Aquí no es seguro”. En cuestión de segundos, el esquema de protección de la aspirante abandona el lugar.

Minutos después, lo explica en conversación con EL PAÍS en la sala de juntas de la sede de la formación, enfrente de un despacho donde sobresalen una miniatura del póster de la primera campaña de Obama, unas flores y unas alas de ángel. “Este suceso que pasó ahora lo único que hace es reforzar esa idea de que se requiere un Nuevo León más incluyente, con resultados, con efectividad, con experiencia y sobre todo con garantías y transparencia, para que no haya colusión o corrupción”, afirma. Esta política de 47 años nacida en Coahuila ha sido en tres ocasiones alcaldesa de General Escobedo, uno de los municipios del área metropolitana de Monterrey. Cuando empezó su primer mandato, hace más de una década, afrontó una de las etapas más duras de la violencia en la historia reciente de México. Eran los años de los balances diarios de asesinatos, cuerpos destazados y decapitados que dejó la guerra entre los carteles del Golfo y de Sinaloa frente a la organización criminal delos Zetas.

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Flores sufrió 13 atentados. Tres fueron especialmente traumáticos. “Uno de ellos estando embarazada de mi hijo”, relata. “Eso me mueve a poder decidir que no quiero traer a mis hijos a un mundo que no creo que sea igual para todos. Esa es una de las razones definitivamente por las que decidí contender por la gubernatura, porque veo el Estado en condiciones muy similares a dos años previos de cuando se desató esa problemática muy fuerte. Eso es producto de los seis años que hemos tenido de inexperiencia. Tanto seguridad como en movilidad o educación, en la que vamos cayendo permanentemente. Lo único que queremos es que haya oportunidades para todos”, continúa la candidata.

Cuando cortó su presentación en la Colonia Industrial de Monterrey, Flores hablaba de reorganización de los cuerpos de policía municipales y planteaba recuperar a la Fuerza Civil. “Siempre he dicho que un policía bien capacitado, bien dignificado, con un sueldo establecido, con una familia que se sienta orgullosa de él, nunca se va a coludir con personas que no hagan el bien. Al contrario, va a trabajar precisamente para cambiar el entorno de la sociedad, por sus hijos y su entorno. Si pasan ese tipo de sucesos es porque hay policías que lo permiten, porque el policía tiene una línea muy delgada entre darse cuenta y no querer darse cuenta”, señala la exalcaldesa, que mexicanizó un modelo de policía de proximidad aplicado en España, el Proxpol de Castellón.

Clara Luz Flores en su casa de campaña en la colonia Obispado, en Monterrey.
Clara Luz Flores en su casa de campaña en la colonia Obispado, en Monterrey.Gladys Serrano

Flores habla con tranquilidad, con un tono distinto al empleado por sus adversarios en Nuevo León y también lejano del talante polarizador que caracteriza a Morena. Creció como política en las filas del PRI, con el que rompió a principios del año pasado. Recibió ofertas de otras formaciones para encabezar una candidatura y finalmente recogió el guante del partido de Andrés Manuel López Obrador. “Definitivamente, decidí esta coalición porque fue el único lugar donde no se me puso ninguna condición. No se me incluyó ningún compadre, amigo, hermano, pariente que pudiera participar y tener alguna situación de beneficio, y precisamente creo que esto es importante para cambiar y dejar de normalizar la colusión y la corrupción en el país”, asegura.

Hasta el pasado mes de marzo, cabalgando la ola de su popularidad como gestora municipal, la aspirante encabezaba todos los sondeos. Pero de repente la filtración de un video de 2016 en el que aparece junto a Keith Raniere, líder de la secta NXIVM condenado en Estados Unidos a 120 años de prisión por explotación sexual, convulsionó la campaña. Flores, que había negado haberse reunido con el autodenominado gurú, pidió perdón, admitió el error semanas después y aseguró que había buscado ayuda a través de un curso. Esa grabación supuso un punto de inflexión en la carrera electoral y los sondeos registraron su desplome.

Sin embargo, la candidata se muestra optimista ante las elecciones del 6 de junio. “Las encuestas son una fotografía de un momento tomada desde diferentes ángulos, que va a ser diferente siempre de la tomada dentro de una semana, el siguiente domingo, tomada durante los ángulos de todo el día. La última encuesta es esa, la definitoria. Siempre he creído, incluso cuando las encuestas me marcaban arriba, que el momento clave es el momento de la definición del voto que se hace el día de la elección y durante todo el día de las elecciones”, sostiene. “Creo que las encuestas marcan también muchos indecisos, entonces hay personas que ya decidieron qué van a votar y no quieren decir. Lo que yo siento en la calle es que no hay un kilómetro que yo recorra sin que me encuentre una persona que me dice que está conmigo. Lo que se siente y que se está gestando es una necesidad de cambios y de resultados para Nuevo León”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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