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El ‘efecto Samuel García’, la vida en directo que quiere enterrar a la política tradicional en Nuevo León

El candidato de Movimiento Ciudadano ha protagonizado la campaña con una omnipresencia en redes, el impulso de su esposa, Mariana Rodríguez, y un marcado discurso regionalista

Samuel García se toma fotografías con los asistentes a su cierre de campaña en Monterrey.
Samuel García se toma fotografías con los asistentes a su cierre de campaña en Monterrey.Gladys Serrano
Francesco Manetto

Samuel García llega a las tres y media de la tarde. Lleva una playera naranja con bandas negras que advierte “Defensa matona del voto”, en referencia al nombre del grupo de mujeres simpatizantes que el 6 de junio se encargarán de vigilar el proceso electoral en Nuevo León. Le acompañan su esposa, Mariana Rodríguez, y los candidatos locales de Movimiento Ciudadano. García, de 33 años, se dirige al escenario instalado en el estacionamiento de la Arena Monterrey, donde este domingo cerró la campaña que le ha convertido en la sensación política del Estado norteño y, en buena medida, de estas elecciones. El evento, un show de cinco horas con conciertos, reparto de propaganda y calcas en un circuito improvisado de coches, artistas de circo y, por supuesto, discursos y llamamientos al voto, resume el espíritu de las últimas semanas. Pero el efecto Samuel tiene más que ver con la representación de todo eso que con la disputa electoral en sí. Es decir, una vida retransmitida prácticamente en directo en las redes sociales como estrategia para, como suele repetir, “enterrar a la vieja política”.

Aspirante a la gubernatura de Nuevo León, una de las locomotoras económicas de México, García se lanzó a la primera línea en 2015 tras cursar estudios de Derecho y Finanzas. Primero, como diputado del Congreso local. Después, fue senador de la República por Movimiento Ciudadano y ahora busca pilotar el Estado que más representa una alternativa a los equilibrios del poder de Ciudad de México. Cuenta que cuando decidió dar el primer paso trataron de desanimarle. Le dijeron que su municipio, San Pedro Garza García, que concentra la mayor renta per cápita del país, era también el más panista. Lo mismo, asegura, escuchó cuando se postuló para senador. Que no iba a poder contra el PRI. Hoy ese partido y su aspirante, Adrián de la Garza, representan su principal rival, según los estudios de opinión. Esa pugna refleja también una visión irreconciliable de la política.

Ilustración del candidato Samuel García.
Ilustración del candidato Samuel García.JOTA 2021

Los priístas lo llaman “estrella del rock” para descalificarle y subrayan su falta de experiencia mientras aseguran que, con De la Garza, no habrá sorpresas. “Todo va a estar bien”, reza su lema de campaña. García entró de lleno a la pelea y, al igual que Luis Donaldo Colosio, candidato a la alcaldía de Monterrey, lleva semanas advirtiendo preventivamente sobre posibles amaños de los comicios del próximo domingo. “Ni un voto al PRI ni un voto al PAN y a la vieja política”. Ese se ha convertido en su mantra, al igual que rechaza los intentos de sus adversarios de asimilarle a Morena. “Ni un voto a Morena, porque aquí en Nuevo León no es bienvenido”, remachó este domingo con su habitual retórica regionalista.

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La proyección del aspirante de Movimiento Ciudadano, que en los últimos días ha estado acompañado por el coordinador de la formación, Clemente Castañeda, se debe en primer lugar a su omnipresencia en las redes sociales. Eso, en realidad, no basta. Los selfies interminables con simpatizantes, como se ve en cada uno de sus eventos, y las historias de Instagram no son en sí ninguna novedad, forman parte hace años de la rutina de cualquier figura pública. Pero todo cambia cuando hay un guion detrás.

En ello, además de sus asesores, han sido determinante la popularidad y la habilidad de su esposa. Mariana Rodríguez es una empresaria e influencer que aún no ha cumplido 26 años. Tiene un millón y medio de seguidores en Instagram, donde muestra su día a día, de su desayuno al rescate de unos perros abandonados o un tutorial de maquillaje de su firma de cosméticos. Y, por encima de todo, desde hace meses, su implicación en la campaña. Este domingo no tuvo reparos en subirse al techo de los vehículos para pegar reclamos electorales de su esposo, con quien se casó hace poco más de un año. Y ayer recordaba en un video la declaración de amor de García el día en que le propuso matrimonio. “Quiero agradecer a mi complemento, a mi esposa, Mariana Rodríguez, gracias a ella me motivaba a salir a la calle”, ha afirmado el político este domingo entre aplausos de sus simpatizantes.

García utiliza con frecuencia la palabra “entrón”, audaz, porque a todas luces la considera una virtud. Esos atrevimientos, sin embargo, le han llevado a enfrentarse en más de una ocasión a las críticas. Empezando por la exhibición de un estilo de vida desahogado, el tono de los ataques a sus adversarios y sin contar unos comentarios machistas que el verano pasado despertaron una ola de indignación en las redes sociales. A las críticas se han sumado unas investigaciones, abiertas por la Fiscalía General de la República a principios de mayo, por supuestas aportaciones ilícitas a la campaña. El candidato no da señales de temer las pesquisas y hasta habló de eso en su mitin de cierre de campaña, refiriéndose a unas “carpeteas penales” enviadas “esos cobardes del centro”.

Mariana Rodríguez pega propaganda de su esposo en los techos de los autos que asistieron al cierre de campaña en Monterrey.
Mariana Rodríguez pega propaganda de su esposo en los techos de los autos que asistieron al cierre de campaña en Monterrey.Gladys Serrano

Este contraataque no es casual, porque García busca convertirse en un contrapeso del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde el norte. Aunque su perfil está muy vinculado a las dinámicas locales de Nuevo León, una victoria de Movimiento Ciudadano le impulsaría como figura central de la oposición a Morena, en los últimos años se ha aprovechado de la desarticulación del PRI y del PAN. “Nunca vamos a permitir que desde el centro nos maltraten, que desde el centro nos digan qué hacer, pero menos que desde el centro se quieran meter a nuestras tierras”, advirtió el pasado viernes. Si, en cambio, el PRI logra imponerse con Adrián de la Garza convertiría a este dirigente en uno de los principales contrapoderes del presidente. La batalla sigue abierta, aunque desde Movimiento Ciudadano, sin estructura territorial en Estado, aseguran que tienen la victoria asegurada y dan por hecho que habrá un intento de arrebatársela por la vía de esa “vieja política” que, dicen, pretenden enterrar.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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