México esquiva la recesión técnica con un crecimiento económico de 0,2% en el primer trimestre del año

México libra por la mínima la recesión técnica, es decir, la caída de su economía durante dos trimestres consecutivos. De enero a marzo de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció un 0,2% respecto al trimestre anterior, una leve mejoría respecto al último tramo del año pasado, cuando cayó un 0,6%. A pesar de la incertidumbre por los aranceles de Trump y la desaceleración del año pasado, la economía mexicana sorprendió positivamente en el primer trimestre. El impulso de este aumento ha sido propiciado, primordialmente, por un crecimiento de las actividades primarias de un 8,1%. Por el contrario, las actividades secundarias o industriales se contrajeron, a tasa trimestral, un 0,3% y en el sector de servicios el desempeño se mantuvo. A tasa anual, la estimación oportuna del PIB presentó un alza de 0,6%.

Ante el muro arancelario de Estados Unidos, la cautela en las inversiones y una baja en el consumo, la mayoría de los analistas avizoraban que la economía mexicana volvería a estar en terreno negativo durante el primer trimestre del año. Pero no ha sido el caso. El buen desempeño de las exportaciones y un alza en el sector primario, donde se concentran las actividades agrícolas y pesqueras, han evitado este escenario. De enero a marzo, los envíos mexicanos a EE UU no se frenaron, por el contrario, crecieron. Los exportadores aceleraron sus envíos ante el temor a los nuevos impuestos.

Los indicadores más recientes de la actividad económica ya daban luces de esperanza sobre un mejor balance respecto al último tramo de 2024. El Indicador Global de la Actividad Económica en febrero creció 1% respecto al mes previo, el mejor desempeño desde abril de 2023, según cifras desestacionalizadas. Además, el dato de enero se revisó al alza, modificándose de una caída del 0,2% a un crecimiento de 0,1%. La actualización de estos datos llevó a algunos analistas a modificar sus previsiones del terreno negativo a una previsión ligeramente más optimista.

Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, explica que la mejoría del PIB es marginal y aún refleja cierta debilidad, por lo que, aún es prematuro descartar una recesión. “La mayoría de los efectos adversos de los aranceles se mostrarán en las exportaciones de abril y de los meses siguientes, mientras que el impacto de la deportación de trabajadores mexicanos se sentirá en las remesas durante el año. El daño a la economía mexicana se mostrará a partir del segundo trimestre, aumentando así la probabilidad de una contracción económica y haciendo que la mejoría del primer trimestre haya sido solo una sorpresa temporal”, refiere.

El especialista añade que aunque el gobierno está acelerando el ejercicio del presupuesto federal, incluyendo la puesta en marcha de proyectos de infraestructura pública, el desempeño de la economía mexicana aún se verá restringido por la incertidumbre y el daño a la confianza causado por las políticas proteccionistas de Estados Unidos. Por este motivo, Moody’s mantiene su previsión de una caída económica de 0,3% en 2025, que incluye una contracción trimestral en, al menos, el segundo trimestre.

El nerviosismo global generado por la guerra arancelaria de Donald Trump ha ensombrecido los pronósticos sobre el desempeño de la segunda economía de América Latina en 2025. El Fondo Monetario Internacional prevé una caída de 0,3% en el PIB mexicano este año. El organismo internacional aplicó el mayor recorte respecto a su cálculo previo de enero, cuando aún vislumbraba un alza de 1,4%. El impacto de los aranceles impuestos por EE UU, la incertidumbre asociada y las tensiones geopolíticas son algunos de los factores que han llevado al FMI a ajustar a la baja su previsión para México, el principal socio comercial de Washington.

La incertidumbre seguirá marcando la pauta económica en 2025. El Gobierno mexicano mantiene aún su expectativa de crecimiento del PIB este año en un rango de 1,5% a 2,3%, así como una meta de reducción del déficit fiscal de 5,7% del PIB —su nivel más alto de los últimos 30 años— a 3,9% y 4% del PIB este año. Sin una reforma fiscal a la vista, el Gobierno insiste en una mayor eficiencia recaudatoria y en el uso de tecnologías digitales para obtener más ingresos en 2025, pero la duda es si podrá aguantar el paso con una economía con latentes signos de debilidad. Algunos especialistas advierten de que aunque técnicamente México ha esquivado la recesión, en la práctica, ya hay sectores seriamente afectados por la baja de proyectos de inversión y un menor consumo privado.

Hacienda: “La economía mexicana sigue en expansión”

Pese al crecimiento mínimo del PIB de 0,2% a tasa trimestral, la Secretaría de Hacienda mantuvo su pronóstico de crecimiento para 2025 en un rango de 1,5% a 2,3% para 2025. El titular de la cartera, Edgar Amador Zamora, explicó que aunque el crecimiento económico de enero a marzo es moderado, “confirma que la economía mexicana sigue en expansión”.

Amador Zamora reconoció que México encara un entorno de elevada volatilidad por la reconfiguración de la política bilateral con EE UU. “La economía ha enfrentado un ambiente de creciente incertidumbre. Las tensiones comerciales, las políticas arancelarias y el contexto geopolítico han afectado negativamente la percepción de las empresas para consumir e invertir”, indicó. No obstante, adelantó que Washington tendrá un diálogo con algunas de las economías, entre ellas la mexicana, para determinar cuál sería la nueva estructura comercial.

Rodrigo Mariscal, titular de la Unidad de Planeación Económica de Hacienda, reconoció en la misma conferencia de prensa que el desempeño del segundo trimestre del año va a ser fundamental para entender cuáles van a ser los impactos de la política arancelaria y todo lo que ha causado este la economía global para México. “Ahorita estamos viendo todavía expansión y muchas variables se están comportando de manera bastante positiva, lo cual nos da cierta certidumbre”, zanjó.

Durante el primer trimestre del año, los ingresos públicos rebasaron los 2,1 billones de pesos, lo que supone un alza del 11% respecto al mismo periodo del año pasado. Esa bolsa anotó un crecimiento, en gran medida por el alza del 17,8% en los ingresos provenientes de impuestos, principalmente del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Por el contrario, los ingresos petroleros cayeron de enero a marzo casi un 14%.