Bacanora Lithium advierte de que defenderá sus concesiones de litio en México
La empresa estima que podría empezar a invertir 800 millones de dólares en los próximos 18 meses, según afirma su director general, Peter Secker
El Gobierno mexicano canceló las concesiones mineras de litio que la empresa china Bacanora Lithium había ganado hace 12 años en Sonora, pero la firma, filial de Ganfeng Lithium, afirma que la batalla apenas empieza. Peter Scker, director ejecutivo de Bacanora asegura, en entrevista con EL PAÍS, que la compañía navegará el sistema judicial mexicano para defender sus permisos, incluso considera una demanda internacional. “No descartamos nada. Defenderemos nuestra propiedad de las licencias en toda su extensión”, afirma.
Bacanora ha trabajado en Sonora desde 2011. Cuando obtuvieron las licencias con duración de 50 años, no había certeza de que existiese litio en el área, pero el terreno parecía prometedor. De 2011 a 2014, la compañía perforó más de 60.000 metros, lo que arrojó una declaración de recursos estándar que estima que el campo autorizado tiene 8,8 millones de toneladas de carbonato de litio en el suelo, por lo que procedieron a construir una gran planta de demostración, una instalación construida para demostrar a los interesados que pueden extraer y producir el mineral necesario para las baterías de litio que, por ejemplo, usan los vehículos eléctricos. La siguiente etapa sería construir un complejo de 800 millones de dólares para producir el mineral a gran escala.
Pero sus planes se detuvieron abruptamente cuando, en abril de 2022, el Congreso aprobó una legislación minera enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador que convertía al litio en un “mineral estratégico del Estado”. El Gobierno creó entonces Litio Mx, una empresa estatal a la que aún no se le ha dado presupuesto. El decreto mediante el cual se creó la empresa utiliza lenguaje ambiguo que establece que Litio Mx podría asociarse con “instituciones” en sus actividades de minería de litio, que potencialmente podrían incluir empresas privadas con fines de lucro. Semanas después, las concesiones de Bacanora fueron canceladas.
“Durante los últimos 12 años, hemos gastado decenas de millones de dólares en Sonora en estas licencias”, explica Secker desde su oficina en Reino Unido. Cuando se produjeron los cambios iniciales en la ley minera, se entendió que las empresas que tuvieran concesiones válidas recibirían derechos adquiridos a través de los cambios legislativos, señala. “Y luego, obviamente, a principios de septiembre, nos informaron que el Gobierno cancelaría las licencias”.
“No creemos que sea legalmente válido y mantendremos todos nuestros derechos legales para defenderlo porque que hemos gastado muchas decenas de millones. Hemos excedido todos los requisitos de gasto en licencias. Hemos construido una planta piloto, tenemos un diseño para un proyecto que producirá 35.000 toneladas al año de carbonato de litio. Sería una de las plantas más grandes del mundo”, afirmó. Esa cantidad de litio es suficiente para fabricar un millón de vehículos eléctricos, según la empresa.
El año pasado, Bacanora presentó un amparo y todavía están esperando un cronograma para la audiencia en Sonora. Cuestionado sobre si la empresa consideraría recurrir al tribunal de arbitraje para disputas internacionales del Banco Mundial (CIADI), Secker respondió: “Trabajaremos por la ruta legal de México y luego consideraremos cualquier otra cosa en una fecha posterior, pero no descartamos nada. Defenderemos nuestra propiedad de las licencias en toda su extensión”.
Ganfeng tiene minas en Asia, Australia, África y Sudamérica y el tono de Secker es conciliador cuando habla de México. La empresa, dijo, está abierta a trabajar en asociación con las autoridades, ya sea el Gobierno Federal, el Gobierno de Sonora, o con la nueva empresa estatal Litio Mx.
“Ganfeng tiene el dinero para hacer esto. Tiene la tecnología y la gente para desarrollar este proyecto sin ninguna ayuda del Gobierno. Sin embargo, hemos tenido conversaciones con el Gobierno durante los últimos años y estaríamos felices de trabajar con ellos. Sólo tenemos que resolver su aparente intento de cancelar las licencias”, menciona Secker.
Las sugerencias de que la decisión de López Obrador de cancelar las concesiones de la empresa china ha estado influenciada por Estados Unidos, el principal socio comercial de México, no son más que “teorías de conspiración”, afirma Secker. “He escuchado eso antes. Creemos que, desde el punto de vista mexicano, sería mucho mejor tener un centro de litio en Sonora, donde pudieran tener su propio litio, producir sus propias baterías, abastecer sus propios vehículos, y luego entregarlo a los EE UU. Ha habido una motivación política para esto y simplemente tenemos que trabajar con ello”, concluye el ejecutivo.
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