Las horas de tensión que marcaron la caída de Alejandro Gertz
La salida del fiscal general, quien se irá como embajador a “un país amigo”, se produjo tras una filtración y una supuesta carta que el Senado envió a Claudia Sheinbaum

Más de ocho horas de tensión y rumores en el Senado antecedieron la renuncia de Alejandro Gertz Manero a la Fiscalía General de la República (FGR), este jueves. Horas en las que las apuestas corrían entre si el funcionario presentaría su renuncia o sería necesario proceder a la destitución, dada la decisión de Morena de quitárselo de encima, al menos los brazos gubernamental y legislativo del partido. El suspense fue grande, ya que un proceso de remoción habría generado un nuevo escándalo en el oficialismo. Al final, Gertz aceptó salir. Entre medias quedan horas y horas de negociaciones, que EL PAÍS reconstruye en las siguientes líneas.
Fue el coordinador de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Adán Augusto López Hernández, quien dio inicio a este episodio, cuando la noche del miércoles acudió a Palacio Nacional para entregarle a la presidenta, Claudia Sheinbaum, un documento sobre supuestos incumplimientos en la gestión de Alejandro Gertz. Con esa inesperada visita, iniciaron las filtraciones sobre la inminente salida del fiscal. Según ha podido saber este diario, la mandataria veía con buenos ojos la salida de Gertz, dado un enfriamiento en sus relaciones, enraizado en la falta de premura de la FGR en algunos casos, o la falta de coordinación en temas importantes, como la investigación contra el dueño de Miss Universo, Raúl Rocha.
La presidenta admitió la existencia de la misiva que le había entregado Adán Augusto López en su conferencia matutina del jueves, pero dijo que la estudiaría antes de pronunciarse. Pese a las preguntas de una reportera, Sheinbaum guardó silencio sobre su contenido. Y, aunque tocó el tema sin profundizar, sus palabras desataron todo tipo de especulaciones y una serie de reuniones en el Senado, primero en la bancada de Morena, y luego en la Junta de Coordinación Política, donde los coordinadores de la oposición exigieron información al coordinador del grupo mayoritario.
“Lo estoy analizando con los abogados y el día de mañana les informamos”, dijo la presidenta al filo de las 9:00 horas, tratando de enfriar el asunto. Pero los hechos se precipitaron y la renuncia terminó por confirmarse ocho horas más tarde, pasadas las 17.30, cuando el Senado recibió finalmente la carta de Gertz, en la que explica que se retira para aceptar la propuesta de Sheinbaum de ser embajador “en un país amigo”. Para entonces, senadores de varias bancadas llevaban horas hablando en privado de “jaloneos” entre el fiscal y el oficialismo, negociación que, por algún motivo, no se había cerrado con sigilo.

Tras las declaraciones de la presidenta, el tema de Gertz Manero dominó la jornada política y se colocó en el centro de las conversaciones en la Cámara alta, que por ley es el órgano del Estado encargado de nombrar al fiscal y evaluar su gestión y desempeño. Pero la información fluía a cuentagotas, y sólo Adán Augusto López, que se movía entre los curules con la soltura del delegado del salón, parecía tener la película completa, metraje que se negó a compartir con los líderes de los grupos opositores.
Antes de las 10:00 horas ya estaba reunida la Junta de Coordinación Política, en un desayuno informal convocado por Adán Augusto antes de la sesión del pleno. En ese encuentro, privado, el líder de Morena dijo al resto de los coordinadores que era un hecho la salida del fiscal, y dejó entrever que, si no renunciaba, se podría iniciar un proceso de destitución. Los coordinadores le pidieron el documento que habría entregado a la presidenta la noche anterior y, aunque Adán Augusto ofreció que se los haría llegar más tarde, esto nunca ocurrió.
“Yo incluso dudo de su existencia”, dice a este diario uno de los presentes en la reunión, “pero puede ser que esa carta fuera en realidad el inicio de un documento con el que la presidencia iba a mostrarle al fiscal el tono con el que iniciaría su probable remoción”, añade esta persona, que prefiere reservar su identidad.
Los coordinadores de las bancadas de oposición (PAN, PRI y MC) salieron del desayuno, que se prolongó hasta las 11:30 horas, con la certeza de que Gertz Manero se iría en las siguientes horas y de que, en esta maniobra, el Senado y la presidencia (Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum) iban juntos y presionarían hasta lograr la salida de Gertz. Sólo salieron con una duda: si sería renuncia o destitución. Atrás quedaban semanas de penuria para López, señalado por su cercanía con el exjefe de la policía de Tabasco, Estado en que fue gobernador. Hernán Bermúdez, nombrado al frente de la policía hace años por López, está preso, acusado de dirigir un grupo criminal en el Estado.
Sin la certeza sobre cuál sería la forma del ataud político del fiscal, la sesión del pleno del Senado inició a las 12:00, con dos horas de retraso y una orden del día en la que sólo se agendaron la presentación de iniciativas y efemérides -que nadie atendió- y la aprobación de licencias temporales a dos senadores de Morena. Una hora y media más tarde, la presidenta de la Mesa Directiva, Lara Itzel Castillo, declaró un receso y convocó para reanudar a las 14:30 horas.
Las senadoras y los senadores salieron del recinto evitando a la prensa, pues no tenían información precisa sobre el futuro de Gertz, quien a esas horas estaba reunido con su equipo en las oficinas de la FGR. Sólo el guerrerense Félix Salgado Macedonio, de Morena, se paseó por los pasillos del Senado, y dijo en declaraciones informales que la renuncia era un hecho. Sin embargo, las horas pasaron sin que se confirmara lo que comenzó a filtrarse en medios: que la renuncia ya estaba redactada y firmada y que un enviado de la FGR la entregaría al Senado en cualquier momento.

En la bancada de Morena, se sabía que esas horas fueron necesarias para convencer a Gertz, quien se habría negado en un principio a ceder a las presiones para separarse del cargo. Presiones que, para ese momento, no sólo provenían del Senado, sino de la presidencia. En la oficina del renacido Adán Augusto López, se tenía listo un proyecto de dictamen con la destitución, argumentando faltas graves por no haber presentado los informes que el fiscal debe enviar trimestralmente al Senado según la Ley Orgánica de la FGR.
La previsión del senador tabasqueño ya no fue necesaria, pues pasadas las 17.00 llegó la esperada comunicación del fiscal a la sede del Senado. “La famosa carta llegó en el medio tiempo del partido de futbol americano entre Dallas y los Chiefs”, reveló una fuente del Senado. La carta iba dirigida a Laura Itzel Castillo, con un texto de tres párrafos en el que Gertz sólo indica que la presidenta lo propuso para desempeñarse como embajador en “un país amigo”, y solicita al Senado iniciar los trámites para su ratificación en la representación diplomática.
Con la carta en la mano, Laura Itzel Castillo reanudó la sesión a las 18:00 horas, y lo primero que hizo fue leer los tres párrafos de Gertz Manero y solicitar al pleno la dispensa de trámites para votar en ese mismo momento un punto de acuerdo para aprobar la renuncia “por causas graves”, uno de los supuestos qu permite la renuncia del fiscal, cuyo mandato duraba nueve años, hasta enero de 2028. Hacia esa hora, un senador cercano al proceso, consultado por EL PAÍS, lamentaba que había estado “muy mal operado todo”, en “una renuncia que no es una renuncia”.
La dispensa fue aprobada por las bancadas de Morena, PT y PVEM, pero también por el PAN y MC, que querían finiquitar el asunto. Sólo los senadores del PRI votaron en contra de agilizar el trámite, por lo que el debate inició de inmediato, con tres senadores registrados para hablar en favor de aprobar la renuncia y tres en contra. Un debate pactado para que no durara más de una hora, pero que permitió a la oposición poner sobre la mesa las irregularidades ocurridas alrededor de la supuesta renuncia.
De entrada, los senadores Clemente Castañeda, de MC, Manuel Añorve, del PRI, y Raymundo Bolaños, del PAN, dejaron claro que aceptar una embajada no es una “causa grave” que justifique separarse del cargo, como lo estipula la Constitución en su artículo 102. Y denunciaron que se trata en realidad de una maniobra política.
“Llamar a eso causa grave es un insulto a la ley y un manotazo autoritario de Morena. La salida del fiscal no es voluntaria, es una instrucción para tomar el control de la FGR y colocar a un fiscal a modo, uno que no estorbe ante los escándalos de corrupción que todos conocen: Birmex, el huachicol fiscal, La Barredora y muchos más. Una embajada es sólo el barniz diplomático para justificar que ahora el gobierno decide quién se va, qué se investiga y qué se oculta”, dijo Añorve, coordinador de la bancada priista.
Pese a las denuncias, Morena, PVEM y PT aprobaron la renuncia con 74 votos, de los 96 senadores que estaban presentes. Y, en la misma sesión, aprobaron la convocatoria para iniciar el nombramiento de un nuevo fiscal, un proceso que podría llevar al menos dos semanas al oficialismo.
Por lo pronto, antes de que renunciara, Alejandro Gertz hizo un movimiento en el equipo de la FGR: nombró a Ernestina Godoy -consejera jurídica de la Presidencia de la República- como nueva fiscal especial de Control Competencial, justo el cargo señalado en la Ley Orgánica de la FGR para el relevo del fiscal general en caso de ausencia definitiva.
El nombramiento lo firmó el mismo jueves, mientras en el Senado ya se preparaba el terreno para su salida, y beneficia a una militante de Morena que fungió como fiscal general de Justicia en la Ciudad de México durante la gestión de Claudia Sheinbaum como jefa de Gobierno, y que era su consejera jurídica desde octubre de 2024. El hecho de ocupar la FGR de forma interina, según la convocatoria aprobada ayer en el Senado, no inhabilita a Godoy para ser nombrada más adelante como fiscal titular.
Al término de la sesión, el presidente de la Jucopo rompió el silencio y concedió una entrevista de casi diez minutos afuera del salón de plenos. Lucía sonriente y satisfecho con el resultado de la votación. Negó haber sido el artífice de las presiones para que renunciara Gertz o haber entrado en contacto con él durante el día para conminarlo a renunciar. “Hace como mes y medio fue la última vez que hablé con él”, dijo Adán Augusto antes de abandonar la sede del Senado.
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