Un nuevo estudio arroja luz sobre el misterio de la escritura de Teotihuacan, la ciudad de los dioses
La investigación propone un método para descifrar los glifos plasmados en murales y piezas de cerámica de la antigua ciudad mesoamericana, cuyo idioma y filiación étnica siguen siendo una incógnita

Hace unos 1.500 años, Teotihuacan se levantaba como la ciudad más importante de Mesoamérica: una enorme urbe multiétnica dividida en barrios que albergaba poco más de 125.000 habitantes de orígenes diversos y cuya influencia en el arte, el diseño urbanístico, las redes de comercio y la arquitectura se puede rastrear por toda la región. Sin embargo, a diferencia de otras culturas como la maya o la mexica, la escritura teotihuacana presente en murales y piezas de cerámica sigue siendo un misterio. Ahora, un estudio lingüístico de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) ha dado los primeros pasos para descifrar los glifos de Teotihuacan y sugiere que se trata de una forma antigua del yutonahua, una familia de lenguas de la que desciende directamente el náhuatl y otras lenguas como el cora y el huichol.
El estudio, publicado en la revista Current Anthropology, reconstruyó una versión ancestral del náhuatl a través de métodos lingüísticos comparativos para probar si los glifos de Teotihuacán tienen un valor fonético que se puede corroborar y mantener el mismo valor en distintos contextos. “Lo que hemos hecho es reconstruir un estado de la lengua que es pertinente para esa época y hacer pruebas sistemáticas de si eso funciona. Esa lengua parece arrojar varias lecturas prometedoras que pueden explicar cosas que antes no nos explicábamos y que pueden aplicarse en diferentes contextos”, explica a este diario Magnus Pharao Hansen, lingüista y coautor del estudio. “Primero comparamos todas las variantes nahuas que existen hoy día para ver qué tienen en común y qué es distinto, desde El Salvador hasta Durango. Entonces podemos asumir que la lengua madre también tenía esos rasgos en común, diferenciando entre las innovaciones y las cosas que se conservan del estado antiguo. Para hacerlo, se usa conocimiento de cómo son los procesos comunes de cambios lingüísticos en las lenguas del mundo”, asegura el experto.

Un idioma incierto en una metrópoli multilingüística
El consenso científico apunta a que en Teotihuacan, tal y como ocurre en las grandes metrópolis de la actualidad, confluían grupos de distintos orígenes y por lo tanto, se hablaba una diversidad de idiomas. “Tenemos estos barrios foráneos en la gran urbe, el de Oaxaca con zapotecos, un barrio vinculado con el Occidente, otro vinculado con la región huasteca del Golfo, otro con la región maya, por eso sabemos que Teotihuacan fue una metrópolis multiétnica”, explica a EL PAÍS Christophe Helmke, arqueólogo y epigrafista coautor del estudio.
A pesar de que los rasgos propios de la cultura teotihuacana están bien definidos a nivel arqueológico y “se pueden reconocer en la arquitectura, cerámica, o el estilo de pintura mural”, una de las grandes incógnitas de la ciudad mesoamericana radica en la cultura local de sus habitantes, los teotihuacanos, una cuestión que conecta directamente con su idioma. “No sabemos a qué grupo cultural o lingüístico pertenecían”, asegura Helmke, mientras lanza una de las principales hipótesis del estudio: “Lo que sugerimos es que había un grupo yutonahua hablante que tal vez fue uno de los grupos dominantes de Teotihuacan y parece que la mayoría de la escritura está en ese idioma. Tal vez la cultura local y los gobernantes de Teotihuacan también hablaban este idioma y escribían en su propia lengua”, afirma.

Si bien los resultados han proporcionado una base consistente para continuar descifrando los glifos teotihuacanos, los autores coinciden en la necesidad de seguir documentando fragmentos de murales y piezas de cerámica con el fin de ampliar el corpus de escritura y encontrar más combinaciones de glifos. “Tenemos qué buscar más combinaciones de escritura teotihuacana para ver si nuestras lecturas todavía caben o tenemos que ajustar. También nos gustaría desarrollar talleres donde se puedan juntar más especialista de lingüística pero a nivel epigráfico para afinar ideas, revisar hipótesis y venir con nuevas lecturas; por eso nos gustaría juntarnos, sería un placer hacerlo en México para seguir avanzando con este primer paso”, cuenta Helmke. El hallazgo sugiere que las poblaciones yutonahuas pudieron haber estado en el centro de México mucho antes de lo que se creía “hacia el 200 de nuestra era, o antes”, calcula Pharao, y que estas poblaciones participaron como constructores importantes de la cultura teotihuacana.
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