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Arturo Elías Ayub: “México está lleno de grandes oportunidades en este momento”

El empresario reflexiona sobre el momento actual del país y la apuesta, desde la Fundación Telmex, por apoyar la red de banco de alimentos y llegar a millones de personas con hambre

Arturo Elías Ayub
Javier Lafuente

A principios de este año, la Red de Bancos de Alimentos de México se acercó al empresario Arturo Elías Ayub, director de la Fundación Telmex. Desde hace tres décadas, la red recoge alimento en buen estado que las grandes cadenas de supermercados y centrales de abasto ya no van a vender; preparan cajas y lo entregan en las comunidades más necesitadas, un total de 2,5 millones de personas de los 8 millones que, se calcula, padecen hambre en México, apunta Elías Ayub (Ciudad de México, 59 años), mientras explica que le pidieron ayuda para difundir el programa y hacerlo llegar a más lugares. Cuando le contaron a detalle de qué se trataba la labor que realizaban, el también director de alianzas estratégicas y contenidos de América Móvil y de Uno TV, les dijo: “Pídanme mucho más”, cuenta que fue la respuesta antes de dirigirse a su jefe, su suegro, Carlos Slim, el hombre más rico de México, quien ahondó en la idea de Elías Ayub: “Métete con todo, en tres o cuatro años tenemos que llegar a esos ocho millones de personas”.

Durante la entrevista, realizada esta semana en las oficinas de Uno TV, el empresario incide en que la Red de Bancos de Alimentos funciona “muy bien, tienen todo armado”, por lo que el apoyo económico que han empezado a brindar, sin hacer alardes públicos a petición expresa de Slim, es para contribuir a la mejora logística.

Pregunta. ¿Cómo se da forma a un proyecto así?

Respuesta. Desde que le conté al ingeniero [como se conoce en México a Slim] hasta hoy, hemos comprado nueve bodegas de entre 1.500 y 3.000 metros cuadrados, con la refrigeración necesaria; 18 camiones de distinto tamaño dependiendo a dónde van y qué función tienen que tener. La idea es seguir creciendo en ese sentido. Ellos tienen un trabajo muy bien armado, saben perfectamente a quién le entregan y qué le entregan; dónde han de repartirlo. Los recursos que estamos poniendo es para que la logística funcione mejor. El alimento que hoy se recoge para dar de comer a 2,5 millones de personas es el punto cinco del alimento que se podría recoger. Hay un 99,5% más de alimento, millones de toneladas, que se desperdician. ¿Cuál es el cuello de botella? La logística. Es en lo que nos estamos enfocando, en encontrar lugares para almacenar y resolver el tema logístico para que el crecimiento sea mayor.

P. ¿Cómo se mide el éxito de una iniciativa así?

R. Lo más fácil es por el número de beneficiados, claro. Luego, algo más complejo, aunque ellos lo hacen desde hace tiempo, es ver cómo le está funcionando el alimento a los beneficiados. Pero es que estamos yendo a lo más básico de la vida de alguien, para que se puedan resolver muchos problemas alrededor, una persona tiene que poder comer.

P. ¿Qué seguiría?

R. Hay proyectos y programas para todo. Nosotros en la Fundación tenemos programas de educación, de salud, programas de alimentación infantil en los primeros dos años de vida. Esto está dirigido a que la gente coma. Ya habrá otros proyectos para otras cosas, pero este está dirigido para que la gente esté bien alimentada. No desviemos la atención de lo básico.

P. ¿Cómo se integra este proyecto con su idea de legado empresarial y social?

R. Yo tengo la gran fortuna de que el ingeniero [Slim] me haya dado la responsabilidad de dirigir la Fundación Telmex, siempre he dicho que es un trabajo por el que debería de pagar. Son muchos millones de dólares para dar. Obviamente, siempre pensamos en que sean cosas que hagan cambios estructurales en la sociedad, en proyectos que sean masivos. Este en particular se ha convertido en un sentido de vida. Si podemos dar de comer a 5,5 millones de personas más, se cambia un país. A mí lo único que me quita el sueño es el pecado de omisión, porque tengo todas las posibilidades para hacer mucho por los demás. Todo lo que dejo de hacer es pecado de omisión.

Arturo Elías Ayub.

P. Pero hay problemas estructurales que dependen mucho de buenas políticas públicas.

R. Con los años, lo que hemos decidido es que lo que no estén haciendo otros lo hagamos nosotros, de plano. Siempre cuidando no competir, la responsabilidad de un Gobierno es hacer muchísimo más. Pero si hay algo que no se está haciendo, buscamos programas que beneficien a mucha gente, que realmente hagan un cambio estructural en la sociedad. No queremos dar la aspirina, queremos dar el antibiótico.

P. Como empresario, ¿es más desafiante la competencia en el mercado o la construcción de confianza en la sociedad?

R. Creo que la competencia en el mercado es más difícil porque, cuando haces las cosas bien y de corazón, la confianza se construye. A lo mejor la sociedad necesita ver que eres de verdad, pero la gente no es tonta, sabe en quién confiar. Por ejemplo, la Fundación Telmex o la Fundación Carlos Slim no reciben donativos. Todo el dinero ha salido del ingeniero, literalmente, después de pagar impuestos, que es importante decirlo, no para deducirlos. Después de pagarlos, una fundación [Telmex] vale 2.000 millones y la otra [Carlos Slim], 4.000 millones. Y la gente va viendo que te vuelcas en ayudar, eso es confianza. Además, no presumimos lo que hacemos. No porque seamos malos haciéndolo, sino porque el ingeniero no quiere, le gusta hacer cosas sin cacarearlas. Hay que hacer las cosas bien.

P. ¿Qué diría que es hacer las cosas bien?

R. Para empezar, con valores claros, siendo siempre derecho; siendo honesto, con el dinero, pero también con los actos. Es lo más importante. Cuando digo hacer las cosas bien me refiero también a hacerlas eficientes. No solo nosotros, aunque me atrevería decir que somos la fundación más eficiente del mundo. Lo normal es que las fundaciones gasten en operación el 5% del patrimonio, nosotros gastamos muy por debajo del 1%. Los recursos se van realmente a la gente. Como empresario sabes que lo que tienes que hacer es que el dinero rinda para pagar la nómina, los gastos. En una fundación, para que más y más gente sea la beneficiada.

P. ¿Cómo está viviendo la incertidumbre económica global desde México y con un presidente tan volátil como Trump?

R. Como grupo tenemos muchos, Inbursa cumple este mes 60 años. Hemos pasado por muchas crisis y por distintas situaciones económicas, políticas, sociales… El ingeniero Slim siempre cuenta que su papá tenía dos hermanos y cuando empezó la Revolución mexicana le dijeron: “Vámonos de aquí”, y el ingeniero les dijo: “Yo les compro su parte y me quedo en este país”. Así educaron al ingeniero, así nos educó el ingeniero a nosotros. Este es un gran país, lleno de grandes oportunidades en este momento. En situaciones difíciles hay que encontrar esas oportunidades. Siempre hemos creído, creemos y seguiremos creyendo en México.

P. ¿Dónde ve ahora esas oportunidades?

R. Hay que aprovechar nuestra situación geográfica. Somos el vecino del consumidor más grande del mundo, que se está peleando con otros socios comerciales. Se pueden aprovechar muchísimas cosas. La mano de obra mexicana es una gran mano de obra y los productos mexicanos son de una gran calidad. Nuestros vecinos de arriba necesitan mucho de eso. Si están peleados con China, que les manda muchísimos productos, ¿por qué no los hacemos aquí? Hay un espacio enorme para seguir haciendo muchísimo más. Y también es una gran oportunidad para que empresas de todo el mundo, como las grandes empresas españolas, vengan a invertir a México.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.
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