Cuentas ‘mulas’ en México: un esquema de lavado de dinero que se expande en el sistema bancario
El uso de este tipo de cuentas en México se disparó 4,5 veces en cinco años. Los usuarios, reclutados por necesidad económica o extorsión, mueven montos pequeños para el narcotráfico

Entre 2021 y 2024, una presunta “mula de dinero” facilitó el blanqueo de al menos 2,6 millones de dólares provenientes de organizaciones mexicanas del narcotráfico. Según la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el sospechoso abrió cuentas en diferentes bancos en California y realizó 627 depósitos en cajeros automáticos. Además, efectuó al menos 125 transferencias electrónicas, por un total de 1,9 millones de dólares a una cuenta en Intercam, una de las tres instituciones financieras intervenidas en junio por las autoridades mexicanas. Otra supuesta mula, con el mismo método, habría enviado 1,4 millones de dólares adicionales en unos 80 movimientos a la misma entidad, hoy bajo la lupa de reguladores y el público.
La investigación refleja el auge de las cuentas mulas en un sistema financiero presionado por la postura más recia de las autoridades estadounidenses —y, en consecuencia, de las mexicanas— que han prometido intensificar su lucha contra el lavado de activos y el financiamiento de carteles, ahora también catalogados como grupos terroristas por la Administración Trump. Estas cuentas pertenecen a personas, en general ajenas al narcotráfico, reclutadas para ingresar al sistema formal ganancias ilícitas y ocultar su origen.
La firma de tecnología para la prevención de riesgos LexisNexis calcula que el uso de cuentas mulas en México ha crecido 4,5 veces en los últimos cinco años, aunque diferencia dos modus operandis asociados. La mayoría recibe fondos sustraídos en esquemas de fraudes digitales, como estafas románticas, robo de identidad, ataques de ransomware o ingeniería social, es decir, cuando los defraudadores convencen con argucias a los usuarios de compartir sus contraseñas bancarias. Luego, están las personas que prestan sus accesos para desviar los fondos de la venta de drogas a cambio de un porcentaje.
“El fraude digital se mueve con velocidad, porque el objetivo es quitarle los recursos a la víctima lo antes posible y dispersarlos. En el caso de financiamiento al terrorismo y el narcotráfico es una situación más estructurada, que lleva mayor tiempo para organizar y reclutar”, explica Óscar Flores, consultor en fraude e identidad de la empresa. En ambos casos, los delincuentes se aprovechan de la vulnerabilidad económica, la extorsión o la corrupción interna para enlistar mulas que manejan montos pequeños pero frecuentes.
Miguel Ángel Ruíz, consultor en crímenes financieros con experiencia en bancos y en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), señala que suelen mover sumas menores a 100.000 pesos. “La cuenta mula sirve para comprar armas, pagar sueldos o lujos; tiene un uso más operativo”, dice. Describe una tipología detectada por la UIF desde 2019: empleados, amas de casa o estudiantes con cuentas en zonas consideradas de riesgo, asociados a narcotraficantes y sicarios. Según el informe, el pago en dólares por la venta de droga en Estados Unidos se traslada a la frontera, se canjea a pesos en casas de cambio y luego se ingresa al sistema bancario, perdiéndose su rastro.
“Y es muy difícil luchar contra eso, porque la gente reclutada es de tan limitados recursos que acepta cualquier cosa con tal de tener algo más de dinero. No se dan cuenta del riesgo que están corriendo, ni de que los pueden acusar”, agrega el exfuncionario.
Una nueva relación marcada por la vigilancia
La estimación más conservadora de la UIF indica que el lavado de dinero en México equivale al 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) anual. Cálculos privados elevan la cifra hasta el 5% del PIB. Medir el narcolavado con precisión es casi imposible, porque la mayoría de las operaciones ilícitas no se detecta y, cuando se logra, los bancos suelen cerrar las cuentas y envían reportes de alerta a la UIF. Según LexisNexis, a nivel global menos del 10% de las mulas bancarias identificadas son detenidas y menos del 1% enfrenta cargos.
Ruíz describe que durante su tiempo en la UIF, un organismo que no tiene mandato de investigación, sino de monitoreo y análisis de los reportes de actividad sospechosa, privilegiaban los casos que involucraban montos millonarios, siguiendo los lineamientos de los organismos de seguridad, muchas veces limitados por la falta de recursos y personal.
La relación simbiótica entre el narcotráfico y el aparato productivo mexicano ha tensado la relación bilateral con Estados Unidos, que presiona al Gobierno de Claudia Sheinbaum para ponerle límite a estas actividades y sus delitos asociados, como el huachicoleo y la extorsión, especialmente porque permean la frontera. “Habrá mucha más injerencia de las autoridades americanas en operaciones con empresas y ciudadanos mexicanos y latinoamericanos. Al ser el vecino próximo nos van a tocar directamente una serie de acciones que vamos a tener que estar muy listos para poder defender”, advierte José Antonio Quesada, consejero financiero y exfuncionario de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el regulador del sector.
Al interior del sistema, la orden del FinCEN de detener envíos de fondos de Intercam, CIBanco y Vector Casa de Bolsa cayó como una bomba. Incluso antes de la que la medida se hiciera efectiva (se ha prorrogado dos veces), los bancos corresponsales en Estados Unidos cortaron las operaciones con las entidades. En lo local, fueron excluidos rápidamente de hacer envíos dentro del SPEI, el sistema de transferencias inmediatas del Banco de México (Banxico), dejándolos aislados, lo que obligó a las autoridades a la intervención administrativa para minimizar los contagios y la huída de los clientes. La rápida sucesión de eventos resuena como una moraleja para el resto de los jugadores.
CIBanco incluso dijo que la orden constituía su “pena de muerte”, en una demanda que interpuso contra el Departamento del Tesoro, alegando que se vulneró su derecho a la defensa. La Secretaría de Hacienda avaló la transferencia de la división fiduciaria de CIBanco al mexicano Grupo Financiero Multiva, que está en expansión; mientras que el banco digital Kapital, adquirirá parte de Intercam. La presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que redoblará aún más los esfuerzos de prevención y castigo, lo que mantiene al sector financiero en vilo.
“La manera en que opera una cuenta mula es siempre la misma: entra dinero y sale dinero, repetidamente”, explica Carlos Santa Cruz, fundador de Lynx Tech, una empresa de tecnología para la prevención del fraude con clientes bancarios en México. Detalla que las herramientas de inteligencia artificial (IA) y análisis de datos hoy permiten el monitoreo y detección rápida de estos patrones. Aunque advierte que para lograrlo se requiere de voluntad compartida.
“¿Por qué un banco implementa controles contra el fraude o el blanqueo de capitales? En el caso del fraude es claro: mientras más fraude haya, más dinero pierde. En el lavado de dinero no es así; ocurre justo lo contrario: mientras más dinero entre al banco, mejor. Por eso debe ser el regulador quien imponga una multa gigante y, después, vienen las crisis reputacionales (...). Ahora, el regulador va a presionar al sistema financiero para que adopte las medidas necesarias”, concluye.
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