Marco Ebben, el narco holandés asesinado en Atizapán: un escurridizo criminal que llegó a Sinaloa de la mano de La Mayiza

Marco Ebben, un escurridizo narcotraficante holandés de 33 años, fue asesinado a tiros este jueves dentro de una zona habitacional en Atizapán de Zaragoza, un municipio del Estado de México, ubicado a unos 30 kilómetros de Ciudad de México. El hombre recibió por lo menos 15 disparos, mientras caminaba hacia su auto blindado. Ebben había ingresado en 2023 a la lista de los criminales más buscados por Europol, y tenía una condena de cárcel pendiente de siete años. Según reportes de medios y periodistas holandeses, Ebben había contactado con un hijo de Ismael El Mayo Zambada para permanecer oculto en Sinaloa, mientras participaba en la disputa dentro del cártel del mismo nombre, que lleva más de cinco meses librándose en Culiacán.

El nombre de Marco Ebben y el de su padre, también narcotraficante, Hank Ebben, saltó a los reflectores públicos en 2019, cuando se publicó el libro La mafia de la cocaína de Schiedam (De Schiedamse cocaïnemaffia), escrito por el periodista Jan Meeus, en el que hace una revisión del mundo de la droga en Holanda y específicamente en las raíces que encuentra en la ciudad —ubicada entre Róterdam y Vlaardingen— a unos 80 kilómetros de la capital, Ámsterdam. En el libro, el autor basa su relato en entrevistas y documentos oficiales sobre situaciones de corrupción y de tráfico de cocaína que sucedieron en el entorno de los Ebben. Como el episodio entre 2014 y 2015 en el que presuntamente Marco Ebben y su padre trasladaron más de 400 kilos de cocaína escondidos en contenedores de piñas desde Brasil hacia Europa, un envío que pudieron llevar a cabo presuntamente gracias al soborno millonario a un funcionario de aduanas que se aseguró de que el cargamento no fuera revisado.

Las imágenes del cuerpo de Ebben, arrojado al suelo entre dos camionetas blindadas, y la noticia de su asesinato a manos de presuntos sicarios que le dispararon en más de diez ocasiones, se han hecho virales y han dado la vuelta al mundo, después de que en octubre de 2024, el narcotraficante simulara su muerte tras presuntamente haber participado en un enfrentamiento en Culiacán, Sinaloa. Solo unos días después, el periodista policiaco del medio holandés De Telegraaf, John van den Heuvel —que le ha seguido la pista a los Ebben desde hace años— había declarado que, aunque la familia estaba convencida de la muerte de Marco, él tenía sus reservas, pues no existían todavía pruebas del asesinato. Sin fotos, ni actas, ni videos. Solo la declaración de su novia, quien había asegurado que reconoció el cuerpo de Marco en una morgue de Sinaloa. “Esto podría ser un truco del narcotraficante Marco Ebben”, dijo Van den Heuvel.

En una entrevista de diciembre de 2024 a Van den Heuvel, el también periodista holandés Sven van der Meulen, le pregunta la razón por la que un narcotraficante como Ebben había ido a dar a Culiacán, un territorio que vive una narcoguerra entre dos facciones del cártel de Sinaloa y en el que sería peligroso incluso para él encontrarse bajo fuego y en la mira de la policía. En el episodio, titulado Marco Ebben: ¿asesinado o desaparecido?, Van den Heuvel cuenta que “es lógica la decisión de irse a México”, un país en el que considera que la policía muchas veces no tiene la capacidad de cubrir la violencia desatada o que simplemente no hace lo que tiene que hacer.

Además, Van den Heuvel da nuevos detalles sobre la llegada de Ebben a México: dice que un hijo de El Mayo Zambada ha tenido contacto con él y que le ha ofrecido permanecer a su lado mientras las autoridades le vuelven a perder la pista. Para esos días, Ebben —que huye de Holanda en cuanto tiene oportunidad para librarse de las autoridades y las órdenes de detención— ya ha pasado por Italia, Rusia y Turquía. En este último país, sufre un ataque a tiros mientras viajaba en una carretera, del que sale vivo.

En octubre de 2020, Ebben fue sentenciado a siete años y cuatro meses de prisión por el tráfico y contrabando de cocaína desde Brasil. También había enfrentado en 2015, acusaciones, junto con su padre, de tráfico de sustancias ilícitas en Holanda.

Autoridades locales de Ciudad de México y del Estado de México informaron que entre las pertenencias de Ebben encontraron una identificación oficial mexicana (del Instituto Nacional Electoral, INE) y una más de la Administración de Control de Drogas (DEA).