García Harfuch asegura que La Mayiza y Los Chapitos se han debilitado tras cuatro meses de guerra en Sinaloa

Las facciones que se disputan el control del Cartel de Sinaloa acusan el desgaste tras cuatro meses de conflicto. Así lo aseguró Omar García Harfuch en La Mañanera de este viernes. El zar de Seguridad de Claudia Sheinbaum defendió los resultados de la estrategia contra la crisis de violencia en el noroeste de México y sostuvo que en los últimos días se ha logrado inhibir los enfrentamientos entre Los Chapitos y La Mayiza, el grupo leal a Ismael El Mayo Zambada. “Se ha debilitado a las células delictivas que generan más violencia”, afirmó el secretario y agregó que “definitivamente ha habido un avance”. El funcionario anunció que se ha logrado detener a casi 50 objetivos prioritarios desde la llegada del nuevo Gobierno, al tiempo que la guerra de carteles ha dejado 692 asesinatos, según cifras oficiales.

“La cantidad de homicidios que había al inicio no es la misma de ahora”, aseguró García Harfuch, que se desplazó en diciembre a Sinaloa para coordinar la estrategia del Gobierno de Sheinbaum sobre el terreno y avanzar en los esfuerzos de pacificación. Después de ser capturado a finales de julio, Zambada acusó a Joaquín Guzmán López, su ahijado e hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, de traicionarlo y entregarlo a las autoridades de Estados Unidos. Tras un mes y medio de pugnas de poder y temores de una venganza, la guerra abierta entre La Mayiza y Los Chapitos estalló el pasado 9 de septiembre. El conflicto ha sembrado el pánico entre la población civil y el caos en Culiacán, la capital de Sinaloa y bastión histórico de la organización criminal. Se trata de la peor fractura dentro del cartel, una de las fuerzas criminales más poderosas del mundo, en casi 15 años.

Las autoridades fincan su optimismo en que ha habido días en los que no se ha registrado ningún asesinato en los registros gubernamentales. La última vez que no hubo asesinatos fue el pasado 16 de diciembre, hace un mes. García Harfuch señaló explícitamente que uno de los objetivos de la intervención del Gobierno era debilitar a las facciones en disputa y disuadir la formación de convoyes que utiliza cada grupo para atacar a sus rivales y antiguos socios. Destacó también el aseguramiento de alrededor de 400 vehículos y más de 600 armas de alto poder en acciones contra los grupos criminales en el arranque de esta Administración.

El secretario sostuvo que hay señales de que el conflicto ha perdido intensidad. En diciembre hubo cinco días distintos en los que se registraron más de una decena de homicidios, pero desde inicios de este año no se han superado los dos dígitos en el recuento diario de muertes violentas, de acuerdo con un seguimiento de EL PAÍS a partir de los datos oficiales. “La estrategia de Seguridad va a funcionar”, afirmó Sheinbaum al presentar el informe por los primeros 100 días de su Gobierno el pasado domingo. México trabaja a marchas forzadas en dos frentes: atender la crisis interna en los principales focos rojos del país y responder a las presiones de Donald Trump, que el lunes tomará posesión como presidente de Estados Unidos.

La guerra ha dejado su huella en Sinaloa, con cientos de secuestros, robos de vehículos, ataques a comercios, decapitaciones en plena calle y narcomensajes de las facciones en disputa para intimidar al Gobierno y a sus rivales. El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ha sido duramente cuestionado por minimizar la violencia y ha recibido reclamos de la oposición y los empresarios por la falta de resultados ante la crisis.

En medio del escándalo por la captura de Zambada en Estados Unidos y el asesinato de Héctor Cuén, un influyente político local, el conflicto ha detonado la renuncia de la fiscal estatal, Sara Bruna Quiñónez, y del secretario de Seguridad Pública, Gerardo Mérida. “En Sinaloa se vive perfectamente bien”, declaró Rocha Moya el jueves, en una visita de trabajo al vecino Estado de Sonora. El gobernador, salpicado en la carta donde El Mayo expone su propia versión de su captura, ha descartado que vaya a renunciar y ha negado tener vínculos con el crimen organizado.

Esta misma semana, Zambada compareció por segunda ocasión en una corte de Nueva York, la misma que condenó al Chapo a cadena perpetua en 2019. Los abogados del capo reconocieron públicamente por primera vez que la justicia estadounidense ha puesto sobre la mesa un acuerdo de culpabilidad para evitar que el caso criminal en su contra llegue a juicio, aunque no ha habido avances en la negociación.

Joaquín y Ovidio Guzmán López, los líderes de Los Chapitos que están bajo custodia de Estados Unidos, están desde hace meses en conversaciones para declararse culpables. En una audiencia en Chicago la semana pasada, la Fiscalía se mostró confiada y aseveró que podía ser cuestión de tiempo para que alcancen un pacto con los herederos del Chapo. Ovidio Guzmán, alias El Ratón, tiene su próxima audiencia el 27 de febrero, mientras que su hermano mayor está llamado a presentarse ante los tribunales el 19 de marzo. El Mayo tiene su próxima audiencia el 22 de abril. Mientras los casos avanzan en Estados Unidos, México exige respuestas sobre la detención que agitó el avispero en Sinaloa. “Lo vamos a solicitar al presidente Trump también porque es algo que tienen que aclarar”, dijo Sheinbaum esta semana.