El mundo del pícaro Franco Colapinto hace escala en México
El piloto argentino, de 21 años, ha encantado al mundo de la Fórmula 1 tras subirse al Williams de emergencia y lograr puntos clave
Franco Colapinto (Pilar, 21 años) tiene una chispa especial, un magnetismo que obliga a que le miren y cuando lo hace suelta un comentario cargado de humor o sarcasmo. Se ganó un asiento en la Fórmula 1 gracias a un talento cincelado con insistencia. Estaba en el momento indicado cuando se abrió una ventana en la élite del automovilismo. Es visto como el becario de Williams. Ahora el joven practicante no se cansa de sorprender a todos fuera y dentro del auto. Exprime la recta final de la temporada para poder conseguir un lugar el próximo año o quizás en 2026.
Colapinto organizó un encuentro con periodistas en Ciudad de México, de la mano de MercadoLibre, uno de sus grandes mecenas en la aventura por la Fórmula 1 y que quiere dejar huella lo que resta de la temporada la cromática de la empresa en el casco del piloto y en el auto. “Es un fin de semana importante acá en México, también Brasil porque estaré más cerca de casa. Correré por primera vez cerca de casa, en Latinoamérica”, contó este miércoles. “Quiero demostrar que llegué para quedarme”, mencionó el corredor que fue cobijado por la cúpula de la empresa de envíos.
El argentino ha corrido casi el mismo destino de Checo Pérez: tener que buscarse la vida como piloto fuera de casa, arriesgarse en las categorías europeas y encontrar padrinos que pudiesen costear su trayectoria en los circuitos. Primero empezó como todos en el karting desde los nueve años. A los 15 años se mudó a Europa para competir en las categorías menores en España donde corrió en un equipo de Fernando Alonso, a quien el pasado domingo rebasó en el Gran Premio de Austin. Su llegada a la Fórmula 3 ocurrió en 2022 tras haber disfrutado de la gloria en divisiones como la Toyota Racing Series, Eurofórmula Open y Fórmula Renault. Sorprendió también verle competir en la mítica carrera de las 24 horas de Le Mans en 2021 y donde su equipo terminó en el séptimo lugar.
Gracias a sus actuaciones, Colapinto fue fichado por la academia de piloto de Williams, la gran escudería de los ochenta que en los últimos 10 años ha sufrido por evitar ser los últimos en la clasificación. El verdadero problema fue cuando en 2023 debía disputar la antesala de la Fórmula 1 porque no tenía una gran fortuna o un gran patrocinador que pusiera dos millones de euros para solventar los gastos. En redes sociales hizo eco la campaña #FranColapintoaF2 y así se sumaron los apoyos de empresas como Globant e incluso el músico Bizarrap, quien le abrió más puertas. El piloto logró llegar a la Fórmula 2 y ahí esperó hasta que en agosto pasado, el equipo británico despidió al desafortunado Logan Sargeant por un mal desempeño tras dos temporadas.
Colapinto irrumpió con fuerza en la F1. Debutó en la mítica pista de Monza, donde finalizó decimosegundo. En Azerbaiyán terminó en octavo lugar, lo que significó el haber ganado sus primeros puntos en la Fórmula 1, un logro que a muchos pilotos o equipos les cuesta más de una temporada. En Singapur logró mantenerse en el undécimo puesto, a nada de poder sumar de nuevo. Donde brilló fue en Austin. Ahí en la carrera sprint terminó en el lugar 12 y ya en la carrera finalizó décimo tras exprimir al límite las llantas. Tiene más puntos (cinco) en la temporada que los dos pilotos de Kick Sauber, Valtteri Bottas y Zhou Gyanyu, quienes no han sumado. Cada punto sirve para que Williams evite el último sitio y pueda obtener más dinero por parte de la FIA: el que termine más arriba de la clasificación más dinero recibe.
Lo que ha fascinado a los aficionados latinoamericanos es la cadencia argentina con la que se desenvuelve ante la prensa. Una noche de bromas en El Hormiguero, días de clasificación bromeando con que no entiende por qué su ingeniero de pista le habla tanto o las bromas con el insider de la F1, su compatriota Juan Fosarolli. “¡Puesto 12!”, le dijo el reportero a Colapinto en Monza, “¿estás impresionado, boludo?”, le replicó el piloto.
“Era imposible pensar que un piloto argentino llegara a la F1. Si bien soy yo el que llegué, esto abre más las puertas. Me escriben chicos que empiezan en el karting, se volvieron fanáticos y expertos de un día para el otro”, contó un Colapinto que bromea con los directivos de Mercado Libre como quien habla con los amigos de la universidad. El casco que utilizará en México fue revelado en un paquete de envío, con papel amarillo, “¡mucho amarillo, como de Boca [Junior, su equipo de fútbol preferido]”. La escena tomó humor gracias a la chispa del chico que usa cualquier espacio ante los medios para hacer una declaración de intenciones: “Llegué para quedarme”.
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