Sale de Qatar el mexicano Manuel Guerrero, perseguido por su orientación sexual

Manuel Guerrero ya ha salido de Qatar. Después de seis meses de pesadilla, el mexicano, con nacionalidad también británica, se dirige hacia Londres, según ha confirmado la Secretaría de Exteriores de México. Guerrero, de 30 años, fue encarcelado el 4 de febrero por ser gay. Un juez lo sacó de prisión un mes y medio después, pero seguía sin poder abandonar el país. Tras una intensa campaña diplomática y de las organizaciones de derechos humanos, la justicia qatarí lo condenó a una multa económica y a ser deportado. Este lunes ha logrado dejar el país.

El infierno de Manuel Guerrero comenzó el 4 de febrero. Ese día, el mexicano se dirigía en Doha, la capital del país, a una cita que había concertado por Grindr, una popular aplicación de encuentros entre hombres homosexuales. En su lugar se encontró con la policía qatarí, quien le había tendido una trampa y se había creado un perfil falso para poder arrestarlo. Fue trasladado a prisión, donde fue víctima de torturas y maltratos físicos y psicológicos.

En Qatar rige la sharia (ley islámica) y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están prohibidas. Las leyes religiosas contemplan la pena de muerte a quien incurra en prácticas homosexuales, aunque no se conocen casos de personas que hayan recibido ese castigo. La pena máxima alcanza los siete años de prisión. La justicia qatarí también contempla sanciones contra quienes “instiguen” o “seduzcan” a otros hombres, independientemente de que sean musulmanes o no, para incurrir en “sodomía” o “actos inmorales”.

Muy pronto, las organizaciones LGTBI+ lanzaron la voz de alarma para que el personal diplomático de Reino Unido y México empezara a mover las piezas. Guerrero era portador de VIH y no estaba recibiendo dentro de la prisión la medicación que necesitaba. Reunidos bajo el Colectivo Manuel Guerrero, las asociaciones organizaron numerosas protestas para pedir su libertad. El mexicano había sido acusado formalmente de posesión y consumo de metanfetaminas, un delito que aseguraba fabricado para justificar su encarcelamiento por su orientación sexual.

En marzo, un juez ordenó su salida de la cárcel, pero no podía abandonar el país hasta que terminara el proceso. En junio recibió la sentencia por el supuesto delito de drogas: una multa de 10.000 riales qataríes (unos 50.000 pesos mexicanos), seis meses de cárcel —que quedaron suspendidos—, y la deportación. Guerrero apeló la condena, pero el 1 de agosto la justicia del país la ratificó. “A pesar de la clara evidencia de violaciones al debido proceso y abusos de derechos humanos durante mi detención y juicio, las autoridades qataríes no me han ofrecido justicia”, se leía la posición de Manuel, en un comunicado: “Sigo afirmando mi inocencia y mantengo que fui acusado y condenado injustamente”.

Tras pagar la multa, Guerrero ha podido salir del país con la coordinación también de los consulados mexicanos y británicos. Va a pasar un par de días en Londres, para “completar una revisión médica”, y después viajará a Ciudad de México, ha indicado la Secretaría de Exteriores. El joven ha pedido a la comunidad internacional “que continúe abogando por la protección a los derechos LGTBI+ en países donde ocurren tales injusticias”.

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