Kenia Os, de hacer videos en YouTube a llenar el Palacio de los Deportes: “No me gusta el rosa”

“Yo no vengo de una familia de artistas”, es una de las frases que más repite Kenia Guadalupe Flores Osuna (Mazatlán, 24 años), mejor conocida como Kenia Os, cuando reflexiona sobre dónde se encuentra ahora en su carrera. Cuenta que empezó desde abajo sin ayuda, sin atajos, sin contactos. En su agenda se avecinan conciertos en diferentes Estados de México y en noviembre se presenta en el icónico recinto de Ciudad de México, el Palacio de los Deportes, donde anunció una nueva fecha tras agotar las entradas de la primera. Kenia Os no roza el cielo con las manos, lo ha traspasado por completo, como muchos jóvenes artistas mexicanos recientemente.

Primero se aventuró como influencer. Grabó su primer video el 1 de enero de 2018. Ella misma lo editó y dejó las interrupciones inesperadas: el paso de un coche con el motor estruendoso y gente con música “de borrachos”, según describe en el mismo clip que tuvo 10.000 reproducciones. Una cifra inusual para un contenido que estrena alguien por primera vez. El buen comienzo fue un presagio.

En los siguientes cuatro años lanzó muchos sencillos experimentando con géneros distintos como rap, urbano latino, pop electrónico. “Fue hasta que llegué a mi primer álbum, Cambios de Luna, cuando me di cuenta de la identidad que iba a tener como artista”, comenta desde una cafetería en la colonia Condesa, un barrio bohemio y chic, el favorito de los nómadas digitales en la capital mexicana, en dónde todo el ajuar es rosa, hasta el vestido que ella porta. Muy apropiado el sitio para la promoción de su nuevo disco Pink Aura, estrenado en abril de 2024. “A mí no me gustaba para nada el color rosa; lo interpretaba como debilidad. Con este disco cambié la perspectiva del color, de mi energía, cómo me muevo en mi trabajo, quién soy, y el valor y el respeto que me doy todos los días”, dice.

Kenia Os recibe a diferentes medios de comunicación para hablar del disco y concede a cada uno 10 minutos. Antes de dar su primera entrevista del día tiene una larga conversación con alguien de su equipo. Más que una conversación, es un monólogo de la persona que la acompaña. La cantante se mantiene callada, seria, atenta y pensativa. El diálogo es imperceptible. Al terminar, recibe de inmediato a EL PAÍS; contesta amable y sonriente, aunque es visible que tiene sus pensamientos en otro sitio, quizás aun digiriendo lo que le dijeron.

Récord histórico para la mexicana

Pink Aura fue un éxito en Spotify. Rompió el récord del disco más escuchado en un día dentro de la plataforma por una artista latinoamericana. En él hay colaboraciones con La Joaqui, cantante argentina; Bella Poarch, celebridad de internet estadounidense; Yeri Mua, influencer mexicana; Ghetto Kids, grupo musical de reggaetón mexicano. Unos meses antes participó en Tommy y Pamela con Peso Pluma, pero ninguna se compara a la colaboración con Thalía. “Llegó en un momento de mi carrera que no me lo esperaba”, dice mientras de a poco asoma una sonrisa. “Fue muy lindo recibir el apoyo de una artista tan grande”.

En 2023, lanzó el cortometraje Universo K23 en el que presenta algunas canciones del segundo disco que estrenaba, K23, intercalado con reflexiones de la cantante. En una de ellas rumia la idea de renunciar a piezas que necesitaban irse y que tal vez alguien más las encuentre y sean lo que necesitaban para seguir su camino. “Los fragmentos que he encontrado hoy para seguir son el amor de mi familia y las personas que me rodean, el amor de mis fans, la ilusión al ver que las cosas empiezan a suceder”. Reconoce también que su círculo personal se vuelve cada vez más pequeño, pero “esas son las personas que deben estar”.

Este es el tercer disco que saca Kenia Os. De acuerdo con su disquera, representa su faceta más explícita, un alter ego que bautizan como flow mamita rica. “Yo soy más tranquila”, reflexiona. “Estas figuras públicas que la gente ve, estos personajes, son un mix de todo lo que soy llevado al extremo”. En la plataforma de Apple Music, cierra su primer disco, Cambios de Luna, con un mensaje de voz presentando y explicando qué significa el proyecto para ella; en K23, el mensaje ahora es audiovisual y sigue el mismo propósito que el anterior; Pink Aura cierra, precisamente, con la canción Mamita rica. Te bendigo con mi agüita bendita/ que yo quiero darte todo lo que necesitas/ y lo que necesitas es una bellaquita con las nalga’ suavecitas/. En palabras de la cantante, el mensaje es “el despertar de tu energía, de tu lado más femenino”.

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