La (casi) imposible operación para frenar la reelección de Alejandro Moreno al frente del PRI
El presidente del partido, con el control total de la cúpula, busca cambiar los estatutos para perpetuarse en el cargo cuatro años más. Las voces críticas, divididas, anuncian que lo impugnarán ante los tribunales
Las voces disidentes al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han emprendido una operación casi imposible y a contrarreloj para tirar la asamblea nacional del 7 de julio encaminada a la reelección de Alejandro Alito Moreno. Se prevé que el próximo domingo más de 5.000 priistas integrantes de la asamblea nacional discutan y voten una serie de reformas estatutarias que darán luz verde a la reelección de su presidente por cuatro años más. Ante el inminente golpe del líder priista, que mantiene el control de la cúpula del partido que le abre la puerta a la reelección, sus críticos ya anticipan judicializar los resultados ante tribunales. Mientras, una docena de expresidentes han alertado sobre lo preocupante de la crisis que se agrava en el partido, sin llegar a consensos que los lleven a unir fuerzas y desarticular la asamblea que goza del respaldo de los órganos directivos de la formación.
A las pocas posibilidades que hay de tirarle la reunión a Alito se suma el intento fallido de que los expresidentes del partido se unieran a la resistencia. El actual presidente ha pilotado la formación durante los años más estériles, acumulando derrota tras derrota. Nunca el histórico partido mexicano había tenido menos poder. La tarde de este lunes, 12 expresidentes del PRI sostuvieron una reunión virtual para exponer sus impresiones sobre la asamblea. La lista está integrada entre otros por Dulce María Sauri, Enrique Ochoa, César Camacho, Alfredo del Mazo, Carolina Monroy, Pedro Joaquín Coldwell o Manlio Fabio Beltrones.
“El mínimo común denominador fue la gran preocupación. Alguien comentó que era una asamblea carente de legitimidad”, menciona Sauri, quien ha decidido no participar en la asamblea en su calidad de consejera nacional del partido. Los exdirigentes coincidieron en la preocupación sobre las implicaciones que tendrá la casi inminente reelección de la dirigencia, sin embargo, no lograron consensos para emitir un posicionamiento en bloque, como lo hicieron hace dos años cuando exigieron la salida anticipada de Moreno ante los malos resultados de 2021 y 2022.
“Hay algunos que están dispuestos a suscribir el pronunciamiento de priistas preocupados por el futuro inmediato del PRI. Hay una preocupación general sobre los objetivos de la asamblea. Yo no le veo sentido asistir porque en las mesas de dictamen es donde se puede incidir y no se sabe nada sobre las mesas, ni quien las va a presidir” añade Sauri. Los exdirigentes han dejado la puerta abierta para una siguiente reunión luego de los resultados de la asamblea. La mayoría buscará participar en las cuatro mesas de dictamen en donde esta semana se redactarán las reformas a los estatutos.
Un “Albazo político” es como los liderazgos críticos han calificado la encerrona que se realizará el próximo domingo y que colocará a Alito como el primer presidente del PRI en reelegirse en el cargo. Fernando Lerdo de Tejada, líder de uno de los tres movimientos disidentes dentro del partido, Plataforma PRI, ha calificado la reunión como un acto de mera simulación. Lerdo de Tejada busca reunir fuerzas y convencer a los cientos de respaldos de los que goza Alito para echar abajo la asamblea que se encamina a realizarse sin contratiempos.
“Esta asamblea es un ejercicio de total simulación. No busca mejorar al partido, es clarísimo que su objetivo es la reelección del presidente”, apunta el vocero del sexenio del presidente Ernesto Zedillo. “Hacemos un llamado al priismo real para que vea que esta no es la respuesta que se ha requerido y, por lo tanto, se posponga la asamblea. Que se tomen las medidas de emergencia que se tengan que tomar”, añade. A escasos días de que se realice el encuentro, las voces disidentes mantienen la esperanza estéril de lograr el quórum suficiente para que Alito desista de llevar a cabo el encuentro que consume sus aspiraciones.
Los integrantes del Frente de Renovación Nacional, que aglutina a tres alas críticas a Moreno, saben que tienen todo en contra, por ello ya alistan el recurso de impugnación que han de presentar una vez que se consumen las reformas a los documentos básicos del partido.
El 19 de agosto concluye la dirigencia de Moreno, que inició en 2019 y que se extendió un año más debido al proceso electoral del 2 de junio. Sus críticos piden la salida inmediata del dirigente, la elección de un presidente interino y un plan de emergencia que no solo mantenga con vida al partido sino que lo aleje del destino de la extinción.
“La ley establece que no se pueden hacer este tipo de asambleas y de cambios a documentos básicos en el marco del proceso electoral que aún no concluye”, alerta Encarnación Alfaro, otra de las voces críticas, purgado en 2020 del padrón de militantes a la llegada de Alito. Sin embargo, Moreno se ha escudado en una sentencia del tribunal electoral que establece que una vez superado el tiempo de campañas, los partidos pueden realizar encuentros. Con ello, el líder priista puede realizar esta reunión sin contratiempos, con la confianza que le da tener a todos los órganos de dirección a su favor. Desde el Consejo Nacional, hasta los dirigentes estatales, diputados y senadores que le han dado su respaldo.
Las voces disidentes ya preparan el camino de la impugnación de los resultados ante la imposibilidad de postergar la asamblea nacional número 24 del PRI en la que, de acuerdo a la convocatoria, se elegirán a los delegados para el periodo estatutario 2024-2027 y se realizarán reformas a sus documentos básicos que se mantienen en total secrecía. La noche de este lunes Moreno tomó protesta a los integrantes de la Comisión de dictamen que tendrá la última palabra en la redacción de las reformas estatutarias. La instancia está integrada por sus leales y cercanos colaboradores. Entre ellos figuran: Paloma Sánchez, Samuel Palma y Augusto Gómez Villanueva entre los ocho integrantes.
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