Lorenzo Córdova: “La única manera de confrontar un poder que tiene pulsiones autoritarias es no ser cómplices”

Lorenzo Córdova, expresidente del Instituto Nacional Electoral (INE), pronunciará el único mensaje en la “marcha por nuestra democracia” convocada para el próximo domingo en el Zócalo de la Ciudad de México. El espíritu de la concentración es enteramente ciudadano, defiende el experto en Derecho electoral. Sin embargo, es consciente y reconoce el riesgo latente de que el acto sea sujeto al escrutinio presidencial y del oficialismo para ser calificado de proselitista. Ahora desde la academia, Córdova (Ciudad de México, 52 años) ha decidido emprender la defensa del modelo democrático en México. Luego de dejar el cargo que ocupó durante nueve años, congruente con sus principios y postulados, asegura, ha aceptado la invitación del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, para ser la única voz que se escuche en los alrededores de Palacio Nacional.

“En el templete no es bienvenido ningún símbolo, ningún actor político”, sostiene el abogado de 52 años que defiende acérrimamente el origen ciudadano de la manifestación. Aclara que todos están invitados a la protesta, la tercera convocada por estas organizaciones no gubernamentales, en los últimos tres años. Sabedor de la animadversión del presidente Andrés Manuel López Obrador, durante y después de su gestión al frente del organismo electoral, no teme al embate que su mensaje pueda generar. A propósito, recuerda que existen cuatro procesos de juicio político en su contra en la Cámara de Diputados presentados por integrantes de Morena y reta a hacerlos efectivos.

“El día en que como ciudadanos dejemos de hacer algo por temor a que desde el poder se nos señale, ese día seremos cómplices de la erosión democrática que estamos padeciendo”, lanza el jurista. Motivado por sus principios, que presume han sido los mismos antes y después del INE, Córdova ha aceptado darle expresión y voz a la protesta pública que, recalca, es absolutamente legítima y democrática. Ufano, presume una vida “que jamás ha estado vinculada con los partidos políticos”, aunque haya nacido en cuna de izquierda.

Tres ejes son los que alimentan la concentración del fin de semana, adelanta Córdova: la defensa de las garantías; el voto libre en las elecciones del 2 de junio próximo; la defensa de las instituciones democráticas —órganos autónomos y el Poder Judicial—; y la defensa de la Constitución “entendida como la expresión del gran arreglo político de la sociedad”. Hijo de Arnaldo Córdova, uno de los fundadores de Morena, el exfuncionario llama a todos los ciudadanos, sin distinción y de cualquier inclinación política a participar en la protesta que se espera supere las dos anteriores. De acuerdo a cifras de los organizadores la última —el 26 de febrero de 2023—, alcanzó los 27.000 asistentes, solo en la capital del país, las cifras oficiales calcularon la asistencia de entre 10.000 y 12.000 personas.

Pregunta. ¿No hay riesgo de que se politice y de que se empañe el espíritu de la protesta?

Respuesta. Esto ya está. El propio presidente se ha encargado de hacerlo. El día que se hizo público que me habían invitado como orador de la marcha, el propio presidente dijo “fuera máscaras” y la candidata de Morena dijo: “fuera máscaras”. Como si fuera, desde su lógica, la crónica de algo anunciado. Parecería que en el oficialismo yo soy algo así como mil máscaras, siempre el luchador. Desde la lógica del oficialismo todo se politiza porque si hay algo que ha logrado, en lo que ha sido exitoso el presidente López Obrador, ha sido en su política de polarizar a la sociedad, dividiendo entre quienes están con él y quienes están en su contra. Cualquier planteamiento que se haga como una crítica a la postura oficial, desde la lógica del Gobierno y en esta dinámica de polarizar a todos y a todo, se plantea como si fuera algo de la oposición.

P. ¿Ve viable la asistencia de representantes de partidos políticos de izquierda, aunque lo hagan en calidad de ciudadanos?

R. Es una marcha desde la ciudadanía, a la que se convoca a todos los ciudadanos que quieran defender la democracia y desde ese punto de vista todos son bienvenidos en el entendido de que este no es un acto de proselitismo político, ni a favor ni en contra de alguna postura de las que están en contienda en las elecciones, ni tampoco en contra del Gobierno. Así que bienvenido quien sea, los simpatizantes y los militantes de Morena también. Nada más que eso sí, lo digo como condición, si es una marcha ciudadana en el templete no es bienvenido ningún símbolo, ningún actor político.

P. ¿Por qué aceptar la invitación a ser el único orador?

R. Por una cosa muy sencilla, el que hoy seamos una democracia no fue un acto gracioso y condescendiente del pasado, del presidencialismo priista autoritario, fue el resultado de conquistas ciudadanas y desde ese punto de vista mi premisa es que la defensa de la democracia es responsabilidad de las y los ciudadanos. Mi padre fue militante de la izquierda, de la de a deveras, no de la sedicente, en mi casa se fue de izquierda desde mucho antes de que yo naciera, en esa cultura política crecí, nunca lo he negado. A diferencia de mi padre que contribuyó a fundar prácticamente todos los partidos de izquierda que ha habido en este país, incluyendo Morena, yo jamás he hecho vida partidista. Mi discurso hoy es exactamente igual a las expresiones que puse sobre la mesa y a los principios en los que creí y defendí como presidente del INE. Lo único que ha cambiado es la trinchera desde la que estoy defendiendo la democracia. Antes una trinchera institucional, hoy es la trinchera de la universidad y de la opinión pública. Por eso acepté la invitación de un grupo de ciudadanos para darle expresión y voz a esta protesta pública que es absolutamente legítima y absolutamente democrática.

P. ¿No teme que sea tomado como un punto de partida para revivir los ataques en su contra?

R. Parte del juego del poder — y a eso en buena medida se reduce la mañanera—, es hacer una especie de auto de fe moderno, es la nueva pira de la inquisición política en donde se absuelve a aquellos, otrora corruptos, que se adhieren al oficialismo, se condena con el dedo flamígero a todos aquellos que son considerados enemigos del pueblo y eso tiene un propósito: amedrentar y atemorizar. Esas son actitudes profundamente autoritarias. El día en que como ciudadanos dejamos de hacer algo por temor a que desde el poder se nos señale, ese día seremos cómplices de la erosión democrática que estamos padeciendo. Yo todavía tengo juicios políticos y sigo esperando, cuatro si no me equivoco, me pueden hacer juicio político antes de que se cumpla un año de mi salida. Yo encantado de volver a ir a la Cámara de Diputados en el contexto de los juicios políticos y si prospera pues al Senado, a ver si es cierto que hay algo que perseguir o que son solamente eso, amenazas desde el poder. Temor, no, si tuviera miedo no habría hecho nada de lo que hice como funcionario público y ahora como ciudadano y académico.

P. ¿Cómo evitar que pierda legitimidad la protesta?

R. Lamentablemente eso va a ser prácticamente imposible, porque si hay algo en lo que el presidente ya ganó ha sido en lograr dividir esta sociedad. Ese reiterado esfuerzo, esa narrativa ya ha calado y eso es muy preocupante porque, de cara a elecciones tan complejas como las que tenemos enfrente, esta partición de la sociedad entre quienes están con el Gobierno y todos los demás, entre buenos y malos, es profundamente autoritaria. Esas son las narrativas, que por cierto, han alimentado todos los totalitarismos de la historia. Lo que tenemos que hacer como sociedad es reivindicar nuestro derecho a no ser encasillados en ninguna de las dos posturas que se quieren plantear como las únicas posibles.

P. ¿Se ha replanteado su participación en la protesta?

R. De ninguna manera. El hostigamiento a los órganos de control pasa por cinco grandes ejes: la descalificación pública; el hostigamiento a partir de denuncias, juicios políticos, ataúdes con tu nombre; los recortes presupuestales, al grado de impedirte cumplir con tu función legal; las amenazas de reforma y la captura, lo que ya pasó con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, como se está intentando con la Suprema Corté de Justicia. Se ha atentado y se ha hostigado a los órganos de la democracia que no se subordinan al poder político. Desde el INE mandamos un mensaje de que sin entrar en una confrontación sin sentido con el Gobierno, se pueden utilizar todas las herramientas jurídicas y de comunicación para enfrentar los ataques del poder. Lo que hoy me toca como ciudadano es demostrarle a otros ciudadanos que la única manera de confrontar un poder que tiene pulsiones o tentaciones autoritarias como el que hoy nos gobierna es no ser cómplices de la erosión democrática.

P. ¿Qué lectura le da a la reforma electoral enviada por el presidente al Congreso?

R. Que es la misma visión autoritaria que rechaza y que repudia la existencia de elecciones libres y auténticas. Lo que se quisiera es regresar a un sistema en donde existe un control político de los órganos electorales. Creo que lo que le molesta es la existencia de eso que hemos venido construyendo en los últimos 30 años. Parecería que la democracia es buena para llegar al poder, pero no para someterse al escrutinio de la ciudadanía a través de voto libre. La propuesta que el presidente está planteando de desaparecer las diputaciones de representación proporcional, el primero que la puso sobre la mesa fue (Vicente) Fox, luego (Felipe) Calderón, luego la planteó el PRI cuando gobernaba. Es decir, el partido en el Gobierno en los últimos 20 años, el que haya sido, siempre ha hecho un discurso contra la representación proporcional. Y Morena no es la excepción.

P. ¿Cómo califica la actuación del INE en actos en los que se advierten violaciones a la ley?

R. Con una preocupante condescendencia. De hecho tuvimos actos de simulación tanto por el oficialismo como por la oposición, adelantando a destiempo, actos de precampaña, actos de proselitismo interno. Yo creo que fue un error que tanto el INE como el tribunal los hayan avalado, pero una vez avalado pues ahora van a tener un pequeño problema para poder reconocer una elección en donde por lo visto el apego a las reglas ni es, ni ha sido, ni va a ser una característica de los contendientes.

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