El Tren Maya abre al público con retrasos de hasta cinco horas
Cientos de personas se suben a la ruta de Cancún, Mérida y Campeche en el primer día de operaciones
El Tren Maya ha iniciado este sábado operaciones. Después de cinco años de espera, el proyecto estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador ha abierto sus puertas al público. El inicio ha sido atropellado: uno de los dos viajes de Cancún a San Francisco de Campeche ha salido con cinco horas de retraso, y otro de los trayectos, en sentido contrario, ha tardado más de nueve horas en completar el itinerario. Cientos de personas se han subido al tren en su estreno, aunque la Secretaría de Defensa, responsable del proyecto, no ha detallado cuántas. Los pasajeros, que han llegado hasta de Estados como Colima, Puebla o Coahuila, celebran la emoción de volver a viajar en tren, algunos después de décadas.
Jaime Ramos todavía recuerda cuando tenía ocho años y se subía con sus amigos en la parte de atrás del tren que unía Puebla con Oaxaca para evitar al revisor. Se bajaban en la siguiente estación y vuelta a empezar. En su pueblo, San Francisco Atepexi, hace décadas que quitaron las vías. “Llevo 45 años sin estar a un tren”, cuenta este jubilado desde la estación de Cancún Aeropuerto (Quintana Roo), que ha hecho coincidir las vacaciones con la inauguración del proyecto. Como Ramos, América Vadillo, de 69 años, se ha traído a toda su familia, hijos y nietos, para rememorar lo que ella sintió “cuando era niña y viajaba en tren”.
La ilusión de los pasajeros ha tenido que resistir las cinco horas de retraso del tren. Los encargados del proyecto han señalado como causa que había que reconfigurar el sistema del convoy que debía salir a las 11 de la mañana —y lo ha hecho a las cuatro de la tarde—, debido parece a las fuertes lluvias del día anterior. Han declinado dar mucha información y han apuntado a la gestión de Alstom, la empresa francesa que ha fabricado el tren en su planta de Ciudad Sahagún, Hidalgo.
Mientras en Cancún los viajeros buscaban la sombra y se dormían en los bancos de una estación en la que todavía suenan las máquinas de trabajo, el personal del Tren Maya y las empresas presentes en el estreno —Oxxo, GoMart, Telcel, Subway— han repartido comida, bebidas y también souvenirs con el logotipo del proyecto para calmar los ánimos.
La mayoría de los pasajeros han aguantado estoicos y tranquilos la espera. Muchos venían de lejos: Edna Gamboa y Mauricio Mendoza han llegado desde Bucaramanga (Colombia) a la inauguración del tren. “Llevamos todo el año esperando la venta de boletos”, ha dicho la pasajera, que asegura que volverán al próximo año cuando ya esté completa toda la ruta. Este sábado se ha puesto en marcha solo una tercera parte de lo que será el recorrido completo del tren. De momento, son 473 kilómetros de San Francisco de Campeche a Cancún, con 14 paradas en total. El Tren Maya completa incluye cinco Estados, más de 1.550 kilómetros y 34 paradas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha presionado para llegar a estrenar una etapa antes de fin de año, ha asegurado que a finales de febrero de 2024 se podrá hacer el trayecto completo. De momento, incluso en este tramo —que incluye parte del 2, el 3 y el 4— hay muchas partes inconclusas. Desde la propia estación de Cancún, hasta cocheras y conexiones. Por ejemplo, todavía no es posible utilizar todos los paraderos de la ruta. Los pasajeros solo pueden subir y bajar en Cancún, Teya-Mérida y Campeche. Además, ninguna de las tres estaciones está en el centro de la ciudad —sino a unos 15 kilómetros— y solo en Mérida se ha creado un ramal que permita la conexión.
En el caso de Cancún, el Gobierno está acelerando para tener cuanto antes una ruta con el aeropuerto internacional de la ciudad, uno de los más utilizados de todo México, en una especie de trolebús. Mientras, hay unos autobuses lanzadera gratuitos que completan el tramo de unos kilómetros entre la estación y el aeropuerto, porque todavía no llegan a recoger los taxis ni las plataformas de viajes por aplicación.
Estos inconvenientes no han hecho mella en el ánimo de los viajeros. Luis Montes es de Guadalajara pero hace años que trabaja como maquinista de trenes en Suiza. Ha utilizado el viaje de invierno para conocer con su familia “el primer gran tren turístico de México”: “Simplemente el hecho de no depender del auto, del autobús, para moverse es llevar a México a otro nivel de movilidad”. En el mismo sentido argumenta Andrés Pérez, de 29 años, y originario de Ciudad de México pero que vive ahora de Tulum: “Ahora mismo, las opciones para moverse son pocas y peligrosas”, señala en relación con los accidentes en carretera. “Voy a aprovechar para visitar muchas zonas que no conozco”, ha dicho el joven, que este fin de semana se queda en Mérida.
Los boletos tienen un coste de 1.166 a 1.842 pesos, entre 68 y 108 dólares, para los trayectos completos; pero bajan entre 600 y 750 para Mérida. De momento, estos trayectos parciales solo se pueden adquirir en la estación. Desde Internet solo permite adquirir la ruta completa.
Cuestionado por las faltas del proyecto, López Obrador ha dicho que es solo por el principio del tren, que se trata de un “proceso” que se irá mejorando con las semanas de uso. El presidente, que ha rechazado todas las críticas de organizaciones y expertos ambientalistas sobre el peligro de la deforestación y de la construcción del en un terreno tan complejo como el del tramo 5, encima del sistema de cuevas y cenotes, ha minimizado cualquier oposición al proyecto: “Son problemas menores, por abogados y pseudodefensores del medio ambiente que querían pararnos, que no se hiciera la obra, pero como hay el apoyo y el respaldo de todo un pueblo, por eso pudimos terminar”.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.