Muere Juan Ramos, la mano derecha del fiscal Alejandro Gertz
El segundo al mando de la FGR, de todas las confianzas de fiscal general, era titular de la fiscalía de Control Competencial, el área clave creada por Gertz para llevar los asuntos de mayor impacto
Juan Ramos López, abogado y hombre de todas las confianzas del fiscal general Alejandro Gertz, ha muerto este viernes, según ha confirmado el área de comunicación social de la Fiscalía General de la República (FGR). La institución ha informado de que Ramos se sometió a una operación quirúrgica de riñón, tras la que perdió la vida. Ramos era titular de la fiscalía especializada de Control Competencial, un área creada por Gertz para concentrar con mano dura los expedientes políticamente más relevantes.
Ramos era el segundo de a bordo de la FGR y ha acompañado al titular de la institución durante años, incluso cuando Gertz trabajó para la iniciativa privada. Fue representante legal de la Universidad de las Américas (UDLA) campus Ciudad de México mientras Gertz fue su rector.
El fiscal Ramos asumió las riendas de la FGR hace unos meses, cuando Gertz se tuvo que ausentar, a su vez, por una intervención quirúrgica que le incapacitó algunas semanas.
Ramos tuvo a su cargo expedientes tan preponderantes como el de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, acusado de corrupción; el de Juan Collado, abogado del exmandatario Enrique Peña Nieto, que estuvo en prisión por lavado de activos y delincuencia organizada; y el de Julio Scherer, exconsejero jurídico del presidente Andrés Manuel López Obrador, señalado de tráfico de influencias y también corrupción. Los duros choques entre Scherer y Gertz, que incluyeron acusaciones cruzadas de corrupción y tráfico de influencias, agitaron las altas esferas de la política mexicana durante los últimos años.
Un botón de muestra de la relación íntima entre Gertz y Ramos: en marzo de 2022 se revelaron audios de una llamada telefónica entre el fiscal y su mano derecha. Ambos hablaban sobre un expediente en poder de la Suprema Corte en el que Gertz tenía interés personal, relacionado con su hermano Federico Gertz, de cuya muerte el fiscal acusaba directamente a su cuñada, Alejandra Cuevas. En la llamada filtrada, Gertz revelaba que estaba presionando a los ministros para que el asunto se fallara a su favor. La consecuencia directa sería que Cuevas permaneciera en prisión acusada de homicidio.
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