Los trabajadores de Altos Hornos de México protagonizan una protesta en Coahuila después de ocho semanas sin cobrar
Dos meses después de que un fondo estadounidense comprara la propiedad, la empresa no sabe cuándo tendrá dinero para volver a pagarles
Están hartos. Los trabajadores de Altos Hornos de México (AHMSA) en Monclova, Coahuila, están haciendo malabares para llegar a fin de mes porque la empresa se demora ya ocho semanas en el pago de sus salarios. “Ya no tenemos ni qué comer”, decía uno de ellos durante una manifestación este lunes por la noche en la Planta 2 de las instalaciones. Las huelgas de hambre, las manifestaciones y los bloqueos carreteros se han convertido en la tónica habitual estos días en el exterior de los hornos de AHMSA, que pasa por uno de sus peores momentos desde su constitución hace más de 80 años. Un fondo estadounidense se hizo con la propiedad de la empresa en abril de este año y prometió un desembolso de 200 millones de dólares para restablecer las actividades de la empresa y pagar a los trabajadores. Dos meses después de que se firmara el acuerdo, los trabajadores vuelven a estar con los bolsillos vacíos y la empresa no sabe cuándo tendrá dinero para volver a pagarles.
La lucha para cobrar las ocho semanas que les deben comenzó este lunes por la mañana, en la Planta 1 de la Coquizadora, que limpia de impurezas el carbón que alimenta los altos hornos. Allí, los obreros trabajan día y noche, en turnos de ocho horas, para mantener la planta encendida, porque apagar esas instalaciones causaría daños irreversibles para la industria entera. Los trabajadores —alrededor de 100, según los diarios locales— se reunieron en el monumento al Ave Fénix y de allí avanzaron hasta las oficinas administrativas donde trabaja el director general, Luiz Zamadio. No obtuvieron respuesta, así que a los pocos minutos se decidieron a bloquear las entradas a la fábrica para impedir el paso de las pipas de gas que mantienen en funcionamiento la Coquizadora.
Alrededor de las 15.00 horas, salió de su oficina el directivo Enrique Rivera. El gerente dijo que la empresa no tenía liquidez en estos momentos, les pidió una disculpa por el retraso en sus salarios y les aseguró que se había ingresado en sus cuentas el salario correspondiente a una semana de las ocho que les deben, según recogían los diarios locales. También aseguró que en los próximos días y semanas harían todo lo posible por pagarles el resto, aunque los trabajadores de la Planta 2 no estaban en ese acuerdo. Esos trabajadores tuvieron que manifestarse por la noche, cuando el cielo ya estaba oscuro, frente a la entrada de AHMSA, para exigir que se les diera el mismo trato que a sus compañeros. Los problemas estaban lejos de terminarse.
En medio de este desastre, debajo de un gran árbol frente a la entrada de AHMSA, con temperaturas máximas de 44 grados, Saúl Martínez Sánchez lleva más de cinco días sin ingerir alimentos. Solo agua y suero. Su mujer le acompañó los primeros días de su huelga de hambre, pero tuvo que dejarlo porque tiene diabetes y no comer supone un riesgo mayor para ella. Su marido ha dicho a los diarios de la región que se siente bien, un poco débil y con mareos repentinos, pero que todavía está dispuesto a seguir luchando para que les den lo que les deben. Hasta la base del árbol fue Mario Alberto Dávila, médico y alcalde de Monclova, para comprobar su estado de salud y tratar de disuadirle de su empeño. No lo consiguió.
El alcalde, del Partido de Acción Nacional y muy crítico con las políticas del presidente, fue hace dos semanas a Palacio Nacional de Ciudad de México, con el objetivo de entregar oficios en los que solicita apoyo para los 10.000 trabajadores y sus familias de Monclova que no han recibido su salario desde hace tiempo. Los documentos llegaron hasta Andrés Manuel López Obrador y a las secretarías de Economía y Trabajo y Previsión Social, pero todavía no parece que haya habido respuesta por parte del Gobierno. Mientras, en la Planta 2 de las fábricas de acero de AHMSA, los trabajadores siguen enfadados, y este lunes por la noche, unos 30 obreros decidieron hacer una protesta para exigir el mismo trato que sus compañeros de la Planta 1.
Hasta allí llegó José Luis Martínez, gerente de relaciones laborales, para intentar disuadir a los manifestantes. No le salió muy bien la jugada. Los trabajadores tenían preocupaciones genuinas derivadas de la falta de salario durante las últimas ocho semanas, mientras que el representante solo tenía respuestas vagas y poco concretas sobre el estado actual de la empresa. El pasado marzo, la mayoría accionarial de Altos Hornos de México —que durante décadas ha estado en manos del empresario Alonso Encira Elizondo— fue traspasada a un grupo de inversionistas extranjeros que prometieron una inyección inicial de 200.000 millones de dólares para cubrir, precisamente, este tipo de gastos: pago a trabajadores, gasolina y todo lo necesario para que sigan operando las plantas. Sin embargo, ese dinero no aparece por ninguna parte.
“¿Por qué no nos depositaron ayer? Todos tenemos ocho semanas sin cobrar, sin vales despensa, ya no nos quedan ahorros, no tenemos nada”, decía la noche de este martes uno de los trabajadores. Él y sus compañeros van vestidos igual, camiseta normal o de fútbol y visera, pantalones vaqueros y zapatillas. “La empresa está haciendo muchos movimientos, muchos esfuerzos para poder pagar las nóminas”, se justificaba Martínez. Contó que la empresa está vendiendo chatarra y carbón para intentar conseguir el dinero suficiente para pagar a los trabajadores, pero que el dinero no llega tan fácilmente de la venta de estos productos. “No te puedo asegurar, porque te estaría mintiendo, cuándo va a llegar ese dinero, pero estamos haciendo todo lo que podemos”.
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