Olivier Dubois: “La privación de libertad de los migrantes debería ser algo excepcional”
El jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja para México y Centroamérica alerta del uso desproporcionado de la fuerza contra los migrantes y las medidas que deben tomar las autoridades para evitar tragedias como la de Ciudad Juárez
Olivier Dubois ha tomado las riendas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y Centroamérica en un año cuando se ha producido un incremento alarmante de los migrantes que aspiran a llegar a Estados Unidos, con un aumento de 43% de los migrantes que residen en instancias en México y de 974% de quienes han registrado su ingreso a Honduras. Ese flujo de personas que cruzan América Central y México se topan con una situación difícil, que incluye la violencia de agrupaciones criminales, secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas. Además, las autoridades mexicanas han militarizado las fronteras y mantienen una política de mano dura que ha generado escenas lamentables como la persecución violenta por militares de migrantes en las fronteras o hechos espantosos como el incendio en un centro de detención en Ciudad Juárez, donde fallecieron 40 migrantes calcinados. Dubois (Lieja, Bélgica, 52 años) asegura en esta entrevista que mantienen desde el CICR un diálogo activo con las autoridades migratorias de México para lograr cambios que garanticen un trato más humano para los migrantes. “Lo urgente es que esta autoridad tenga capacitación, tenga equipamiento, tenga órdenes claras en términos del uso de la fuerza para evitar el riesgo de abuso”, afirma.
Pregunta. ¿Cómo enfrenta el Comité una situación tan trágica como la que ha ocurrido en Ciudad Juárez, con la muerte de estos 40 migrantes calcinados?
Respuesta. Ofrecimos nuestro apoyo a las autoridades y nos pidieron unas 50 bolsas para resguardar de manera digna los cadáveres de las víctimas antes de la repatriación a sus lugares de origen. Estuvimos en contacto con familiares de los fallecidos y les respaldamos con apoyo psicosocial y facilitando un poco el contacto con las autoridades correspondientes. En este caso podemos decir que sí hubo una buena coordinación entre México y los países de origen para dar la información y hacer una repatriación rápida y una identificación rápida de los muertos.
P. Estos migrantes fueron detenidos sin que se les pudiera señalar ningún tipo de crimen y fueron encerrados en esas celdas. ¿Cómo califican el uso de la fuerza de parte de las autoridades frente a los migrantes?
R. El tema migratorio es bastante complicado y hay diferentes maneras de enfrentarlo. Lo que hacemos nosotros es visitar esas estaciones migratorias y tener la posibilidad de ver las condiciones dentro de esos lugares y también tener este diálogo con las autoridades para asegurar un trato con dignidad y respeto. La posición del Comité Internacional es que la privación de libertad de migrantes por ser migrantes, sin que sean reconocidos como autores de crimen, debería ser algo excepcional. Y lo que podemos ver ahora, después de esta tragedia, es que hay un debate que puede ser sano sobre el uso de la privación de libertad de los migrantes.
P. Parece que hay de parte de las las autoridades mexicanas un interés de criminalizar a los migrantes en México.
R. No puedo decir eso de esa manera tan clara. Lo que me parece importante es abrir todas las posibilidades para asegurar que los migrantes no sean vistos como criminales, que puedan tener dignidad y seguridad y también oportunidades. Y no es tan fácil, porque creció bastante el año pasado el número de personas que llegaron a México, incluidas las que llegaron de manera irregular. Y lo que complica el asunto ahora es que hay una diversificación de perfiles de países de origen.
P. Usted menciona que parte del trabajo que hace el Comité es ver las condiciones de estos lugares dónde están los migrantes recluidos, ¿qué conclusión sacan? ¿Cuentan con condiciones humanitarias para recibir a los migrantes?
R. Nuestro organismo no hace valoraciones públicas, denuncias públicas, cuando hay una condición que no es acorde a los estándares internacionales humanitarios. La manera en la cual trabajamos es tener este espacio para acceder a lugares de detención, ya sea para migrantes o a otras personas privadas de libertad. Es un privilegio. Y entonces aprovechamos ese privilegiado para tener una discusión directa con esas personas para después mantener un diálogo con las autoridades encargadas. No es una discusión únicamente para enfatizar malas prácticas, sino también buenas prácticas que deberían ser reproducidas, difundidas dentro de las instituciones, porque es un desafío.
P. ¿Pero han podido constatar que se cumplen con requisitos mínimos para garantizar una permanencia decente para estos migrantes en estos lugares?
R. La idea no es de calificar y decir que si cumple o no cumple con este tipo de requisitos, sino más bien de poder decir que sí, que las autoridades nos ofrecen ese espacio. Pienso yo en la retroalimentación que hemos tenido. Nos agradecen por proponer soluciones y también darles la posibilidad de reaccionar. El mundo no es perfecto, pero lo que encontramos es una voluntad de escucharnos y de reaccionar sobre nuestras observaciones.
P. ¿Qué medidas deben tomar las autoridades migratorias para evitar que ocurran tragedias como la de Ciudad Juárez?
R. Lo más básico es revisar los protocolos de seguridad, de reacción en caso de emergencia dentro de estos lugares. Y después debe haber una reflexión sobre cómo se deben adaptar México y otros países como los de América Central frente a los diferentes cambios en situación migratoria. Un tema que nos parece importante es seguir informando con claridad a todos los migrantes sobre las posibilidad de tener acceso a servicios, de conocer los procedimientos migratorios en este país o en Estados Unidos. Muchos quieren tener la información con celeridad, porque 2020 fue un año de cambios de políticas migratorias, de procedimientos, y hay un montón de desinformación, que impide realmente a los migrantes tomar buenas decisiones. Los dejan en incertidumbre.
P. ¿Le preocupa al Comité el hecho de que se haya militarizado el tema de la migración? Es decir, hemos visto un despliegue enorme de la Guardia Nacional para limitar la entrada de migrantes en México.
R. Lo que es importante recordar aquí es que cualquiera que sea la autoridad desplegada, lo urgente es que esta autoridad tenga capacitación, tenga equipamiento, tenga órdenes claras en términos del uso de la fuerza para evitar el riesgo de abuso. El tema importante es tomar todas las medidas para resguardar la dignidad y tener un uso de la fuerza que sea alineado con los estándares internacionales.
P. Hace unos años fue expulsado de Nicaragua el jefe de misión del Comité sin que el Gobierno nicaragüense diera explicaciones. ¿Cuál es la relación que tienen en este momento con el Gobierno de Nicaragua?
R. Seguimos ahí. Tenemos una colega que desempeña su trabajo. Hemos visitado centros penitenciarios y hemos capacitado a funcionarios sobre el tema de reglas, maneras de tratamiento de privados de libertad. También apoyamos a la Cruz Roja de Nicaragua a desempeñar su trabajo. En este sentido, tuvimos la posibilidad de apoyarles directamente cuando hubo el huracán Julia el año pasado. Tenemos un acuerdo para entrar en centros penales y al mismo tiempo aseguramos un espacio de diálogo más confidencial con las autoridades. Por eso no comunicamos tanto sobre el asunto, porque pensamos que sí, que debemos favorecer este diálogo confidencial para lograr unos cambios.
P. ¿Han podido negociar el retorno de un representante del Comité a Managua?
R. Hay una encargada que está presente, que ha podido desde el año pasado seguir trabajando. Por otro lado, yo fui a Nicaragua dos veces y probablemente voy otra vez porque se necesita tener un diálogo con las autoridades y continuar el trabajo.
P. El Gobierno de Nicaragua liberó a más de 200 personas que eran consideradas presas políticas. La oposición asegura que todavía hay por lo menos una treintena de personas detenidas, que consideran presos políticos. ¿Ustedes han podido acceder a ellos, han podido hablar, han visto las condiciones en las que están estas personas?
R. No me parece mi rol ahora hablar de casos particulares, sino más bien destacar el hecho que sí hemos tenido la posibilidad de visitar diferentes centros penales y tener esta conversación privada con 108 personas. Por supuesto que lo que buscamos es hablar también con personas que tienen vulnerabilidades, pero no voy a entrar en este detalle de casos personales.
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