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City Towers Black, la historia de una construcción ruinosa y un vecino amenazado de muerte

Rodrigo Muñoz Dromundo empezó reclamando pintura vinílica para su departamento y terminó destapando irregularidades que ponen en peligro la vida de los vecinos

El edificio en Popocatépetl 415, en la alcaldía Benito Juárez.
El edificio en Popocatépetl 415, en la alcaldía Benito Juárez.Nadya Murillo
Daniel Alonso Viña

Como una bola de nieve diminuta que va creciendo al bajar por la montaña, esta historia empezó con un detalle casi insignificante: las paredes del departamento que compró Rodrigo Muñoz Dromundo en el número 415 de la calle Popocatépetl eran de pintura vinílica y no de la pintura de esmalte, más cara y resistente, que él había pagado. La bola de nieve se hizo cada vez más grande, y ahora Muñoz está amenazado de muerte por publicar en sus redes sociales las múltiples irregularidades del edificio City Towers Black: instalaciones de gas deficientes, construcción de más departamentos de los permitidos, goteras que van desde el piso 22 hasta el sótano siete o falsos extractores de aire en el garaje.

En una de las muchas salas de juntas que hay en el edificio, Muñoz, abogado financiero en Ciudad de México, habla de los primeros detalles que le pusieron en alerta. “Aparte de la pintura, yo pagué por un piso de ónix industrializado, pero me pusieron porcelanato, el zócalo entre la pared y el piso es de cartón, en vez de madera, y los cristales que aíslan del ruido de la calle debían tener 16 milímetros y tienen cuatro”, enumera Muñoz. Cuando encontró estás diferencias entre lo contratado y lo construido, trató de hablar con los arquitectos para que se lo cambiaran, pero ellos no reaccionaron bien.

Rodrigo Muñóz en el edificio de Popocatépetl 415.
Rodrigo Muñóz en el edificio de Popocatépetl 415.Nadya Murillo

“Eduardo Miranda [uno de los arquitectos] me amenazó y me dijo: ‘Si no te callas, te vamos a destruir la vida’”. Y así lo hicieron. A los pocos días recibió un citatorio de la Fiscalía para la Atención de Delitos Electorales —”que no tiene nada que ver con asuntos inmobiliarios”—. Había sido denunciado por un delito de extorsión y amenazas. Le vincularon a proceso gracias a las declaraciones de varios trabajadores de la empresa, le impusieron medidas cautelares y le despidieron de su trabajo, no estaban dispuestos a tener contratado a alguien vinculado a proceso por extorsión.

“Me querían demostrar el poder que ellos tienen”, dice Muñoz. Meses más tarde, el Tribunal Superior de Justicia desestimó su caso por falta de pruebas y determinó que hubo violaciones de derechos humanos y un claro favoritismo hacia su contrario. Muñoz, en vez de acobardarse, siguió adelante y denunció a la empresa por fraude de constructores, en una demanda en la que se representa a sí mismo y a 40 vecinos más. “Se toparon con una persona que no se va a dejar, no voy a dejar que se salgan con la suya, aunque salga todo de mi bolsa”, asegura Muñoz.

Un departamento en este edificio ronda los seis millones de pesos y los arquitectos, al menos en apariencia, han conseguido dar al complejo el aire de exclusividad que eso merece. En la entrada, además del portero, detrás de un mostrador parecido al de un hotel, dos secretarias se encargan de tomar los datos a los visitantes y revisar la identificación. A cambio, dan una pulsera como la de los festivales, con la que se adquiere el derecho de estar en una sala amplia de suelos de mármol negro y techo alto del que cuelgan unas luces de tulipas suntuosas. Las puertas se abren con un dispositivo de huella dactilar y el complejo tiene dos albercas de 40 metros, varias salas de juntas, mesas de billar, jacuzzis, una selva acuática para niños y unos salones comunitarios donde pasar la tarde.

Muñoz muestra una supuesta reparación a la altura de los tubos de gas a nivel de piso del inmueble.
Muñoz muestra una supuesta reparación a la altura de los tubos de gas a nivel de piso del inmueble.Nadya Murillo

En su empeño por desenmascarar a la gente que le estaba haciendo la vida imposible, Muñoz ha descubierto irregularidades que van más allá de la pintura de esmalte y que atentan contra la vida de los vecinos, según el dictamen enviado por Protección Civil hace unos días. El informe da cuenta de extintores despresurizados, escaleras de emergencia que se terminan en el segundo piso o calentadores de agua en los departamentos sin salida al exterior.

Las calderas del parque acuático a la entrada del garaje emiten gases que se quedan atrapados. Los extractores no están en funcionamiento y eso “expone a residentes y personal de mantenimiento”, dice el dictamen. Los gases de combustión de las estufas “no tienen salida al exterior” y la ventilación de los departamentos es “deficiente”. “En caso de fugas de gas natural”, dice el documento, “estas se alojarán en esos departamentos, con riesgo de encontrar una fuente de ignición”.

Mientras recorre el edificio enseñando las fallas, Muñoz exclama: “La corrupción sí mata”. “Ya hubo intoxicados aquí, una mujer embarazada”, cuenta. Ahora clienta suya, la mujer tenía fuertes dolores de cabeza que le duraron meses, hasta que un día se desmayó y la tuvieron que llevar al hospital. Había deficiencias en las instalaciones de gas de su departamento. “Y mira, las instalaciones de gas van por dentro de la pared, en vez de por fuera. Si hay alguna fuga, puede ser fatal, porque nadie la va a detectar hasta que sea demasiado tarde”, sentencia. La empresa desarrolladora de este y otros proyectos inmobiliarios en la ciudad, City Towers Green, no ha respondido a las peticiones de comentario de este periódico.

Vista de las terrazas del edificio.
Vista de las terrazas del edificio.Nadya Murillo

El documento de “Autorización de uso y habitabilidad” de este edificio fue firmado por Víctor Manuel Alberto Mendoza, director general de Planeación y Desarrollo de la alcaldía Benito Juárez. También es hermano de Luis Alberto Mendoza, diputado del PAN, partido cuyos dirigentes en la Ciudad de México han sido acusados de corrupción inmobiliaria por la Fiscalía. Nicias Aridjis, exdirector de Obras y Desarrollo Urbano de la misma alcaldía, fue detenido en octubre del año pasado acusado de enriquecimiento ilícito. Hasta el momento, Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, informó de que ya son 198 los inmuebles que están siendo estudiados en relación con el llamado Cartel inmobiliario de la Benito Juárez.

El esquema de corrupción es similar al seguido en este edificio. La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) realiza el estudio de Impacto Urbano y analiza la capacidad de la red eléctrica y del sistema de aguas, así como el riesgo sísmico de la zona. Después, determina que en el terreno adquirido por la empresa se pueden construir un máximo de 752 departamentos en 22 niveles. El siguiente paso es un trámite administrativo llamado Manifestación de Construcción. En este papel, sin razón aparente y saltándose las indicaciones de la Seduvi, se firma una ampliación que aumenta el número de departamentos a 784. Para terminar esta espiral expansionista, el siguiente trámite, el Registro de Manifestación de Construcción, dice que son 808 departamentos los que se van a construir, 56 más que al principio.

Estos documentos con irregularidades, además de los problemas en la instalación de gas y las medidas de seguridad, deberían haber provocado que Víctor Manuel Mendoza no firmase la “Autorización de uso y habitabilidad”. Sin embargo, Mendoza firmó, la gente entró a vivir y años después un dictamen de Protección Civil, realizado después de la intoxicación de una embarazada, pone sobre la mesa todas las fallas del edificio, algunas de las cuales podrían poner la vida de sus vecinos en peligro. Cuando Muñoz intentó denunciar esto en su cuenta de Twitter, empezaron las amenazas.

Los conductos del gas, que deberían ir por el exterior de la estructura.
Los conductos del gas, que deberían ir por el exterior de la estructura.Nadya Murillo

“Yo llevaba tres años peleando esto, pero mis denuncias estaban paradas. Desde que empecé a hacerlo público en redes, los casos avanzan, pero el problema es que también empezó el acoso”, cuenta Muñoz. “En septiembre del año pasado, mi padre venía manejando mi coche y se le acercaron dos personas subidas en una moto. El de atrás llevaba una pistola, cargó la bala y de repente dice: ‘no es él’, y se marcharon”, cuenta. Al mes siguiente, misma situación, pero esta vez iba él conduciendo su coche. “Se acercaron con una pistola, me atracaron, me pidieron el celular y la computadora, y me dijeron: ‘Bájale de huevos’”, dice Muñoz sin rastro de miedo en la voz. También le han pinchado las llantas del coche y le han aventado palomas muertas al balcón de su casa con mensajes de que le van a cortar la cabeza.

Pero le da igual, no se acobarda. La bola de nieve que cae por la montaña es una masa tan grande que ya nadie la puede parar. “Mientras más me amenazan, más me doy cuenta de que estoy cerca de algo”, sentencia. “Aunque sí me da miedo. Sé que me tengo que cuidar, pero también siento que cuanto más público lo hago, más difícil es para ellos quitarme de encima”.

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