El horror del ‘caso Debanhi’: del fracaso de la Fiscalía a la falta de detenidos
Después de seis meses de silencio y los numerosos fallos de la Fiscalía de Nuevo León, no hay un solo detenido por la muerte de la joven de 18 años a las afueras de Monterrey
El 9 de abril de 2022 se produce un hecho que conmociona a un país azotado por la violencia contra las mujeres y la inacción de las autoridades. Debanhi Escobar, de 18 años, desaparece frente al motel Nueva Castilla, en el kilómetro 15 de la carretera que va de Monterrey a Nuevo Laredo, en el Estado de Nuevo León. Durante los días posteriores, el motel fue registrado hasta cuatro veces por las autoridades. Ni rastro de la joven. Dos semanas después, tras una intensa búsqueda de las organizaciones civiles y las fuerzas policiacas estatales, el cuerpo sin vida de Debanhi Escobar aparece flotando en una cisterna de ese mismo motel. La oleada de indignación por un caso que ya se había convertido en un símbolo de la violencia de género en el país presionó a las instituciones estatales a ofrecer una investigación seria sobre el crimen. Seis meses después, el caso ha pasado a manos de la Fiscalía federal ante los escasos avances. No hay ni un solo detenido. La muerte de Escobar sigue siendo un misterio.
Hace una semana, la Fiscalía General de la República se hizo con el expediente y poco después, el fiscal de Nuevo León y máximo responsable de la investigación, Gustavo Adolfo Guerrero, renunció a su cargo. Bajo su mandato apenas se consiguió arrojar algo de luz sobre el crimen. E incluso se llegó a insinuar al principio un posible accidente de la joven, al caer a la cisterna, lo que provocó más indignación social. En ese Estado, las autoridades han contabilizado 70 feminicidios hasta el mes de agosto, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública. En México se estima que mueren asesinadas más de 10 mujeres al día. De todos los asesinatos, menos del 10% se resuelve.
Después de seis meses de silencio, un cúmulo de fallos de la Fiscalía y ningún detenido, estas son las fechas claves del caso Debanhi:
11 de abril: psicosis por la desaparición de mujeres
Solo dos días antes de que Debanhi Escobar desapareciera, las autoridades de Nuevo León encontraron a una joven, María Fernanda Contreras, de 27 años, asesinada después de días desaparecida. Los colectivos feministas comenzaron a presionar al gobernador Samuel García (Movimiento Ciudadano) con dos días consecutivos de protestas en la capital, Monterrey. María Fernanda no era la única y denunciaban una oleada de desapariciones de mujeres en el Estado. Y el mandatario anunció la creación urgente de un grupo especial de búsqueda. En ese momento había al menos una decena de jóvenes en paradero desconocido. Entre ellas, Debanhi Escobar, desaparecida desde el 9 de abril.
21 de abril: la primera alerta
Trece días después de una intensa búsqueda, a la que se sumaron colectivos de desaparecidos de Estados aledaños, los empleados del motel Nueva Castilla informan de la identificación de un “olor fétido” proveniente de una cisterna en las inmediaciones del motel Nueva Castilla, según la información oficial. Este punto fue el último en el que se había observado a Debanhi esa noche, según la foto que le tomó un taxista, estaba sola frente al motel antes de desaparecer. Habían registrado el establecimiento cuatro veces y no habían encontrado nada. En el interior de la cisterna, hallan el cuerpo sin vida de una mujer.
22 de abril: identificación del cuerpo
El padre de Debhani Escobar, Mario Escobar, confirma que el cadáver encontrado es el de su hija. “¡13 días aquí! ¿Cuántas veces estuvieron aquí?”, criticó el padre a las autoridades. Ese viernes 22, la Fiscalía de Nuevo León aseguraba que la causa de la muerte fue “un golpe en la cabeza”, según la primera autopsia. Sin dar más detalles y abriendo la posibilidad de que se hubiera caído ahí por accidente.
Escobar responsabiliza al taxista encargado de llevar a su hija —el que le tomó la última fotografía— y asegura que la Fiscalía le había mostrado videos en los que se observa al chofer tocarle los pechos a la joven, lo que la obligó a salir del coche. Una versión que negaría días después.
27 de abril: publicación de primeras imágenes y primeras destituciones
El motel alegó no tener ningún registro en sus cámaras de seguridad de la joven, según la versión oficial. Pero tras la fuerte presión social y mediática, aparecen finalmente unos vídeos en los que se ve a la joven corriendo cerca del motel Nueva Castilla poco antes de morir. Según las imágenes difundidas por la Fiscalía, Escobar se asoma a un restaurante del motel que estaba cerrado y a escasos metros, la cisterna donde se encontró su cadáver. En esa conferencia de prensa las autoridades refuerzan la tesis del accidente y la indignación se agudiza. La familia de la víctima tuvo acceso a estas grabaciones dos días antes, el 25 de abril.
El Fiscal de Nuevo León, Gustavo Adolfo Guerrero, destituye a dos funcionarios a su cargo: al titular de Antisecuestros y al de Personas Desaparecidas. Y ese mismo día nombra a la fiscal de Feminicidios, Griselda Núñez, como portavoz del caso. El objetivo: tratar de revertir la falta de sensibilidad a la hora de comunicar los avances en la investigación de la muerte violenta de una mujer.
12 de mayo: segundo dictamen de autopsia
EL PAÍS tiene acceso al segundo dictamen de autopsia solicitado por la familia de Escobar. Al cadáver de Debanhi se le han practicado dos autopsias y se han emitido tres informes. En el primero, que establecía la causa de muerte por un fuerte golpe en el cráneo, no se explicaba la mecánica de la muerte ni si había participado alguien más. En este segundo dictamen incluido en la carpeta bajo secreto de sumario, un médico forense autorizado por la Fiscalía señaló que Debanhi Escobar fue asesinada y sufrió abuso sexual antes de morir. El doctor emitió su dictamen según las pruebas médicas, fotografías del cadáver que se le habían practicado en la primera autopsia.
En este segundo dictamen se descarta por primera vez la hipótesis del accidente que el organismo público sugería en las semanas anteriores. Según los datos del documento, la joven fue golpeada varias veces con un “agente contundente” en la cabeza y murió antes de llegar al tanque de agua.
13 de mayo: apoyo del Gobierno Federal
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ofrece su soporte científico y de inteligencia para esclarecer la verdad sobre el caso. El presidente se reúne con los padres de Escobar y les promete que no habrá “impunidad”. Horas más tarde, el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía, presenta un acuerdo para cooperar con la Administración de Nuevo León y analizar los indicios, peritajes y dictámenes de autopsia efectuados al cadáver de la joven.
19 de mayo: la Fiscalía del Estado elude presentar avances
El Ministerio Público no informa, como había acordado, de los progresos semanales. El Gobierno Federal señala que un equipo forense de la Ciudad de México será el encargado de establecer el dictamen de autopsia definitivo, con una revisión de los dos anteriores. Después, acordó llevar a cabo una segunda necropsia, para lo que fue necesario exhumar el cadáver de la joven.
18 de julio: última autopsia oficial
El Gobierno Federal asumió el 26 de mayo partes de la investigación, y ese mismo día la Administración de Nuevo León anunció que las autoridades procederían a exhumar el cuerpo para realizar una nueva autopsia, 68 días después del entierro. El resultado de este examen se determinó el 18 de julio. El equipo forense concluyó que Debanhi Escobar murió por asfixia por sofocación, es decir, fue asesinada. Aunque el peritaje no señaló más detalles de con qué objeto ni cómo pudo haber muerto.
1 de octubre: La Fiscalía General asume la investigación
El Ejecutivo federal se hace cargo de las indagaciones sobre el caso Debanhi. El Gobierno anunció este traspaso dos meses antes, el 18 de agosto, fecha en que la Fiscalía de Nuevo León formuló una imputación a los que obstruyeron la indagación al inicio de la investigación.
5 de octubre: renuncia del fiscal general de Nuevo León
El jefe de la Fiscalía del Estado, Gustavo Adolfo Guerrero, dimite de su cargo. Tras seis meses de silencio sobre el caso Debanhi, Guerrero asegura que, después de 40 años de servicio, había decidido jubilarse.
Después de dos autopsias, decenas de cateos, pruebas de ADN en el motel, revisión de horas de cámaras de seguridad que finalmente consiguieron requisar, el crimen de Debanhi Escobar sigue en el punto de partida. La falta de respuestas ante lo sucedido esa noche abre una incógnita más dramática. Si la muerte de Debanhi Escobar no se esclarece, si no hay justicia para un caso tan mediático y con todo el apoyo federal, donde al menos se cuenta con un cadáver, no como en otros miles de mujeres desaparecidas, ¿qué puede esperar el resto?
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