‘La evaluación’, un documental que vuelve a los testimonios de los perpetradores del ‘caso Ayotzinapa’

Un dedo que señala, unas rodillas que tiemblan y una mirada que evita encontrarse con la de una psicóloga que, con voz robótica, dice: “Cuénteme, ¿cuál es su participación en los hechos del 26 de septiembre de 2014?”. Así empieza el tráiler de La Evaluación, el nuevo documental del periodista y cineasta Diego Enrique Osorno, que se estrenará el próximo mes de octubre en el Festival de Cine de Morelia. Durante 32 minutos, Osorno explora los espacios vacíos de la llamada “verdad histórica”, la versión fabricada sobre el destino de los 43 estudiantes desaparecidos hace ahora casi ocho años.

Jesús Murillo Karam, que fue entrevistado por Osorno para el documental —”fue hace unos años, mucho antes de que se barajase su detención”—, ahora está detenido y en la cárcel, a la espera de ser juzgado por su papel determinante en la creación de la “verdad histórica”, expresión que Murillo utilizó cuando estaba al frente de la Procuraduría General de la República (PGR) y que ha pasado a la historia. Esa entrevista, más una selección minuciosa de horas y horas de videograbaciones de varios inculpados al comienzo del proceso, sirven para enarbolar este último metraje de Osorno. A través de los interrogatorios y las evaluaciones psicológicas de los detenidos, el director busca “volver ahí, a las grabaciones originales, y reflexionar para que cada uno pueda sacar su propia conclusión”.

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Tráiler del documental 'La evaluación'

¿Cómo se fraguó este proyecto? “Todo empezó en 2018, cuando el nuevo Gobierno abrió un umbral para revisar la verdad histórica que había sido rechazada por las familias. En ese contexto empezamos a revisar los materiales de la procuraduría que estaban saliendo a la luz y decidimos que queríamos hacer una revisión lo más formal posible de aquella infamia”, relata Osorno a EL PAÍS.

Para enfrentar este trabajo, Osorno se acompañó de John Gibler, periodista estadounidense y escritor de Una historia oral de la infamia, libro de referencia sobre el ataque que tuvo lugar aquel 26 de septiembre contra los 43 estudiantes desaparecidos del Colegio Rural de Maestros de Ayotzinapa. Además, está realizado por la productora Detective, creada por él para dar salida a todos aquellos proyectos periodísticos que, cómo este, a medida que avanza la investigación se va “perfilando un documento visual”. Con este documental, Osorno quiere “dejar al espectador con la posibilidad de observar contradicciones y efectos del uso de la tortura” que se utilizó para crear la “verdad histórica”.

El director habla del sentimiento de “indignación”, compartido por muchos en esa época, que le llevó a investigar para tratar de entender uno de los escándalos judiciales más importantes en la historia reciente de México. Además, él había estado en esa escuela años antes: “Básicamente soy reportero y me gusta seguir la historia. Estuve en esa escuela en 2007 reportando las movilizaciones de estudiantes que hubo en aquellos meses. Nunca imaginé que pudiera pasar lo que sucedió años después”.

Ese mismo afán de reportero le ha llevado en estos años a escribir libros como El cártel de Sinaloa (Grijalbo) y Slim (Debate). Y ayudado por el equipo de apenas 8 personas que componen su productora, Osorno se ha lanzado a la realización de documentales como 1994 (Vice) y Vaquero del mediodía (Detective, su propia productora). Por ellos ha recibido premios como el Premio Nacional de Periodismo de México o el premio Ariel de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

A punto de cumplir ocho años de la tragedia, el caso Ayotzinapa avanza. La Fiscalía General de la República acusó a Murillo de permitir la tortura que infringieron sus subordinados a cuatro detenidos por el caso, además de determinar que el exfiscal impuso una línea de investigación parcialmente falsa, la “verdad histórica”, con el objetivo de atajar el “clamor social” que había provocado el caso. Además, la Fiscalía ha determinado que Murillo organizó la manipulación del paraje del Río San Juan, de forma que se pudieran encontrar allí restos de uno de los 43 estudiantes.

—En un contexto como el actual, en el que el caso evoluciona como nunca antes, ¿qué preguntas responde el documental?

—Más que responder, creo que pone el acento sobre ciertas preguntas, para que el espectador observe por sí mismo las profundas contradicciones que esconde este caso y saque sus propias conclusiones.

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