La inflación complica la economía de las familias para el regreso a clases escolares
El aumento de precios en los enseres didácticos será uno de los más elevados del siglo
Se presume como uno de los regresos a clases más caros en lo que va del siglo. Y es que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), desde la segunda quincena de marzo de 1997 no se reportaba un incremento de precios en útiles y enseres escolares tan elevado como el proyectado para el ciclo educativo que empieza. Reusar —libretas, carpetas, bolígrafos, etcétera— será la palabra clave que muchas familias mexicanas tendrán que poner en práctica para, a su vez, solapar los impactos de la ola inflacionaria que ha azotado la vida económica del país en meses recientes.
“Asusta ir de compras”, afirma Laura Salazar, madre soltera de dos niños que a finales de agosto esperan volver a clases en medio de una escéptica nueva normalidad. “Lo que estoy haciendo es coser las hojas restantes de cuadernos de años pasados para hacer uno solo… o los que salgan. Son cien o doscientos pesos que puedo salvar”, añade. Así como Laura, otros tutores se preparan para solventar los gastos venideros para este inicio de curso.
El precio de cuadernos y carpetas escolares es un 14% más respecto a julio del año pasado, mientras que el costo de lápices y bolígrafos ha subido casi un 10% —el mayor aumento en el último lustro. Se dice poco: al final, pagable. Pero lo cierto es que dichas alzas se inscriben en el regreso presencial a las aulas, que también supone un gasto en uniformes, alimento y transporte. El aumento en los costos de producción de papel, por ejemplo, responde a la crisis mundial en el sector que no ha parado desde 2021; aunado a la escasez de celulosa, insumos y otras materias primas para su fabricación.
La crisis es más grave para algunos Estados de la República. Inegi reporta que el Estado de México y Guerrero son las entidades del país en las que, en términos porcentuales, el aumento de precios se resiente más. Para el caso del primero, en el que la matrícula escolar supera los cuatro millones de alumnos, los útiles escolares se han encarecido un 18%, mientras que en Guerrero, en donde la Secretaría de Educación Pública registra a poco más de un millón de estudiantes inscritos, los precios de estos enseres llegan a ser un 14% más caros que los del año pasado.
“Cuando era niña e iba a la escuela —recuerda Salazar—, mis padres y yo salíamos con el carrito del supermercado copeteado de cosas en cada regreso a clases. Entre libretas, lápices de colores, mochilas, loncheras… es algo que mis hijos nunca han visto”.
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