La violencia lastra la competitividad de Zacatecas y Michoacán, desvela un estudio del IMCO
Ciudad de México y Nuevo León ocupan los primeros sitios del indicador, mientras Guerrero se sitúa por décimo año consecutivo en el último lugar del listado
Fusilamientos a plena luz del día, cuerpos abandonados en las carreteras, amenazas de muerte a funcionarios extranjeros. La ola de violencia que recientemente asola a las entidades de Zacatecas y Michoacán ha repercutido en sus niveles de competitividad, que han caído a los lugares 28 y 29, respectivamente, así lo desvela el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2022 elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). El organismo, que evalúa la capacidad de los 32 Estados para generar, atraer y retener talento e inversiones, han presentado este martes los resultados de la medición, colocando a Ciudad de México y a Nuevo León a la cabeza, mientras que Guerrero se sitúa nuevamente en el último lugar de la tabla al registrar los peores resultados en innovación y gobierno.
Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del IMCO, explica que en Zacatecas el ambiente de inseguridad sí puede estar afectando a las otras variables económicas que son las que causan el deterioro en la posición en términos de inversión. El Estado cayó tres posiciones respecto a la medición del año anterior y cayó al fondo del listado en el lugar 28. En esta ocasión fue la segunda entidad peor evaluada en asesinatos al registrar 67,9 homicidios por cada 100.000 habitantes, solo detrás de Baja California, con un costo del delito promedio de 1.626 pesos por persona (unos 80 dólares).
En el caso de Michoacán, el Estado también cayó tres posiciones respecto al análisis de 2021 y se ubicó en el sitio 29. Michoacán también es el Estado con mayor percepción de corrupción política del país, con un 91%. Uno de los puntos más alarmantes fue el costo del delito, que en un año se duplicó al pasar de 3.000 pesos (150 dólares) a 7.109 pesos (356 dólares) por persona, la erogación más alta de todo el país. De acuerdo con Carrillo, el alto costo también pudiese estar vinculado a la industria del aguacate y las medidas que han debido adoptar para garantizar la producción luego de que en febrero pasado EE UU suspendiera temporalmente las importaciones de aguacate mexicano debido a la amenaza de muerte que recibió uno de sus agentes federales que laboraba en la zona. Los envíos del llamado oro verde mexicano se reactivaron solo hasta que las autoridades federales y estatales se comprometieron a reforzar la vigilancia en el área.
Los resultados de la edición 2022 dan cuenta de que persiste el rezago en el sureste del país en el ámbito de salud, escolaridad y empleo. En dicha región se concentran los obstáculos más significativos para el desarrollo, particularmente, la prevalencia de altos niveles de pobreza, bajo nivel de escolaridad y poco acceso a la salud. Chiapas, Oaxaca y Guerrero están en los últimos puestos de competitividad, como en años anteriores. Carrillo refiere que en el caso de Guerrero, último en la lista desde hace 10 años, hay mucha precariedad laboral, escasa innovación e inversión y también la inseguridad es un problema que comparte con Zacatecas y Michoacán. “Cuando hay competitividad, la inversión llega, los Estados más competitivos son los que atraen inversión, más que al revés, claro, es un círculo virtuoso, pero la competitividad también va a atraer las inversiones”, refiere.
El índice de 2022, que consideró los datos estatales del año previo, da cuenta, según Carrillo, de que la recuperación tras la pandemia ha sido muy desigual en el país. “Hay Estados como Quintana Roo que por estar en una economía tan orientada a los servicios en 2021 todavía tuvo problemas, el empleo en la Ciudad de México tampoco se recuperó en los niveles previos a la pandemia en términos formales”, zanjó.
Las entidades más competitivas atraen más talento e inversión y ofrecen mejores condiciones laborales. Un Estado competitivo genera las condiciones necesarias para elevar la calidad de vida de los trabajadores y de acuerdo con el análisis del IMCO se desvela un país fragmentado: mientras en el norte el trabajo provee de mayores ingresos y prestaciones que en el sur. La media de los ingresos laborales de Nuevo León, Baja California y Baja California Sur es superior a los 10.500 pesos mensuales (526 dólares), por el contrario, en los Estados de Tlaxcala, Oaxaca y Chiapas un trabajador que labora durante un mes ganará unos 6.250 pesos, unos 313 dólares.
El experto laboral, Santiago Levy, detalló que el ingreso por hora del trabajador promedio mexicano en la actualidad es menor que el de hace 30 años, a pesar de trabajar más y contar con más estudios. “A pesar de la estabilidad macroeconómica, de los avances en la escolaridad de la población y de la integración del Tratado de Libre Comercio y otros tratados comerciales, el mercado laboral en México funciona muy mal. Es imposible pensar en una economía dinámica y productiva si su mercado laboral es disfuncional”, zanjó.
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