El secretario de Defensa, sobre la huida del Ejército en Nueva Italia: “No había por qué responder a la fuerza”
El ministro Luis Cresencio Sandoval defiende que el Ejército optó por evadir el bloqueo en Michoacán al no existir agresión armada
La huida de más de 300 militares de Nueva Italia, Michoacán, sin un solo disparo y a punta de motor de los pobladores de la región el pasado miércoles, ya tiene una explicación por parte de la Secretaría de la Defensa. Luis Cresencio Sandoval ha asegurado esta mañana en conferencia con el Ejecutivo que las fuerzas federales desplegadas en la zona decidieron actuar de esta manera al reconocer que los civiles estaban desarmados. “No había una agresión armada, no había por qué responder a la fuerza”, declaró.
La explicación llegó después de que en redes sociales se hicieran virales los videos donde se observa a personal del Ejército siendo perseguido por vehículos con civiles en Nueva Italia, una de las ciudades más importantes de la región de Tierra Caliente, territorio complejo, cruzado de conflictos entre el crimen organizado. En las grabaciones se alcanza a escuchar a los conductores gritando: “¡Tírenle, putos, tírenle, tírenle!”, mientras los vehículos militares se alejan a toda velocidad.
Ante la sorpresa que causaron las imágenes de lo que, se supone, fue el repliegue de las fuerzas militares en manos de civiles, este viernes el secretario de Defensa ha defendido su actuar, asegurando que la actitud del Ejército es aplicar el respeto a los derechos humanos y evitar el uso excesivo de la fuerza.
El secretario detalla que los militares comenzaron sus tareas de inspección y vigilancia desde el martes 10 de mayo. “Ese día el Ejército identifica un primer bloqueo en Potrerillo de Coria, con gente desarmada, y siguen su camino, y posteriormente en Cuatro Caminos vuelven a ubicar otro bloqueo, de la misma manera con personal desarmado y vuelven a rodearlo” refiere.
Un día más tarde, tras percatarse que la base social intenta impedir el acceso de las Fuerzas Armadas en la zona, es cuando se despliega un operativo mayor con más de 353 militares, 106 elementos de la Guardia Nacional y 42 policías de Michoacán. “Se tienen resultados positivos, se localizan cuatro laboratorios más para producir metanfetaminas y 15 plantíos de marihuana”, detalla Sandoval.
Aunque los militares terminaron saliendo de Nueva Italia a punta de motor, el secretario de Defensa defendió los logros del operativo: se destruyeron cinco laboratorios de para elaboración de drogas sintéticas, así como 19 plantaciones de marihuana. Dos golpes valuados en más de 13.000 millones de pesos.
Tras dar a conocer este informe, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio su espaldarazo a las Fuerzas Armadas y expresó que “actuaron muy bien los soldados”, en alusión a que no respondieron a los ataques de los civiles. El Ejecutivo, en gira en el Estado de Nuevo León, hizo hincapié en defender sus dichos de que se cuida a los integrantes de las bandas porque son seres humanos. “¿En qué cabeza cabe que la violencia se enfrenta con la violencia? El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”, zanjó.
Michoacán ha sido durante años un polvorín, en el que se enfrentan La Familia Michoacana, contra los nuevos, el Cartel Jalisco Nueva Generación. Y así como tiñen de sangre decenas de municipios de Tierra Caliente, una batalla casi idéntica se libra hacia el este del Estado, el corredor clave de narcotráfico hacia el centro del país y su capital. Los hechos violentos se cuentan por decenas en esta entidad: minas antipersonas, fusilamientos a plena luz del día, asesinatos de alcaldes. Los mensajes del narco asolan a una población que cada día descubre un hallazgo sangriento más difícil de digerir que el del día anterior.
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