Protestas, un polémico referéndum y un millonario traslado: así ha sido el periplo para construir una planta cervecera en México

A más de un año de que un referéndum del Gobierno de López Obrador detuviera en seco sus planes en Mexicali, Baja California, la empresa Constellation Brands —la tercera mayor productora de cerveza de Estados Unidos— ha retomado sus proyectos en el país con la reubicación de esta factoría, valuada en 1.300 millones de dólares, en Veracruz. Este martes, el gobernador del Estado, Cuitláhuac García, confirmó el aterrizaje de esta inversión, aunque no especificó el municipio. “Ellos [los empresarios] ya confirmaron que va a ser en el Estado de Veracruz, es una cuestión de agua y Veracruz tiene el 30% del agua del país, claro, hay que potabilizarla, pero eso que corra por parte de la empresa”, comentó.

Esta semana The Wall Street Journal adelantó que la compañía y el Gobierno harán el anuncio formal de la nueva inversión en los próximos días. Tras las noticias relacionadas con la reubicación de la planta, Constellation Brands se limitó a informar por escrito de que las conversaciones con la Administración federal prosiguen. “Durante los últimos meses hemos estado colaborando con autoridades federales y estatales en los planes para satisfacer nuestras necesidades de producción de cerveza de largo plazo desde el sureste del país, región en la que existen un amplio suministro de agua y mano de obra calificada”, mencionaron.

El puerto de Coatzacoalcos, en Veracruz, supone uno de los anclajes más importantes para que Constellation Brands se decantara por la entidad. Desde inicios del año, el gobernador del Estado ya había dado vistos sobre que este punto sería estratégico para que la compañía pudiese trasladar su mercancía a otros puertos en Estados Unidos. Con esta nueva factoría, la empresa pretende crecer de su codiciado portafolio de cervezas mexicanas para el mercado estadounidense, que también incluye marcas como Modelo, Victoria y Pacífico.

En marzo de 2020, Constellation se vio forzada a detener las obras de construcción de su cervecería, casi terminada, en Mexicali después de que los habitantes de la ciudad fronteriza rechazaran el proyecto. El agua fue el argumento central para que las comunidades del Estado de Baja California se opusieran a él. A través de un polémico referéndum impulsado por el Gobierno de López Obrador se frenó la promesa de una inversión de más de 1.400 millones de dólares. Meses más tarde, la empresa estadounidense reportó una pérdida de entre 650 y 680 millones de dólares por el abrupto freno de este proyecto.

El controvertido referéndum local, en el que un 76% de los poco más de 36.000 participantes, votaron en contra del proyecto cerró de golpe una larga disputa entre la empresa, colectivos ambientalistas y residentes que denunciaban el peligro de escasez de agua si llegaba esta nueva inversión en su municipio. En ese entonces, las organizaciones aseguraron que la compañía utilizaría más de 7.000 millones de litros de agua para su operación. Ahora, justo el agua es la primera garantía que ha puesto el Gobierno de Veracruz para atraer a la factoría.

Dos años después, a 3.000 kilómetros de distancia de los planes originales, con decenas de protestas en medio y tras el desmantelamiento de una planta a medio terminar, el plan de Constellation Brands para convertir a México en pieza clave de su plan de negocios, parece que, ahora sí, está a punto de concretarse.

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