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Henry Vallejo: “El cine es bastante vano. Es un lujo gastar mucho dinero en hacer algo que no sea útil”

El director peruano necesitó 11 años para completar su último largometraje, ‘Manco Cápac’, un filme hecho en familia con un presupuesto de 160.000 dólares que está preseleccionado para los Oscar

El cineasta peruano Henry Vallejo
El cineasta peruano Henry Vallejo, en una imagen de archivo.CORTESÍA

El cineasta peruano Henry Vallejo compró un estabilizador de cámara caro y moderno para filmar su última película. Pero el aparato fallaba en las curvas, cuando había que girar rápido. El director volvió entonces a un artefacto que su hermano, el físico, había estado desarrollando. Consiguieron las escenas que necesitaban, los otros tres hermanos se encargaron del sonido, la fotografía y la producción, y la madre completó lo que faltaba del presupuesto cuando ya todos habían puesto su parte. Manco Cápac, un filme sobre la perseverancia de un joven que migra en busca de trabajo y choca con la indiferencia de la ciudad, se estrena el 9 de diciembre después de cuatro años de rodaje y ha sido preseleccionada para representar a Perú en los Premios Oscar.

Vallejo (Azángaro, Puno, 51 años) habla con EL PAÍS por videoconferencia desde Lima: “Me siento como si hubiera entrado a escribir y he despertado después de 11 años”. El director estrenó su anterior largometraje en 2004 y empezó a escribir el guion de Manco Cápac hace más de una década. En el medio, el rodaje se suspendió cuando llevaban un 10% de la película porque el actor principal de ese momento abandonó el proyecto. Más adelante, se frenó un año porque faltaba presupuesto. Vallejo ya había pedido tres préstamos y no era confiable para los bancos. Su madre entonces aportó el resto, un 5% de los 160.000 dólares que costó en total la producción, que fue financiada, en su mayoría, con un apoyo del Ministerio de Cultura.

El protagonista de Manco Cápac, Elisbán, llega a la ciudad de Puno, en el sur de Perú, hecho una bolita al fondo de un autobús. La ciudad se refleja en los vidrios del vehículo en esa primera escena. Un amigo le ha prometido un trabajo allí, pero el chico no aparece: es la primera de muchas promesas incumplidas que le hacen al personaje interpretado por Jesús Luque. Sin nada –ni casa ni trabajo ni abrigo ni conocidos–, el joven de 18 años camina por Puno en busca de un trabajo. Está solo, cargando con una mochila flaca. La ciudad, que festeja los carnavales, le da la espalda: porque no tiene estudios o no habla inglés o no es chica. Él no deja de caminar. “No le queda otra alternativa que ser redundante. Elisbán tiene que ser así porque, si no, no va a comer”, indica el cineasta.

El actor Jesús Luque en un instante de 'Manco Capac'.
El actor Jesús Luque en un instante de 'Manco Capac'.CORTESÍA

Vallejo buscaba hacer “un pequeño homenaje a los incas”. “Pero una película histórica costaría millones. Si no podíamos hacer algo muy grande, podíamos hacer algo minimalista”, explica. El cineasta, que en la última década ha trabajado como guía turístico, había estado investigando sobre los emperadores que gobernaron hasta hace casi cinco siglos en el actual territorio de Perú. Manco Cápac fue, según los cronistas de la época, el fundador de la primera dinastía inca. “Es natural que este chico [el protagonista] se vea influenciado por esta cultura con una fuerza que está presente en nosotros”, señala el director, que no ofrece más detalles porque develaría demasiado del filme.

“Queríamos contar una historia que socialmente tuviera alguna relevancia y nos pusimos como reto que sea una historia que prescinda de todo sensacionalismo”, señala el director. Así construyó un relato sobrio sin conflictos extremos en el que mucho de lo que ocurre no sucede en la pantalla. “Por supuesto que todo es válido, hacer cine comercial o hacer cine muy de autor”, aclara. En su caso, él busca hacer algo “de utilidad”: “Que nos diga que la vida todavía es hermosa y hay que vivirla”. “El cine es bastante vano, y se gasta mucha plata, mucho tiempo, muchas vidas. Entonces, ¿por qué hacer un cine que sea vacío? Es un lujo gastarse mucho dinero en hacer algo que sea vano y que no sea útil”.

Henry Vallejo (izquierda), con sus hermanos durante el rodaje.
Henry Vallejo (izquierda), con sus hermanos durante el rodaje.

El galardón que le dio la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica –uno de los seis premios y 17 selecciones oficiales que ha recibido el filme hasta el momento– destaca ese aspecto y lo premia por “mostrar las dificultades de la vida” de los migrantes del altiplano y contar “una historia que resulta emotiva, crítica con su entorno social, peculiar y rigurosa en su tratamiento cinematográfico”. El jurado que tomó la decisión también argumenta que la película “consolida el cine producido en Puno como uno de los más creativos del país”.

“En una región que era impensada para hacer cine, en los últimos 20 años se hicieron alrededor de 35 largometrajes”, destaca Vallejo. Y si no son más, apunta, es “solo cuestión de falta de oportunidades”. En Puno, una ciudad de 130.000 habitantes, no hay, por ejemplo, escuelas de formación de cineastas o actores. Vallejo mismo se capacitó en Cuba y Colombia después de hacer su primera película “por intuición”. “No es que seamos menos inteligentes. Es tener la oportunidad, obtener las herramientas, conseguir el dinero y hacer tu película”, opina. “En el interior del Perú es donde está el verdadero Perú no, entonces las ideas más originales van a salir de allí”. Vallejo cree que el desarrollo de las últimas dos décadas es ya “imparable”.

La preselección a los premios Oscar, que se entregan en marzo, ha sido otro impulso. Desde que se conoció la noticia, a él le han llegado ofertas para diferentes coproducciones y a Jesús Luque, le han ofrecido papeles mientras cursa sus estudios en la Escuela de Arte Dramático de Lima. Por la nominación, el cineasta ha tenido que rechazar presentar Manco Cápac en la Feria del Libro de Guadalajara, como estaba previsto, porque para seguir en la carrera a los Oscar la película no debe de ser exhibida gratuitamente. “No hemos hecho la película pensando en esto”, aclara. En cambio, cree que el reconocimiento “es una recompensa al esfuerzo de todo el equipo de trabajo” y a “haber hecho el trabajo desinteresadamente”. “Es muy bueno porque vamos a seguir haciendo cine. Uno no puede estar en una película todos los días, pero parece que va a ser más seguido”.

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