La caída de Millonario: la muerte detrás de las canciones
La captura del colaborador del grupo de rap Cartel de Santa por el asesinato de un hombre de 29 años evidencia la delgada línea entre los que hacen apología de la narcocultura y los que la ejercen
César Renato Suárez, de 36 años, cabeza rapada y barba de chivo, tatuado hasta la nuez. Amigo de los de Cartel de Santa. También pelones, tatuados. Todos juntos han representado desde hace casi dos décadas la versión rapera del sicariato. Con sus letras violentas, sus kilos de droga, armas, “los locos de la esquina”, “no me espanta la violencia, yo estoy listo pa’ todo”. El grupo de hip hop mexicano, originario de la tierra brava del noreste, Nuevo León, que ha hecho apología de la violencia callejera y ha contado en sus rimas las aspiraciones de los barrios bravos de Monterrey ha sufrido esta semana una dosis de realidad. Suárez, alias Millonario, ha sido detenido por presuntamente haber asesinado a golpes a un hombre de 29 años en julio. La policía lo capturó hace unos días mientras comía en un restaurante. La muerte real irrumpe de nuevo en una banda que ha vendido discos coreándola. La lírica de las canciones ha traspasado la barrera.
El día que capturaron a Millonario, hubo dos tendencias en Twitter que se confundían: El Cartel de Santa y El Cartel de Santa Rosa de Lima. El segundo es una organización criminal que se pelea desde hace cinco años el control de Guanajuato. Habían detenido a uno de sus operadores. La delgada línea entre quienes hacen apología de la narcocultura y quienes la ejercen se difuminó todavía más el día en que uno de los miembros del grupo de música pisaba, como el otro, la cárcel.
Tener un grupo de rap en México y llamarlo Cartel de Santa —en referencia al barrio duro de Santa Catarina, en Monterrey— es en sí una provocación. Aunque a diferencia de otros géneros de música norteña, como los narcocorridos, estos no necesariamente ensalzaban a un capo de la droga, sino que le hablaban a los “chavos del barrio”. Sus temas, con influencia más gringa (de Estados Unidos) que ranchera, se colaron en los callejones de todos los rincones marginados del país. Y con la muerte, las armas y el perico por bandera, se convirtieron desde principios de los 2000 en la banda sonora de la calle.
Millonario no ha sido el único del grupo en pisar la cárcel. El líder indiscutible de Cartel de Santa, Eduardo Dávalos de Luna, alias Babo, que fundó la exitosa discográfica Babilonia Records, estuvo en prisión ocho meses por haber asesinado a balazos a un amigo en 2007. El caso fue un escándalo, pues Babo y Cartel de Santa ya eran muy conocidos, y su vocalista logró sortear los 40 años de cárcel por el perdón de la mujer del asesinado y alegar que había sido en defensa propia, no de manera intencional. También, por una fianza de casi 8.000 dólares.
En 2008 lo contó en una canción que escribió desde el penal. En ella hablaba de lo amigos que eran Ulises Nayit y él y que lo que sucedió esa noche a las puertas de su casa fue un error. Que él quería matar a otra persona, el chofer del grupo, Miguel Chávez, pero que disparó al suelo y las balas rebotaron en su compadre. “Recuerdo aquella tarde que llegaste a visitarme, nomás para avisarme que el traidor de Miguel Chávez estaba planeando matarme, que me pusiera al tiro, porque el vato carga cuete, de lo único que hablaba era de que me iba a dar muerte”, reza uno de los versos del tema Cosas de la vida.
La declaración de Chávez de que Babo había disparado a matar a los dos y los tres balazos en la espalda de Ulises no fueron suficientes para que esquivara la prisión. Y Babo, que como Millonario, había cantado a la violencia, fue el primero en cruzar la línea. Hasta ese momento solo vestían como sicarios, hablaban como ellos, se movían como ellos y los justificaban en sus letras. Cuatro discos después, Cartel de Santa seguía siendo un éxito. En 2010 ganaron un Grammy Latino a mejor álbum de música urbana con Síncopa.
“El que anda en la mierda no puede salir limpio: se ensucia o apesta”, declaró Millonario en una entrevista para La Jornada con motivo de su nuevo disco en 2016 Millonario sin corona. Cuenta que el apodo se lo puso él mismo, porque quería volverse tremendamente rico con el rap y que este le había salvado de meterse al narco. Un año antes se estrenó una película sobre la vida de estos jóvenes del barrio, Los Jefes. Y él fue nominado a un Ariel por su actuación secundaria en el papel de un sicario apodado La Bomba.
La película narraba en 90 minutos lo que ellos habían descrito explícitamente en sus canciones. Cómo los sicarios operan desde dentro y cómo reclutan en sus filas a los jóvenes. La trama: dos chicos que quieren ir a comprar marihuana a Santa Catarina, dos “morritos en el gueto”, contaba a este diario el director Jesús Rodríguez, Chiva MF. Y que cualquiera pudiera sentirse identificado con esos jóvenes que nada tenían que ver con la escena criminal, pero que un día acabaron ahí. En una realidad a la que muchos prefieren no mirar, pero que a veces hace demasiado ruido.
Monterrey, además de la cuna del género de raperos que hacen apología de la violencia, ha sido también el escenario de la guerra contra las drogas que emprendió el entonces presidente Felipe Calderón, desde 2006 a 2012. El terror que desató la ruptura entre el cártel del Golfo y los Zetas tiñeron de sangre ciudades y pueblos. Uno de los episodios más crudos fue el atentado en el casino Royale en 2011, donde murieron más de 50 personas. Y el día a día bélico de esta ciudad, la segunda más rica del país, se retrató también en la música.
Del hombre al que presuntamente asesinó en julio Millonario no se sabe nada más que su nombre y su edad. José Guadalupe, 29 años, encontrado con una lesión mortal en el cráneo. El crimen fue el 15 de julio, pero las autoridades no implicaron al cantante hasta el 14 de octubre. Había publicado una historia en Instagram en la que avisaba de dónde estaba almorzando.
Horas después de que se conociera la noticia, Cartel de Santa publicó un enlace en Facebook del videoclip de la canción Tuy donde colabora Millonario con Babo y otros raperos como Alemán y Adán Cruz. En la canción Millonario anuncia: “Yo aprendí en la calle, yo aprendí en el barrio. No esperes que falle, soy el pinche Millonario”. Y Babo respondió también a la detención de su colega con una foto de su pecho tatuado. Entre los pectorales un mensaje directo al penal: “La vida sigue”.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.