La hija del expresidente del PRI Manlio Fabio Beltrones cerró su cuenta en Andorra tras una fuga de información
La senadora Sylvana Beltrones clausuró en 2011 su depósito en la BPA, donde acumuló 10,4 millones de dólares, después de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México incautara una memoria USB en la entidad con datos de los clientes
La senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Sylvana Beltrones, hija única del que fuera hasta 2016 presidente de la formación tricolor y una de las figuras más relevantes de la política mexicana, Manlio Fabio Beltrones, cerró en 2011 su cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA), donde acumuló 10,4 millones de dólares, tras una fuga de información sobre los clientes de la entidad, según una investigación de EL PAÍS. Cuando la dirigente clausuró su depósito en la BPA (2011), tenía 26 años, no ocupaba ningún cargo público y su padre era el influyente coordinador de la formación priista en la Cámara alta. Andorra, de 77.000 habitantes, permaneció blindada por el secreto bancario hasta 2017.
La parlamentaria, de 38 años y representante por Sonora, canceló su depósito en el país pirenaico tras conocer que los inspectores de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México (CNBV) –un organismo supervisor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)- se llevaron de la oficina mexicana de la BPA una memoria USB con información sensible sobre los clientes del banco. Así lo declararon a una jueza andorrana en 2016 el que fuera gestor de su cuenta, el director de la BPA-México hasta 2013, Joan March Masson; y el editor Luis Alejandro Capdevielle, exsocio de esta política en un negocio en Ciudad de México con la que compartió, además, una cuenta en la citada entidad.
Aunque los inspectores del regulador financiero visitaron “por sorpresa” la sede de BPA-México para recabar información sensible “a finales de 2010” –según el exejecutivo-, la senadora Beltrones no cerró su cuenta hasta abril de 2011, cuando Masson comunicó a Capdevielle el incidente de la memoria USB y este se lo contó, a su vez, a la hoy parlamentaria, según declaró el propio editor a la jueza andorrana que instruyó la causa.
“A finales de 2010, hubo una inspección de la Comisión Nacional Bancaria de México. J. B., un empleado de la BPA tenía una memoria USB sobre su mesa con datos de clientes. Era información sensible. Le expliqué a Capdevielle que [los inspectores] se llevaron esta memoria, pero que ignoraba si sus datos aparecían en ella”, declaró a la magistrada andorrana en 2016 el gestor de la cuenta bancaria de Sylvana Beltrones.
El exdirectivo de la BPA admitió que el riesgo de una fuga de información fue el detonante que empujó a la senadora a clausurar su depósito. “Beltrones decidió cerrar su cuenta cuando la Comisión Nacional Bancaria de México se llevó la memoria USB, le traspasó el dinero a Capdevielle y sus fondos no se fueron de la entidad”, confesó Masson a la jueza. “Beltrones es una familia muy conocida en México y no sabían qué repercusiones podía tener que se conociera que [la hija del expresidente del PRI] tenía una cuenta en el extranjero”, apostilló.
El que fuera gestor de la cuenta de Sylvana Beltrones aludió así a la prolongada esfera de influencia del progenitor de la senadora. Durante sus más de cuatro décadas de militancia en el PRI, Manlio Fabio Beltrones ha planeado por todos los recovecos del poder. Fue diputado, senador, gobernador del Estado de Sonora, presidente de la mesa directiva de los Diputados y del Senado. E, incluso, presentó y retiró en 2011 su candidatura presidencial frente a un entonces emergente Enrique Peña Nieto, que después se haría con la vara de mando del país.
La senadora, albacea del editor
Tras el cierre de su cuenta, Beltrones transfirió su saldo al depósito de Capdevielle, editor, abogado y diputado federal suplente en 2012 del padre de la parlamentaria. Este empresario de la comunicación concedió entonces poderes en su cuenta andorrana a la hija de Manlio Fabio Beltrones a la que había nombrado en 2006 su albacea testamentaria, según declaró Masson a la magistrada y corroboró en su declaración judicial el editor. “Para proteger a mis hijos y mi patrimonio nombré albacea a Sylvana en 2006, testamento que nunca se ha modificado hasta la fecha″, dijo Capdevielle en 2016.
EL PAÍS dispone de un documento donde el editor designa a la hija del expresidente del PRI encargada de hacer cumplir su última voluntad. Este periódico intentó ayer sin éxito recabar la versión de la parlamentaria sobre este asunto.
Capdevielle reconoció también a la magistrada que Sylvana Beltrones canceló su cuenta en la BPA en abril de 2011 tras la incautación de la memoria USB. “Masson me dijo en abril de 2011 que hubo una fuga de información, que estuvieron en la oficina los de la Comisión Bancaria y de Valores de México y que se llevaron un USB con información de clientes”, recordó el editor. Y añadió “en ese momento, decidí que [Sylvana Beltrones] me devolviera los nueve millones y lo que ella tenía en su cuenta y procedió a cerrar su depósito”.
El editor aludía a un misterioso traspaso de nueve millones de dólares que ordenó a la cuenta de la senadora el 30 de diciembre de 2009. El ingreso fue objeto de una investigación -archivada provisionalmente en 2018- por parte de la justicia andorrana, ya que se registró una semana después de que Capdevielle cobrara en el país europeo 10 millones de dólares de Videoserpel LTD, una firma de Zug (Suiza) que gestiona los derechos de marcas de Grupo Televisa.
En su momento, la jueza del principado situó el pago de Grupo Televisa a Capdevielle en una comisión indirecta a Manlio Fabio Beltrones por la denominada Ley Televisa, que se aprobó por unanimidad en 2006, tres años antes del traspaso bajo sospecha. La norma introdujo importantes modificaciones a la Ley Federal de Radio Televisión y a la Ley Federal de Telecomunicaciones. Un portavoz de este conglomerado audiovisual mexicano rechazó que la ley supusiera un trato de favor a Televisa u otro grupo de comunicación. Televisa admite el pago al editor por la compra de su cabecera Avisos de Ocasión y añade que “el destino que el señor Capdevielle dio a esos recursos y su relación con la familia Beltrones solo le corresponden a él”.
La senadora Beltrones justificó a EL PAÍS el pasado día 9 que cerró su cuenta en la BPA en 2011, cuando Capdevielle “tuvo arreglada su situación personal de divorcio”, en alusión a que el editor le transfirió nueve millones puntualmente para blindar su patrimonio ante su separación matrimonial. “Me pidió que le custodiara los 9 millones”, afirma. Capdevielle sostiene la misma versión y asegura que no conocía a otra persona en el banco andorrano a la que pedirle que aceptara “custodiar” su fortuna.
Otra personalidad mexicana que ocultó fondos en la BPA, Juan Ramón Collado, abogado del expresidente Enrique Peña Nieto, también expuso en su declaración ante una jueza de Andorra en 2016 que el exdirectivo del banco Joan March Masson le advirtió en 2010 del riesgo de una “fuga de información”. Una brecha, reconoció el letrado, que pudo saldarse con la filtración de la relación de clientes de la entidad financiera.
Collado, que movió 120 millones de dólares en el país europeo entre 2006 y 2015 a través de 23 cuentas bancarias, compareció ante la magistrada andorrana como imputado por un presunto delito de blanqueo. La Fiscalía General de México rastrea los movimientos de la familia Beltrones en Andorra, tal y como desveló este periódico. El ministerio público investiga a Manlio Fabio Beltrones, a su hija y a su esposa, Sylvia Sánchez, por presuntas irregularidades de estas dos últimas con cuentas ocultas en la BPA. La pareja del expresidente del PRI abrió dos cuentas en esta entidad que no registraron movimientos, pese a que anunció su intención de ingresar 2,8 millones de dólares de la supuesta venta de dos apartamentos en Miami, según comunicó la propia Sylvia Sánchez al banco.
La fiscalía mexicana reactiva así las pesquisas sobre los Beltrones y sobre Capdevielle después de que el propio ministerio público durante el mandato presidencial de Enrique Peña Nieto (2012-2018) desactivara la investigación de una jueza de Andorra en 2018 al enviar documentos a este país europeo que exoneraban a los investigados y justificaban la prescripción de los posibles delitos de la familia priista. En la nueva investigación mexicana, además de requerir información a las autoridades de Andorra, se indaga su patrimonio, cuentas, propiedades y declaraciones fiscales.
Una magistrada del país pirenaico mantuvo imputados entre 2015 y 2018 a los tres miembros de la saga Beltrones y al editor Capdevielle por blanqueo en el marco de una causa conocida como Operación Sonora, en alusión al Estado mexicano del que fue gobernador Manlio Fabio Beltrones entre 1991 y 1997 y del que su hija es representante en la Cámara alta. En 2018 la causa andorrana se archivó provisionalmente.
investigacion@elpais.es
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