Un festival de arte y música de Tulum desata la polémica tras un supuesto rebrote de covid
Una clínica de Nueva York ha denunciado que el 70% de los positivos que ha recibido provienen de asistentes de las famosas fiestas en la playa de Quintana Roo
El festival Art with me de Tulum, Quintana Roo, prometía en su página web ser un encuentro internacional de arte, música y cultura para inspirar la conexión y la consciencia ambiental. El evento duró cinco días y cuatro noches al aire libre entre conciertos de música electrónica, festines en comunidad y talleres. Los medios de comunicación lo llamaron el Burning Man de México por su atmósfera y estilo. Sin embargo, cuando varios asistentes volaron de vuelta a Estados Unidos empezaron a desarrollar síntomas de fiebre, cansancio y pérdida del olfato y el gusto. La empresa privada de pruebas para el coronavirus Checkmate Health Strategies ha denunciado en Daily Mail que alrededor del 70% de los positivos detectados en las 179 pruebas que realizaron en la semana posterior al festival están vinculados a las fiestas de Tulum. La fundadora de la clínica, Eleonora Walczak, ha asegurado que el festival se ha convertido en un evento “supercontagiador”, pero las autoridades de Tulum aseguran no tener información de ningún brote de covid.
Art with me fue un encuentro para los jóvenes interesados en la música y el arte en la playa. Las instalaciones ofrecían del 11 al 15 de noviembre “experiencias de arte interactivo, inspiradoras conferencias, pop-ups culinarios, fiestas inolvidables, íntimos conciertos en vivo, talleres de bienestar y salud y muchas actividades para los niños”. Las redes sociales, especialmente Instagram, revelaban espacios al aire libre en playas de arena blanca bajo palmeras. Los asistentes elogiaban la espiritualidad del festival, donde se combinaban estilos en bikini con sombreros y lentejuelas así como trajes hechos de pintura para acentuar la atmósfera mística. Durante las raves nocturnas, varios cientos de personas bailaban sin mascarillas y sin distancia en la pista bajo la luz de las antorchas, el escenario perfecto para que se produzca un contagio a gran escala.
Marlene Góngora, una abogada de Ciudad de México, asistió al festival el sábado 14 de noviembre. Un amigo compró las entradas para ver a la DJ Blond:ish y calcula que rondarían los 350 dólares para un día. “Era mucho público extranjero. Sí había gente, sí había fiesta, pero no la dimensión que le están dando”, ha detallado. En el festival presenció los talleres de meditación, los mercados de joyas y textiles artesanales de la zona. Recuerda que al llegar al hotel había muchas actividades y que el personal del festival iba muy bien protegido con cubrebocas. “Los invitados en la playa tomaban la libre decisión de no usar cubrebocas. Había conciertos en las albercas, en la playa, pero nunca había más de 200 personas y a las 23.30 se acaba la fiesta y cada uno buscaba alojamiento”, detalla Góngora antes de señalizar que las imágenes difundidas en algunos medios son de ediciones de años anteriores.
La abogada subraya que las medidas de seguridad se siguieron en su gran mayoría. “Sí que se sentía que habían medidas y que se estaban respetando porque a mí un policía me dijo que me pusiera cubrebocas cuando estaba en la avenida, pero si estás en una fiesta no hay forma de que haya sana distancia”, incide. Góngora asegura que la noticia ha causado más escándalo por la situación sanitaria en México. “El que salió sabe que se puede contagiar, pero nadie de mi grupo se enfermó. Yo creo que los turistas venían de regreso todos en el mismo avión y se contagiaron allí. Es como cuando llegas a un restaurante y en tu mesa te quitabas el cubrebocas”, detalla.
En las medidas preventivas para evitar contagios de covid-19, los organizadores subrayaron que se tomaría la temperatura de los asistentes antes de entrar al recinto y que el uso de mascarilla en espacios cerrados sería obligatorio. No haber experimentado síntomas de la enfermedad dos semanas antes era un requisito para comprar la entrada. Aun así, algunos asistentes se sintieron enfermos al volver a casa, según el medio estadounidense. Walczak hizo 179 pruebas covid en los días siguientes en su clínica de Nueva York y al menos el 70% de los resultados positivos están vinculados con el evento. EL PAÍS intentó ponerse en contacto con Checkmate Health Strategies y han informado que ya no atienden llamadas de periodistas ni pueden dar información.
En el hospital de Tulum se ha registrado un pico en las asistencias a ciudadanos extranjeros en los días posteriores al evento. Sin embargo, el vocero Antonio Romero ha informado que los turistas que atendieron dieron negativo en las pruebas covid-19. Las autoridades de Quintana Roo han reportado que no tienen información respecto a un rebrote de covid vinculado al festival. Actualmente este municipio tiene 300 casos de covid activos y su curva de contagios lleva ascendiendo de forma lenta, pero progresiva desde septiembre, cuando el incremento fue más notorio. No hay variaciones significativas ni picos de casos en el mes en el que se realizó el evento.
Walczak ha recalcado ante el medio estadounidense que las personas que pueden pagar el alto precio de un festival en Tulum pueden permitirse hacerse una prueba antes de viajar. “Entiendo el componente psicológico de querer socializar, pero lo que encuentro extremadamente negligente y sumamente irresponsable es que las personas tienen las herramientas adecuadas para realizar una evaluación adecuada”, ha explicado y añade: “Las mismas personas que se quejan del encierro están perpetuando el ciclo del encierro. Simplemente nos está haciendo más difícil aplastar esto”.
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