Un escándalo de soborno judicial empaña el relanzamiento de la investigación del ‘caso Ayotzinapa'
Las autoridades mexicanas revelan una conversación que demuestra cómo se pactó la liberación de José Ángel Casarrubias, líder de Guerreros Unidos, detenido hace una semana
Dando y dando. Ese fue el acuerdo al que llegó la madre de José Ángel Casarrubias, conocido como El Mochomo, líder del grupo criminal Guerreros Unidos, detenido hace una semana como implicado clave en las investigaciones para esclarecer la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el Estado de Guerrero, al sureste del país, en septiembre de 2014. En una grabación hecha pública por las autoridades mexicanas el jueves por la noche, se revela cómo Francelia Salgado Patiño negocia con uno de los abogados de su hijo el soborno que pagaron para la liberación de Casarrubias, ordenada por una juez que desestimó las pruebas que lo vinculan al crimen organizado. “Nosotros no nos vamos a echar para atrás, ya ve que nosotros vamos a cumplir, pero queremos dando y dando”, dice la mujer cuando su interlocutor le exige el pago del soborno. “O sea así, más o menos, dando y dando, ellos nos dan la notificación [de liberación] y nosotros les damos el dinero”, responde el abogado, en referencia a las autoridades judiciales que a cambio del pago gestionaron la libertad de El Mochomo.
Se trata de un nuevo escándalo de corrupción que empaña la justicia mexicana, pero sobre todo que salpica a la investigación sobre la desaparición de los estudiantes de Guerrero, un hecho que conmocionó a las autoridades mexicanas y continúa en la impunidad. Casarrubias fue capturado la semana pasada después de estar varios años prófugo. Las autoridades habían ofrecido una recompensa de 70.000 dólares por información que diera con su paradero. La detención fue ordenada por un juez por delitos relacionados a la delincuencia organizada, pero una juez del Centro de Justicia Penal Federal de Almoloya de Juárez, en el Estado de México, ordenó la liberación tras determinar que no existían pruebas suficientes para procesarlo. Las autoridades habían determinado que Casarrubias es un “participante de gran notoriedad” en la desaparición de los estudiantes, por lo que su liberación es una afrenta a los familiares de las víctimas, que exigen que se esclarezca lo sucedido.
La mañana de este jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que “hubo dinero de por medio” en la liberación del sospechoso y afirmó que “se tienen pruebas”, aunque no dio más detalles. Fue la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) la institución encargada de revelar el audio, tras explicar que había intervenido de forma legal la conversación entre la madre de Casarrubias y el abogado, que demuestran el soborno a autoridades judiciales para lograr su liberación. Aunque en el audio no se hace referencia a la cantidad entregada, las autoridades mexicanas creen que se trata de millones de pesos. Entre los investigados por la Fiscalía General de la República, según medios locales, está un secretario de juzgados del Estado de México, de nombre Marco Aurelio González Romero, sospecho de ser el contacto dentro del sistema judicial para liberar a Casarrubias.
La conversación entre la madre de El Mochomo y el abogado es una muestra de la fragilidad de la institucionalidad mexicana y cómo la corrupción ha permeado a su sistema de justicia, a tal punto que se puede pagar por la liberación de un detenido considerado clave en uno de los mayores abusos de derechos humanos perpetrados en este país que cada día se despierta con un nuevo horror. Es, además, un golpe para la Administración de López Obrador, quien llegó al poder abanderando la lucha contra la corrupción en lo que ha llamado la Cuarta Transformación de la vida pública mexicana. La puesta en libertad de Casarrubias fue fácil, por lo que revela la grabación divulgada el jueves, como si se tratara de cualquier transacción comercial con abogados de por medio. Al final de la conversación, la madre de El Mochomo pregunta: “¿nos presentaría ya el acta donde ya está firmada la libertad?” y el abogado responde: “Sí. Él [contacto en el juzgado] nos avisa a qué hora se está firmando [la liberación] mañana, porque la firma es un hecho mañana [por el miércoles], hoy está en revisión, pero la firma es un hecho. En cuanto él nos avise, yo le aviso a ustedes para organizarnos, ¿le parece?”. Así de fácil. Dando y dando.
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