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Cristina Fernández de Kirchner se sienta por primera vez en el banquillo

Este martes, comienza en Buenos Aires un juicio oral por presunta corrupción contra la expresidenta argentina

Federico Rivas Molina
Cristina Kirchner el 10 de mayo pasado, durante la presentación de su libro autobiográfico en la Feria del Libro de Buenos Aires.
Cristina Kirchner el 10 de mayo pasado, durante la presentación de su libro autobiográfico en la Feria del Libro de Buenos Aires.Reuters
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Habrá, finalmente, foto de Cristina Fernández de Kirchner ante un tribunal. Este martes, tres jueces federales iniciarán el juicio contra la expresidenta en una causa por presunta corrupción durante su gobierno. Los acusados, 13 en total, sólo escucharán la lectura de la acusación que afrontan, pero habrá miradas hacia Kirchner para descifrar los gestos que pueda dedicar a sus compañeros en el banquillo.

Entre ellos habrá un exministro, Julio De Vido, y un empresario, Lázaro Báez, que de la noche a la mañana se convirtió en millonario gracias a los contratos de obra pública que obtuvo durante el kirchnerismo. Ambos están presos y Cristina Fernández nunca los ha visitado en la cárcel ni ha salido en su defensa. Lo que pase con el primer contacto cara a cara entre ellos será el dato político de la semana.

Este martes será, por motivos diversos, un día para recordar. La expresidenta llega arropada por el poder político que le ha dado su decisión de competir en las generales de octubre como candidata a vicepresidenta. Su presencia en los tribunales medirá además hasta dónde mantiene su capacidad de convocatoria popular: se esperan grandes manifestaciones en las puertas del edificio judicial en el barrio del Retiro, ubicado a unas 10 calles de la Casa Rosada. Y hay un detalle que convierte en aún más extraordinario este juicio oral: cuando los jueces dicten sentencia, será posible que Cristina Kirchner esté en la Casa Rosada como segunda de Alberto Fernández, el dirigente que ungió durante el fin de semana como cabeza de lista por el kirchnerismo.

El calendario del juicio coincidirá con la campaña electoral, pero no volverá a tener a la expresidenta en el banquillo al menos hasta después de la segunda vuelta, prevista para noviembre. Los acusados están obligados a presenciar sólo la lectura de la acusación y los alegatos finales. Mientras tanto, pasarán por el tribunal 150 testigos, entre ellos el propio Alberto Fernández, jefe de ministros durante el primer año de Cristina Kirchner como presidenta, en 2008.

Los fiscales y el juez Julián Ercolini, a cargo de la instrucción, acusan a la expresidenta de liderar una asociación que direccionó los contratos de obra pública hacia el empresario Lázaro Báez. Otro expediente investiga si, a cambio, recibió sobornos como pago.

Cristina Kirchner enfrenta en total diez investigaciones por corrupción, de las cuales cinco ya fueron elevadas a juicio oral. En todos los casos, la expresidenta acusa al Gobierno de Mauricio Macri de digitar en los tribunales para acusarla de delitos sin sustento, como forma de retirarla de la carrera política. Los kirchneristas coinciden con estos argumentos, mientras que otros muchos argentinos dicen que a partir de este martes, al fin, se hará justicia contra la corrupción del pasado.

El Gobierno, en tanto, se mantuvo al margen de las investigaciones, al menos en sus declaraciones públicas. Pero violó su propia estrategia la semana pasada, cuando la Corte Suprema pidió todo el expediente del juicio para analizar posibles impugnaciones de la defensa de los acusados y puso en riesgo el inicio de las audiencias. Como una sola voz, Macri y sus ministros denunciaron un pacto de impunidad orquestado por lo que consideran una mayoría de jueces peronistas en el máximo tribunal del país. Los jueces, finalmente, recibieron la reacción política y social que siguió a su decisión y devolvieron el expediente en menos de 24 horas, tras sacarle fotocopias.

El juicio, sin embargo, seguirá bajo el escrutinio de la Corte. Si los supremos hacen lugar a alguno de los reclamos de la defensa, el juicio podría posponerse sin límite. Los abogados de la expresidenta pidieron, por ejemplo, que se periten las 51 obras públicas investigadas por el juez Ercolini, y no sólo las cinco que ya pasaron por el escrutinio judicial. Una medida semejante puede durar años. Mañana, Kirchner protagonizará una foto de alto voltaje, pero su historia en los tribunales recién comenzará.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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