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El plan de Guaidó para el cambio en Venezuela se estanca

La oposición afronta la amenaza de la desmovilización y el reto de mantener la cohesión interna

En vídeo, declaraciones del líder opositor venezolano Juan Guaidó del pasado viernes.Vídeo: CARLOS GARCIA RAWLINS
Francesco Manetto

El plan de la oposición venezolana para forzar una renuncia de Nicolás Maduro se enfrenta a una nueva fase de estancamiento. Juan Guaidó, presidente interino reconocido por más de 50 países, no ha logrado mantener el poder de convocatoria después del intento fallido de provocar una ruptura del estamento militar con la liberación de Leopoldo López. La denominada Operación Libertad, la hoja de ruta para lograr un cambio, se ha quedado por ahora en un eslogan, mientras el chavismo, sacudido por lo sucedido, se emplea en lanzar mensajes de unidad.

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Guaidó tiene que lidiar con tres amenazas. La primera la representa el propio Gobierno de Maduro, que pese a la última crisis, mantiene el control del estamento militar y no está dispuesto a ceder un milímetro en el ejercicio de la autoridad. La segunda es el malestar generado en las filas opositoras por los tiempos y las formas que precipitaron la salida de López, ahora refugiado en dependencias diplomáticas españolas, de su arresto domiciliario. Guaidó consiguió, después de mucho tiempo, unir a las fuerzas críticas con el chavismo en torno a una misma causa. No obstante, esa cohesión siempre fue frágil por las diferencias ideológicas y tácticas entre esas formaciones y sus líderes.

El tercer riesgo, el más preocupante para el jefe de la Asamblea Nacional, es la desmovilización de la población después de más de tres meses de pulso en la calle. El agotamiento de millones venezolanos, que este año han sufrido una crisis eléctrica sin precedentes, cortes de suministro de agua y constantes episodios de represión, va camino de convertirse en el peor enemigo de su proyecto.

Manifestantes opositores en Caracas el pasado sábado.
Manifestantes opositores en Caracas el pasado sábado.ANDREA HERNÁNDEZ

Lo que se vio el sábado en las calles de Caracas es la enésima muestra de una estrategia que parece haber perdido impulso a pesar de los sobresaltos de los últimos días. La acción convocada por Guaidó para que sus seguidores se concentraran en los cuarteles y en las bases militares con el propósito de convencer a los uniformados de cambiar de bando tuvo un resultado meramente simbólico. La jornada, según pudo comprobar EL PAÍS en los alrededores de la base aérea de La Carlota y en la Comandancia General de la Guardia Nacional Bolivariana, apenas reunió a cientos de personas que entregaron un documento a algunos miembros de las fuerzas armadas. Su objetivo consiste en aprovechar el descontento de decenas de miles de soldados que perciben un salario que, según dijo el propio Guaidó, no alcanza los ocho dólares. Sin embargo, los llamamientos a la lealtad lanzados por Maduro desde el pasado martes pesaron más que las precarias condiciones de los cuarteles.

Y mientras el presidente del Parlamento evitó hacerse una foto con pequeños grupos de simpatizantes, el sucesor de Hugo Chávez exhibió el respaldo de los soldados en unos ejercicios militares en los que, además de exigirles nuevamente fidelidad, les pidió estar preparados para hacer frente a una hipotética intervención de Estados Unidos. Afirmó Maduro que deben "estar listos y prestos para defender la patria con las armas en la mano si algún día el imperio norteamericano osara tocar esta tierra".

Intervención de EE UU

La idea de la intervención militar estuvo sobre la mesa desde el principio porque la Administración de Donald Trump, principal valedora de Guaidó, jugó con ella con ambigüedad y sin llegar a descartarla. Esta circunstancia alimentó las expectativas de los sectores más radicales de la oposición, que la consideran como la única opción viable para desalojar a Maduro. Guaidó se refirió a ella este fin de semana en una entrevista con The Washington Post.

El dirigente antichavista recordó que la Asamblea Nacional puede aprobar una intervención de Estados Unidos en territorio venezolano en caso de ser necesario. "Querido amigo, embajador John Bolton, gracias por toda la ayuda que ha prestado a esta justa causa. Gracias por la opción, la evaluaremos y probablemente la Asamblea la tenga en cuenta para resolver esta crisis. En caso de ser necesaria, tal vez la aprobemos", dijo sobre esa posibilidad militar, en caso de que el asesor de seguridad de la Casa Blanca se lo planteara.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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