El primer lote de ayuda humanitaria llega a Venezuela
Los donativos irán a ocho hospitales y 30 ambulatorios de Cruz Roja. Guaidó asegura que demuestra el fracaso del chavismo y el régimen lo presenta como un logro propio
El primer cargamento de ayuda humanitaria ha ingresado sin inconvenientes a Venezuela. El aterrizaje de un avión procedente de Panamá en el aeropuerto Simón Bolívar en La Guaira, a una hora de Caracas, con generadores de energía eléctrica, potabilizadores de agua y kits de medicamentos se produjo este martes, unos 17 días después que la Federación Internacional de la Cruz Roja anunciara el inicio de una operación para atender la emergencia sanitaria del país.
La operación es comparada con la asistencia efectuada en Siria y su misión es aliviar el sufrimiento de miles de venezolanos a lo largo de su duración. De momento, la contribución será distribuida en ocho hospitales y 30 ambulatorios del organismo y otros centros de salud administrados por el Estado, aunque está planificado el ingreso de nuevos lotes de insumos médicos.
Es un procedimiento inédito en el país, ya que Nicolás Maduro siempre ha rechazado la entrada de ayudas. La ONG Transparencia Venezuela recomienda aplicar una serie de mecanismos de protección a los recursos donados para evitar que sean desviados. “La corrupción siempre es un riesgo, más en países donde los abusos han sido generalizados, como el caso Venezuela. Los Estados frágiles y en transición suponen contextos de riesgo particularmente elevados”, señala un comunicado.
La malversación de fondos ha situado al país en los puestos más bajos en materia de transparencia durante la última década. Miguel Pizarro, diputado opositor de la Asamblea Nacional, atribuye la crisis de salud al saqueo de las instituciones del Estado. “Venezuela nunca había vivido un protocolo de atención humanitaria. Una nación que viene saliendo de una bonanza petrolera no debería estar viviendo esto. No es normal que un país luego de haber recibido miles de millones de dólares requiera chalecos de voluntarios de las Naciones Unidas y de la Cruz Roja para poder cubrir generadores eléctricos, agua potable y medicinas. Aquí llegamos por la corrupción, la indolencia y porque hay una cúpula que decidió robarse el dinero de los venezolanos e intentar bloquear el ingreso de la ayuda humanitaria”, dijo en una conferencia de prensa.
Pero el chavismo ha celebrado la entrada de los donativos como un logro propio. Carlos Alvarado, ministro de Salud, asegura que los paliativos entran de la “mano del Gobierno bolivariano” y con la autorización del Maduro.
El sucesor de Hugo Chávez experimenta su peor conflicto político desde enero. Más de 50 países no reconocen su segundo mandato presidencial por considerar que fue reelegido el 20 de mayo de 2018 en condiciones opacas. Maduro ha permitido la asistencia de la Cruz Roja después de negar durante años la existencia de una crisis. El cambio de decisión es atribuido a la presión de gobiernos extranjeros.
El oficialismo había rechazado la declaratoria de la Asamblea Nacional, dominado por la oposición, de la emergencia de salud y la activación de protocolos de ayuda desde 2016. Para Juan Guaidó, jefe del Congreso y reconocido como presidente interino por una larga lista de países, es un avance que sólo será “suficiente” cuando “cese la usurpación” chavista. “Esta emergencia humanitaria compleja que padecen miles de venezolanos la creó el régimen de Maduro y aun así la negaban. La entrada de ayuda humanitaria demuestra su fracaso en materia de salud”, explica.
Muchos organismos internacionales han elevado su preocupación por el empeoramiento de la situación de Venezuela. La falta de celeridad en el reconocimiento de la crisis, precisamente, se ha convertido en un reclamo de los adversarios del chavismo. “¿Cómo en un día aparecen siete millones de venezolanos en emergencia humanitaria compleja? ¿Cómo se produce una emergencia, una tragedia, una catástrofe sin precedentes, de un día para otro?”, dijo el presidente del Legislativo en referencia a un reciente informe de Naciones Unidas que se muestra preocupado por la magnitud de la devastación.
El 23 de febrero, la oposición había intentado ingresar cargamentos de donaciones por las fronteras de Venezuela, pero el traslado fue obstaculizado por orden gubernamental con la colocación de camiones en los puentes internacionales, tropas militares y la arremetida de grupos irregulares contra defensores de la atención médica. La vicepresidenta Delcy Rodríguez había asegurado que se trataba de “armas biológicas” capaces de provocar cáncer y no medicamentos.
La disputa ha escalado a niveles diplomáticos. El canciller Jorge Arreaza ha tildado de “descarada” la visita de Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos, a Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con San Antonio de Táchira (occidente venezolano), y donde se almacenan toneladas de donativos procedentes de gobiernos opuestos al régimen que no han podido ingresar al país. El oficialismo acusa a la Casa Blanca y dirigentes opositores de provocar el desastre económico y social en Venezuela.
Entretanto, Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, ha afirmado que incrementarán el presupuesto destinado a Venezuela de 9 a 24 millones de francos suizos (casi el mismo monto en dólares) este año. Pero el principal reto será evitar la politización de los donativos. Maduro ha impuesto el carnet de la Patria, un documento de identificación, como requisito para acceder a los beneficios de los programas sociales gubernamentales. El mecanismo de control es denunciado por discriminatorio, aunque muchas personas se niegan a ser monitoreados a través de la tarjeta.
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