“Mis derechos no se votan”
Miles de personas desfilan en la Ciudad de México en la marcha del orgullo gay para exigir respeto a sus derechos y una agenda clara a los candidatos a la presidencia.
Miles de personas salieron el sábado a las calles de la capital mexicana para reivindicar los derechos de la comunidad LGBTTI en México. Con el aire festivo y alegre que caracteriza la marcha, que se celebra desde hace 40 años el último sábado de junio, esta vez no pudo abstraerse de la celebración mundialista, que a la misma hora celebraba también en el Ángel de la Independencia la victoria de México contra Corea del Sur, ni del contexto electoral.
El silencio de los candidatos sobre la agenda y los derechos LGBTTI y la posibilidad de que con la victoria de Andrés Manuel López Obrador haya un retroceso en algunos derechos conquistados debido a su alianza con el conservador Partido Encuentro Social (PES), protagonizaron una jornada que combinó las demandas legales con la fiesta.
“López Obrador no se ha posicionado y es muy tibio a la hora de hablar de nuestros derechos. Ahora que está aliado con el PES, yo sí tengo miedo a que haya un retroceso en las conquistas sociales aunque la comunidad LGBTTI es cada vez es más fuerte y tienen muy clara su lucha y que no va a permitir pasos atrás”, señalaba en la Avenida Reforma Emilio Puertas, empleado durante 25 años en la industria financiera.
Puertas se unía así al rechazo de gran parte de la comunidad homosexual quien ha expresado su rechazo a someter a consulta pública la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en todo el país, tal y como ha expresado el líder en las encuestas López Obrador.
En cuanto a los retos pendientes, Emilo Puertas considera que en el resto de México, a diferencia de la capital, se vive una situación muy retrógrada. “Es difícil ver otras partes del país la cantidad de gente que se moviliza aquí, en la Avenida Reforma, porque la Ciudad de México sigue siendo un oasis de tolerancia. Por eso la gran asignatura pendiente es extender los derechos conquistados al resto del país”, añade junto a su pareja mientras decenas de carrozas con gente bailando pasan junto a ellos.
“Todo muy legal y muy bonito sobre el papel pero es necesario que la sociedad tome conciencia. Hace falta que en la calle todo el mundo sea consciente que no hay por qué ofender, maltratar ni asesinar a nadie. El camino es muy largo y esta lucha aún deja muchos muertos”, añade en referencia a los últimos asesinatos de activistas en el estado de Guerrero.
Sobre la necesidad de que personajes públicos como ministros, futbolistas o artistas “salga del armario”, Roberto Robi añade que es conveniente que haya “ejemplos públicos que se atrevan a levantar la mano y dar la cara” explica este Robi, dueño de una revista de dermocosmética. Emilo y Roberto llevan ocho años casados y fueron una de las primeras parejas casadas en la Ciudad de México.
Acompañada de decenas de carrozas patrocinadas por empresas como Citibanamex o Uber, la Avenida Reforma estuvo adornada con la bandera arcoíris que colgaron en su fachada empresas como el banco HSBC. A pie de calle hubo mucha purpurina, disfraces y cuerpos desnudos envueltos en cuero con pancartas en las que se leía “La homofobia mata”, “mis derechos no se votan” o “queremos propuestas claras”, sobre el rostro de los candidatos a la presidencia.
Según Ángel Covarrubias, ingeniero agrónomo de profesión, “siempre es un riesgo para la comunidad la llegada al poder de un candidato aliado al PES y seria un retroceso perder libertades conquistadas”. Sin embargo, según Covarrubias, “estamos en la lucha para que día a día se extiendan los derechos conquistados al resto del país y no se limiten a la Ciudad de Mexico”.
Sobre el silencio de los candidatos, las demandas de la comunidad LGBTTI pesan mucho sobre los aspirantes y hay una “clara intención de ocultar el tema”, explica Roberto Torres junto a su pareja.
La marcha del orgullo gay se celebra el último sábado de junio en conmemoración de los disturbios de Stonewall de 1969. En México, hace 40 años se celebró la primera concentración. En aquel momento, 1978, los organizadores ni siquiera pudieron desfilar por Reforma y tuvieron que hacerlo por la calle Rio Lerma. Aquella primera marcha apenas rebaso los 100 participantes. Eran tiempo duros con redadas por parte de la policía que perseguía a los homosexuales mediante el hostigamiento y operativos sorpresa en lugares de reunión.
Durante los años ochenta y noventa las exigencias se concentraron en exigir tratamientos dignos para los afectados por el VIH. En las décadas posteriores fue mutando a actos festivos y coloridos que pedían el reconocimiento legal. En esta ocasión el lema de la marcha fue 40 años viviendo en libertad. "No renunciaremos”, con un claro mensaje hacia los candidatos a la presidencia.
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