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Se apaga la esperanza de encontrar con vida al malagueño atrapado en el terremoto de México

Las autoridades descartan que puedan encontrar vida en el edificio de Álvaro Obregón 286, donde una treintena de personas sigue bajo los escombros, entre ellas el español Jorge Gómez

El edificio derrumbado de la calle Álvaro Obregón en el que quedó atrapado un español.
El edificio derrumbado de la calle Álvaro Obregón en el que quedó atrapado un español.AP

Los servicios de rescate mexicanos que trabajan en el edificio de Álvaro Obregón 286 descartaron la noche del miércoles que haya posibilidad de encontrar cuerpos con vida bajo los escombros tras el terremoto que dejó más de 200 muertos en la Ciudad de México.

Nueve días después de una búsqueda a contrarreloj, las autoridades anunciaron que no hay posibilidad de encontrar a personas con vida, entre ellas el español Jorge Gómez, de 33 años. “Hay rumores de que encontramos un espacio vital que tiene personas vivas. Esto es falso. Hemos buscado en todos los espacios que había en el edificio, en donde podían estar ahí personas atrapadas, y no hay", aseguró Ricardo De la Cruz, director general de Protección Civil. No obstante, continuarán las labores de rescate “con la misma intensidad para recuperar todos los cuerpos”, insistió.

Frente al edificio siniestrado continúan esperando 30 familias indignadas con el trato recibido y la falta de información. Por el momento se han recuperado 35 cuerpos, los ocho últimos la tarde de este jueves, del más de medio centenar que quedaron atrapados.

El ingeniero Jorge Gómez Varo, un malagueño de 33 años, quedó atrapado entre los escombres tras el terremoto del 19 de septiembre. Era mánager de Valora, una empresa gallega dedicada a la sostenibilidad empresarial, y llevaba dos años y medio viviendo en México con su novia Irene, que no se ha despegado de las labores de rescate. En el momento del derrumbe había otros cinco españoles que lograron llegar a la calle desde el segundo piso.

“No sé por qué Jorge no consiguió bajar a tiempo. Quizá se quedó a decir a otros que bajaran rápido”, explica Javier Ballesteros, compañero y amigo del español desaparecido. “Con él se quedó también una señora que hacía de secretaria y que era nuestra segunda madre. Estamos en estado de shock”, resume.

El edificio de Álvaro Obregón, ubicado en una de las zonas de mayor plusvalía de la ciudad, a medio camino entre las colonias Roma y Condesa, se ha convertido en un símbolo más de la corrupción y la negligencia urbanística.

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El inmueble de tres niveles —que se vino abajo apenas 20 segundos después del inicio del sismo—tenía, en realidad, seis construidos, tres más de los permitidos. Además, para levantarlos se utilizaron placas cinco veces más pesadas de lo habitual: “Se hicieron dos cosas terribles; construir tres nuevos pisos, y hacerlo con losa catalana, que tiene 60 centímetros de grosor cuando lo habitual es de 12 o 14 centímetros”, explicó el lunes a los familiares Humberto Morgan, coordinador de asesores de la Secretaría de Movilidad del Gobierno de la capital.

Junto a Jorge, la otra víctima española es el prestigioso médico nacido en Madrid, Leopoldo Nieto Cisneros, de 66 años. Su cuerpo quedó atrapado en su departamento de la colonia del Valle junto al del hijo de su pareja y la trabajadora doméstica.

Leopoldo vivía en México desde hace más de 40 años y durante ese tiempo escribió cinco libros sobre el sida, fue uno de los fundadores de la clínica del VIH Gabriel Mancera de la Ciudad de México y también uno de los impulsores de la asociación mexicana que lucha contra el virus. Un médico que “se puso la bata y batalló contra la enfermedad pese a los estigmas y a la discriminación”, cuenta uno de sus alumnos y también investigador de esta enfermedad, Carlos Del Río.

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