El líder de Sendero Luminoso regresa a juicio por una bomba
Abimael Guzmán, en cadena perpetua, comparece por un ataque de 1992 en Lima
El líder y fundador de la guerrilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, ya en cadena perpetua, irá a juicio a partir del próximo martes por el atentado cometido con un coche bomba el 16 de julio de 1992 en la calle Tarata de Miraflores, un distrito acomodado de Lima. Tras el ataque, la población capitalina cobró una mayor conciencia de la dimensión del conflicto, ya que desde 1980 la mayoría de víctimas pertenecían a las comunidades rurales del sur y eran peruanos quechuahablantes y líderes de las periferias urbanas.
El vehículo, con 400 kilogramos de anfo y dinamita, tenía como blanco la oficina del principal banco peruano, pero debido a la presencia de vigilantes, los ejecutores del atentado abandonaron el auto unos metros antes, al pie de edificios y tiendas. Según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), el saldo fue de 25 muertos, 155 heridos y la destrucción parcial de inmuebles, locales comerciales y bancos en 300 metros a la redonda. La Tercera Fiscalía Penal Supraprovincial, a cargo del fiscal Yony Soto, pide para Guzmán y otros miembros de la cúpula de Sendero Luminoso cadena perpetua y el pago de unos 130.000 dólares. El juicio se realizará en la sala de audiencias de la Base Naval del Callao, donde los principales líderes de Sendero están presos en condiciones de máxima seguridad y aislados: Guzmán, de 80 años, cumple cadena perpetua, pero otros exmiembros del Comité Central terminan su condena y este juicio supondría su continuidad en prisión. La Fiscalía acusa a Guzmán de ser autor mediato del atentado, así como a Elena Iparraguirre, Oscar Ramírez Durand, Osmán Morote Barrionuevo, Florindo Eleuterio Flores, Margot Liendo Gil y Victoria Cárdenas Huayta.
En enero de 2014, una audiencia abordó el pedido de prisión preventiva para todos los acusados por este caso, pese a la cadena perpetua de Guzmán, en particular porque ese año cumplían su condena Morote, Liendo y Moisés Límaco. El fiscal Soto argumentó entonces que el fundador de Sendero Luminoso reconoció ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación que el atentado de Tarata fue un "craso error".
Comisión de la Verdad
El abogado de Guzmán, Alfredo Crespo, sostuvo entonces que la cúpula senderista no tuvo responsabilidad en el ataque cometido por un destacamento del Comité Zonal Centro de Sendero Luminoso, cuyos ocho autores directos fueron condenados en 1998. La cúpula de la agrupación de inspiración marxista-leninista, que causó el 54% de las víctimas fatales entre 1980-2000, purga su pena en prisiones de alta seguridad, en la Base Naval, en Canto Grande y en Piedras Gordas, en Lima.
De acuerdo al informe de la Comisión de la Verdad, en los primeros seis meses de 1992, Sendero Luminoso cometió 37 atentados con coches-bomba en Lima, produciendo 50 muertos. En abril de ese año, el entonces presidente Alberto Fujimori produjo un autogolpe de Estado, al cerrar el Congreso y el Poder Judicial, y modificar las normas y prácticas de la lucha contrasubversiva.
"La sensación de que el PCP-SL entraba a Lima y que no había límites a su acción destructiva, se percibía entonces con mayor claridad", indica el reporte de la CVR, que investigó los 20 años de violencia. Dos días después del ataque en la calle Tarata, la estrategia antisubversiva de Fujimori se endureció más: un comando del Ejército entró de madrugada a la residencia estudiantil de la Universidad La Cantuta, supuestamente buscando a los responsables del atentado. Se llevaron a nueve estudiantes y un profesor, a quienes asesinaron. Ninguno estaba vinculado al hecho criminal.
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