El voto electrónico provoca el caos en varios colegios electorales en Perú
Los cambios en el sufragio causaron enormes filas de votantes. Una hora después del cierre, la población seguía votando
Los rostros desorientados fueron esta vez más numerosos que en comicios anteriores en la capital peruana. Por lo menos tres factores han generado desorden en las elecciones generales en Lima: los cambios de lugar de votación –un elector solía repetir el mismo todos los años–, las averías en las máquinas de voto electrónico, y la modificación del criterio para separar a los grupos de votación. Anteriormente, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) los definía de acuerdo con una cifra en el Documento Nacional de Identidad, esta vez hizo conjuntos por orden alfabético.
El año pasado, la ONPE realizó una campaña intensa para que los electores solicitaran, vía Internet, un cambio de lugar de votación si querían hacerlo más cerca de sus casas. Los limeños se quejaban de que algunos locales se saturaron y ello causó la desorganización que les incomodaba. “La principal falla de la ONPE no ha sido el voto electrónico sino no comunicar bien cambio de mesas por orden alfabético”, dijo en Twitter el periodista Bruno Ortiz, especializado en tecnología.
Por otro lado, a media mañana, cientos de tuits reportaban fallas en las máquinas de voto electrónico en algunos de los 19 distritos de Lima Metropolitana, donde se aplicaba la nueva modalidad. En Pueblo Libre se registraron más denuncias, una indicaba que no era posible imprimir el reporte en papel; otra, que la opción por la candidata del Frente Amplio, Verónika Mendoza, no estaba activa; una tercera en el Instituto IPAE las máquinas presentaban averías.
Desorientación
“¿Ésta es la cola del aula 106?”, preguntaba una mujer a una joven. “Sí, pero fíjese si le toca la del 10 o el 9”, respondió, porque son filas diferentes. La mesa que terminaba en 9 tenía algunos apellidos con la letra E, y la del 10 llegaba hasta los apellidos con F. Estas novedades no fueron parte de la reducida campaña de información realizada en el último mes por la ONPE.
Pasadas las cinco de la tarde, es decir, una hora después que los locales de votación cerraron, los ciudadanos que lograron ingresar antes de las 16:00 horas continuaban sufragando, como suele ocurrir cada año, pero reportaban en las redes sociales filas muy numerosas y caos.
“Colas enormes y los miembros de mesa maleducados e ineficientes; un caos total en el colegio John F. Kennedy de Salamanca (Lima), comentó Marushka Ríos en Twitter. “Sigue la cola en el colegio Santa Rosa, Lince (Lima) Mesa 36766 ¡Desorden total!”, reportó el comunicador Jimmy Villavicencio en las redes sociales.
Hubo también algunos electores que perdieron tiempo acudiendo a un local de votación que no les correspondía: la Policía Nacional orientó a los ciudadanos pues desde sus móviles buscaba el lugar correcto, a donde los derivaba.
La suma de las demoras en ensayar el voto electrónico en la entrada del colegio electoral, en identificar la fila correcta y las fallas de la nueva modalidad, hicieron una jornada que requerirá de la ONPE ajustes para la segunda vuelta el 5 de junio.
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