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Las dos Américas, en el estrado

Es una época que termina. Su final no sigue el guión que habían escrito Bush y sus amigos. El propio candidato republicano se ve obligado a subrayarlo constantemente: "Yo no soy Bush". "Si usted quiere enfrentarse a Bush debió presentarse a las elecciones hace cuatro años", le dijo a Obama en el tercer debate televisivo. Los historiadores se disputan sobre cuándo y cómo empezó esta época. Si fue con Nixon, presidente con aspiraciones absolutistas e imperiales que fue derribado por el Congreso y por la prensa. O si fue con Reagan, el presidente que protagonizó la revolución conservadora y pidió a Gorbachov en Berlín que tirara ese muro. Pero el hito no debe estar necesariamente en la Casa Blanca. No muy lejos, a poco más de una milla a su izquierda, detrás del Capitolio, está el edificio donde se tomó una decisión trascendental en 1973. El Tribunal Supremo falló a favor de una mujer (Jane Roe) y contra el abogado del Estado de Tejas (Henry Wade) en una sentencia histórica que reconocía el derecho al aborto y situaba fuera de la legalidad a la mayoría de las leyes restrictivas aprobadas por los Estados. Esta sentencia, conocida como el caso Roe versus Wade, fue la chispa que encendió la mecha del descontento entre el conservadurismo social y religioso, de forma que todo lo que ha sucedido en la política americana desde entonces puede interpretarse como el intento de revertir la decisión de la Corte Constitucional.

No es, por supuesto, el único caballo de batalla. Revertir la discriminación positiva a favor de las minorías, afianzar la pena de muerte, prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo, diluir las fronteras entre religión y política o ensanchar los márgenes de poder del presidente son los principales capítulos en los que se enfrentan las dos Américas, en el terreno judicial, naturalmente, y en el político. El poder de los jueces es tan grande que puede llegar a determinar una elección presidencial, como sucedió en 2000, cuando el Tribunal Supremo ordenó la paralización del recuento de votos en Florida, después de que Al Gore obtuviera de tribunales inferiores el derecho a revisar numerosas votaciones irregulares. Aquel caso determinó directamente el curso de la historia: si hubiera seguido el recuento es seguro que Al Gore habría alcanzado la presidencia.

Entre todas las decisiones presidenciales, las que dejan en todo caso mayor huella en la sociedad norteamericana son los nombramientos de jueces, que no se limitan al Tribunal Supremo, sino que se extienden a los trece tribunales de apelación que realizan funciones de corte de último recurso en multitud de casos y que afectan a centenares de magistrados y fiscales. La apertura de la sociedad americana a los cambios de costumbres ha recibido el acompañamiento y en algunos aspectos el impulso de los nombramientos de jueces progresistas durante la larga época de hegemonía demócrata que empezó en 1932, con la presidencia de Franklin D. Roosevelt, y que puede darse por terminada con la de Ronald Reagan en 1980. Eisenhower no respondía a la idea de un presidente conducido por la ideología; Nixon y Ford fueron también casos aparte. El primero, más ocupado en la política internacional y en el fisgoneo político dentro y fuera de la Casa Blanca que en las cuestiones de sociedad. El segundo, incapaz de sintonizar con los aires ultraconservadores que se avecinaban, hasta el punto de que su esposa, muy apreciada por la opinión pública, se atrevió a realizar en 1975, un año antes de las elecciones presidenciales, unas inocentes y explosivas declaraciones en las que apoyaba el aborto, el sexo fuera del matrimonio y la marihuana. Fue derrotado en las presidenciales por el demócrata Jimmy Carter, mucho más conservador que la señora Ford en cuestión de costumbres.

Con la presidencia de Reagan, calificada de transformadora por todos los historiadores, tampoco se produjeron grandes cambios respecto a este capítulo, aunque la siembra neoconservadora que se ha recogido en los ocho últimos años fue intensa y eficaz. El periodista Charlie Savage, autor del libro 'El regreso de la Presidencia Imperial y la subversión de la democracia americana', ha hecho balance de la cuidadosa actividad de George W. Bush durante sus ocho años de presidencia, nombrando jueces según criterios fundamentalmente de identificación ideológica. Ninguno de los presidentes anteriores, incluidos los republicanos y su propio padre, había realizado nombramientos tan sectarios, atendiendo únicamente a su identificación con el conservadurismo social. En vez de chequear los currículos de los candidatos a ocupar las plazas con la American Bar Association (la asociación de abogados), ha venido utilizando el filtro oficioso de la Sociedad Federalista, un club de abogados ultraconservadores creado en las universidades de Yale, Harvard y Chicago para contrarrestar la actividad de los jueces liberales (progresistas en lenguaje europeo).

Hay que notar que, bajo la presidencia de Bush, la ideología no ha sido en muchos casos el móvil para el nombramiento o en su caso la destitución, sino directamente los intereses partidistas, debidamente envueltos en coartadas ideológicas. El ex fiscal general, Alberto Gonzales, ha sido sometido a investigación parlamentaria y de la inspección judicial por la destitución de siete fiscales por criterios políticos. Los planes de destitución alcanzaban a casi 30 fiscales y presumiblemente habían sido coordinados entre la Casa Blanca y el departamento de Justicia, presidido por Gonzales, en una acción muy bien coordinada para controlar a los tribunales en la que participó el propio mago electoral de Bush, Karl Rove.

El balance de los ocho años de Bush en el capítulo judicial no puede ser más desolador. Actualmente hay mayorías conservadoras en 10 de las 13 cortes de apelación, de forma que la elección de un presidente republicano significaría que esta mayoría se ampliaría a todos los tribunales. De los 164 jueces que componen los tribunales de apelación, hay 101 nombrados por presidentes republicanos, de los que 61 lo han sido por Bush. Casi la mitad de estos jueces son miembros de la Sociedad Federalista. Cuando Bush llegó a la Casa Blanca había prácticamente un empate entre jueces conservadores y jueces liberales. Pero a pesar de los desperfectos, la sentencia Roe versus Wade, obsesión de la derecha social, no ha sido revocada.

Si gana Obama se mantendrá el equilibrio, como mínimo durante el primer mandato, principalmente en el Supremo, donde lo más probable es que se produzcan vacantes entre los magistrados liberales. Si es McCain quien vence, en cambio, la época que empieza significará en el capítulo de costumbres todavía una vuelta de tuerca, un nuevo viraje a la derecha y es altamente probable que Roe versus Wade sea revocada. El senador por Arizona empezó su campaña en el centro político cuando debía enfrentarse en las primarias republicanas a una pléyade de personajes que competían entre sí en su extremismo conservador. Pero se lanzó a la competición con Obama después de comprometerse con los grupos de presión conservadores para seguir realizando nombramientos de jueces en la misma línea que George W. Bush.

El envite es muy serio en el caso del Tribunal Supremo, donde actualmente hay un equilibrio precario, con empate a cuatro y un voto cambiante según el tipo de temas que se trate, de forma que en los temas de sociedad suele dar un resultado progresista. Este equilibrio se romperá con un presidente republicano a favor de los jueves conservadores. Los magistrados del Supremo tienen un mandato vitalicio, algo que abre márgenes a la actuación independiente respecto al color del presidente que ha hecho el nombramiento. Ahora mismo son dos magistrados tachados de liberales los de mayor edad y los dos más jóvenes, en cambio, son los que ha nombrado George W. Bush.

Esta derecha judicial tan extremista, en cambio, considera que si gana Obama se producirá un fuerte giro a la izquierda. Steven Calabresi, uno de los fundadoreslo tiene muy claro y ha expresado su profunda preocupación por "las opiniones extremadamente izquierdistas de Obama acerca de los jueces". Calabresi cita unas palabras del candidato demócrata del pasado año ante una asociación de padres de familia para fundamentar la idea de que los jueces que nombrará no atenderán a la ley y a la Constitución, sino a la simpatía que les despierten los acusados. Éstas son las palabras del candidato demócrata: "Necesitamos a alguien que tenga el corazón y la empatía de reconocer qué significa ser una joven madre adolescente. La empatía de entender qué significa ser pobre, afroamericano, homosexual o disminuido físico o viejo. Y éste es el criterio por el que voy a elegir a los jueces".

La catástrofe que anuncia Calabresi conducirá a que se reconozca el derecho constitucional a la asistencia del Estado, que se establezca un mandato federal a favor de la discriminación positiva, el derecho al aborto con dinero público, la abolición de la pena de muerte, procedimientos ruinosos de los accionistas contra los directivos de las empresas, y a la aprobación de indemnizaciones multimillonarias contra negocios legítimos de tabaco o comida por supuesto atentado a la salud. Todo esto suena a incompatible con la Constitución Americana, a orejas de los juristas neocons de la Sociedad Federalista. De ahí que se planteen una duda inquietante sobre la capacidad de Obama de "jurar en buena fe que 'preservará, protegerá y defenderá la Constitución', tal como se exige al tomar posesión de su cargo".

El fondo del debate que se disputa sobre todo en el Tribunal Supremo concierne al enfrentamiento entre dos interpretaciones de la Constitución abiertamente contradictorias. De una parte, están los juristas que consideran la Constitución Americana, con sus correspondientes enmiendas, como un texto a aplicar de forma literal, tal como la concibieron los padres fundadores. Son los originalistas, que han partido de los poderes presidenciales establecidos originalmente en el texto constitucional para elaborar una teoría antidemocrática y premoderna respecto a la división de poderes y a los márgenes de acción del presidente, sobre todo en tiempo de guerra. En este punto es donde engarza el conservadurismo social con el belicismo conservador. Los originalistas rechazan, naturalmente, toda jurisdicción y jurisprudencia extranjera o internacional, incluidas por supuesto las Convenciones de Derechos Humanos y los tribunales internacionales, como algo ajeno al constitucionalismo americano, y constituyen así la vertiente jurídica del unilateralismo en las relaciones internacionales.

La presidencia de George W. Bush no hubiera sido la misma sin los márgenes de acción que obtuvo gracias a los atentados del 11-S y a la declaración de una guerra global contra el terror -para la que recibió, además, poderes parlamentarios- de la que se sabe todo de cómo empezó, pero nada sobre cómo y cuándo acaba. O sí: acaba si vence en las elecciones un presidente que no se adscribe a esta teoría originalista y al colofón de la presidencia imperial que se deduce. Los juristas neocons han puesto nombre a esta cosa monstruosa que le ha crecido a la democracia norteamericana en los ocho últimos años: es la teoría del ejecutivo unitario, un eufemismo para la concentración de poder, la marginación del Parlamento, el asalto de la justicia y la intimidación de la opinión pública.

Entre los juristas más relevantes que han defendido estos puntos de vista están naturalmente quienes han asesorado a George W. Bush en la Casa Blanca durante los últimos ocho años, y han escrito los memorandos de justificación de numerosas transgresiones de la Constitución, como la práctica de la tortura, la anulación del hábeas corpus o las escuchas sin control judicial. Si vence McCain es muy probable que desaparezca del todo la Casa de los Horrores de Bush, sus nombramientos partidistas o las prácticas más escandalosas que afectan a los derechos individuales. Pero persistirá el originalismo y seguirán los nombramientos de jueces conservadores, con todo un potencial regresivo. Si vence Obama, en cambio, se abrirá paso la otra tendencia, la que considera la Constitución como un texto abierto a los cambios y por tanto adaptable a las circunstancias de la sociedad de hoy. Son los interpretacionistas, a los que la derecha considera como subjetivos y propensos a dar el gobierno a los jueces, para que tomen decisiones que no han pasado ni por el Congreso ni por la Casa Blanca.

Obama sólo podrá en una primera etapa mantener el estado de las cosas, lo que ya es mucho. A fin de cuentas, las decisiones que toma el Tribunal Supremo norteamericano terminan también irradiando en todo el mundo, y en primerísimo lugar en Europa. No es arriesgado apostar que una reversión de la sentencia Roe versus Wade se traduciría inmediatamente en una oleada a favor de la penalización del aborto en toda Europa. McCain no es Bush, pero es lo que más se le parece.

Comentarios

-pues así es el país más democrático del mundo y muchos imitándole por ser el más democrático del mundo. La que nos espera si...
¡Qué miedo, Sr. Bassets! ¡Así que si gana McCain ya no podré abortar! Parece un chiste, pero como nos lo cuenta uno de los más grandes comentaristas internacionales de la periferia próxima imperial, habrá que tomárselo en serio. Lo que está en juego no es la dignidad de España o de Europa, puesto que se acepta mansamente que las españolas y las europeas harán lo que se les ordene. Tampoco merece mucha atención la problemática de las clases sociales, ya que para el pensamiento oficial somos todos clase media, hasta los banqueros, los pobres. La cuestión clave de las elecciones americanas, mire usted, reside sobre todo en los jueces estadounidenses, la inmensa mayoría de ellos tocados de un conservadurismo grasiento sean demócratas, republicanos o, incluso, españoles. ¿Será el conservadurismo grasiento simplemente fascismo? La pregunta es atrevida y, para cerciorarnos, convendría hacer unos cuantos estudios sin ánimo de lucro. La respuesta no será una, sino muchas, todas ellas objeto de ulteriores debates, como corresponde a una democracia de papel. En el fondo, las respuestas dependerán de hasta cuando se extiendan en el tiempo las subvenciones para los proyectos sin ánimo de lucro. No hay prisa. En tiempos terribles para los trabajadores, benignos si los comparamos con las crisis sucesivas que nos esperan, el problema se presenta como un mero asunto de "progresismo". Con McCain, los ricos seguirán dando caridad privada: sus esposas se mantendrán en los puestos de combate contra la pobreza, buscando buenos partidos. Pero con Obama será diferente, él está muy empático con los pobres y, si empuña el cetro, hará de la caridad una institución oficial, con muchos funcionarios serios, las ONG más gubernamentales todavía y una excelente sopa popular patrocinada por JP Morgan. Totus tuus, Obama. Mientras el Sr. Bassets nos advierte del peligro de elegir a McCain, mi admirado Fidel, después de haberse reunido con Lula, advierte a McCain que no cuente con el apoyo de Brasil, el gigante latinoamericano. El artículo de Fidel, que podéis leer aquí http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/ref-fidel/art67.html termina con uno de esos comentarios irónicos y sensatos que caracterizan al viejo revolucionario: "El próximo 15 de noviembre tendrá lugar en Washington la reunión convocada por Bush del Grupo del G-20. Apenas se abre un televisor, aparece un jefe de Estado hablando en una reunión de alto nivel. ¿Qué tiempo les quedará a los jefes de Estado para informarse y meditar sobre los complejos problemas que agobian al mundo? El actual Presidente de Estados Unidos no tiene problema alguno: no los resuelve; los crea. La solución para él es tarea de otros". Y, cambiando de tercio, porque si no se aburre uno, deciros que anteayer estalló la tercera bomba en las tres últimas semanas en un gaseoducto de la provincia canadiense de Columbia Británica. La policía no ha querido dar detalles sobre el caso y se ha limitado a hacer una revelación sorprendente, aunque todavía no confirmada: los autores conocen la región. En la misma línea, la reina española desvela que fue ella la que hizo el fotomontaje de la felicitación navideña de 2005. Lo cuenta así El País, con gran despliegue de medios: "Tenía la foto del Rey y mía con Leonor, así que cogí la del verano anterior en Mallorca con los otros nietos y los coloqué debajo". Después se declara "orgullosísima" de haberlo hecho. En fin, majestad, perdone mi atrevimiento, pero en los montajes poco importa debajo o encima, lo que cuenta realmente es el placer que estoy seguro que su majestad experimentó. Ya lo veis: el poder nos libra así, de sopetón, informaciones sensibles que, de caer en malas manos, podrían llevarnos al desastre. Bien está ser transparente, como es lo propio de un régimen democrático avanzadísimo gracias a la economía de mercadillo, pero no es lo mismo libertad que libertinaje. Ante la gravedad de la situación, espero que el Partido Conservador en Canadá y el PP en España pongan los puntos sobre las íes. Con estas costumbres relajadas, así nos va en Afganistán. Por ejemplo, cuando las tropas imperiales salen de patrulla, es evidente que con su presencia señalan al enemigo que están allí. ¡Craso error! Y encima, con esa porquería de vehículos que les dan, como decía el jefe dimisionario de las fuerzas especiales británicas, cualquier campesino piojoso con su escopeta de feria se atreve con ellos. ¡Y eso que son fuerzas especiales y no bisoños! Lejos quedan los añorados tiempos de los tres lanceros bengalíes. Rule, Britannia! Britannia, rule the waves: Britons never never never shall be slaves. Reconoced que la trivialidad tiene un falso contenido revolucionario que la hace digna de estudio. Por mi parte, dejaré esa tarea tan ingrata a otras personas que gustan de los fenómenos secundarios y las investigaciones sin ánimo de lucro.
Pues en mi opinión, que no vale para nada, USA funciona bastante bien como democracia. Sólo allí un negro, o mulato, que podría haber acabado tranquilamente en la puñetera calle, puede acabar siendo elegido presidente. Hecho harto improbable en Europa, desde luego en mi amada Francia énarque, o “énarquista”. Intento recordar, y sólo me viene a la cabeza, de nuevo, lo siento, Australia: Kevin Rudd, el actual primer ministro, tuvo que dormir con su madre en el coche familiar después de que la hermosa granja de Queensland que tenían les fuera embargada. El padre había fallecido por una infección contraída en el hospital tras una intervención quirúrgica, y debían mucho al perder el sueldo de éste. Acabó yendo a la universidad, estudiando mandarín, sirviendo como diplomático… y hasta hoy, en el Lodge, la Moncloa de allí abajo. A su versión del American Dream lo llaman el Fair Go. Chapuza, ¡qué importa lo que nos llamen, mientras tu admirado Fidel se mantenga a distancia y no intente hacer de nosotros unos nuevos Reynaldo Arenas! Cosas buenas que tiene la democracia avanzada; cuando a Adenauer le avisaron de que tenía a un gay en el gabinete, respondió, “mientras no me toque las piernas en el Consejo de Ministros”. Y no te preocupes por mi humor, siempre ésta tan suave como la voz de Dolly Parton en ‘Downtown’. No hay contradicción, querido: sois pocos, muy pocos, en la calle, y sin embargo sois muchos, desproporcionadamente numerosos, en algunos círculos, como el de la educación superior. Si no has visto de los tuyos, será porque para la miopía te compraste alguna de esas lentes fabricadas por la Gloriosa Revolución, de 1959, no la de 1668, aunque estén congeladas en el mismo espacio temporal. Mucho médico para turista y pocas aspirinas y gafas en farmacias y ópticas. Todo ello no contraviene, efectivamente, que hayan visto la luz que se escondía tras las paredes de la prisión auténticas multitudes –ahora sí–, desde las épocas tempranas de Morin y Semprún, quienes fueron tratados como verdaderos cristianos a ser lanzados a los leones. Lo de Adobe era una parodia de vuestro “antisistemismo”. No es vuestra culpa, forma parte de la naturaleza humana. Y no se trata de ese barato darwinismo social, sino del reportaje de Kapuscinski que recomendaba ayer: en la Polonia profunda de principios de los 60, un grupo de paletos rurales que no sabían hacer ni la O con un canuto se entregaron a comprar coches, motos, ropa, radios, televisiones. En un país que jamás había conocido el capitalismo de mercado de consumo, pues venía de siglos de feudalismo, corporativismo pseudo-fascista en el periodo de entreguerras (como dice Judt, en el Este sólo los checos desarrollaron una economía de libre mercado entre guerra y guerra, por lo que tras el golpe del 48 en el que se estrenó una nueva forma de asesinato político, el tiro por la ventana, apenas hubo resistencias a la economía planificada tras el telón de acero*) y un brutal comunismo, que todavía tendría que soportar durante otros 30 años, la gente se lanzó a consumir sin importarle lo demás. Ni los viejos dependientes ni, y por ello el título del artículo, la higiene bucodental. Para horror de un defensor sempiterno de los desvalidos, y de las buenas formas. *Preocúpate menos del acero y los combustibles fósiles de la Columbia Británica y más por el asbesto. En las Antípodas también dio problemas, con un famoso caso de envenenamiento, el de James Hardie, fallecido hace poco. Yo de explosiones e incendios conozco lo de la Estación Gasífera Apache –vaya nombre– del noroeste de Australia Occidental, en Varanus Island.
Gaspard,¡qué abandonada me tienes!
En primer lugar felicitaciones! En cualquier lugar de Europa o Sud America el Senador Obama representaria la derecha y eso no podemos perderlo de vista. Obama representara el Poder si efectivamente es el "elegido" pero no necesariamente ostentara "el poder". Recordar tambien que los intereses Estado-Udinenses estaran por encima de cualquier consideracion.Dicho todo esto entramos en materia. Efectivamente LLuis, hace varios meses que se estan negociando entre bastidores las condiciones del transferimiento de poderes, por cuestiones estrategicas los que mueven la Politica de ese Pais consideran que efectivamente conviene un cambio. Si, sobre la mesa esta el Tribunal Supremo y su eleccion pero eso no nos puede llevar ha pensar que Obama pueda cambiar su composicion,solo en una ocasion durante la campana ha hecho mencion a esa posibilidad,la respuesta no se hizo esperar!! Otra de las cuestiones que se cuestionaban y negociaban eran las relaciones con el Estado de Israel, tambien Obama trato el acercamiento moderado hacia los Arabes incluso prometiendo Jerusalem como Capital de Palestinos al igual que Israelitas,para despues retractarse.Repito hace varios meses que se negocian las condiciones del traspaso de poderes, pero eso tambien sucedio en Sur-Africa y Mandela. Mientras Mandela hacia campana electoral el maximo representante del Movimiento ANC negociaba con el Fondo Monetario Internacional las condiciones del traspaso de Poderes y como se pagarian las deudas contraidas por los dirigentes del "Apartheid" del Gobierno de De Klerk, y por supuesto la explotacion de los recursos naturales, a los cuales no tendrian acceso el nuevo Gobierno del Sr. Mandela. Creo que salvando las diferencias el Senador Obama se encontrara con una situacion parecida, eso proporcionara el tiempo necesario para la reagrupacion de los Republicanos y tal vez desacrediten al Partido Democrata durante muchas decadas. Ayer mismo el halcon John Bolton y Lawrence Eagleburger se regocijaban ante la espectativa de Obama Presidente...como hicieron en su dia con Mandela. Un saludo....Manuel
En el artículo que hoy se publica de Paul Krugman, se señala el fracaso de una estrategia de McCain que fue frustrada por lo que él llama la segunda Gran Depresión. El fracaso se refiere a un "estilo" del candidato, dedicado a ser, durante el periodo de elecciones, una persona apreciada por su "proximidad" o por su "semejanza" al ciudadano de a pie. Un qualunquismo que valora la empatía con el candidato precisamente porque es como él, y que escenifica la superación de las estrategias para basarse en dos polos complementarios: las grandes afirmaciones ideológicas, tan genéricas que ni siquiera son realmente antagónicas entre republicanos y demócratas en lo que afecta al repertorio de problemas que se plantearía un europeo en primer lugar; por otro lado, la aparente pérdida de perfil ideológico de todo aquello que eleva las posibilidades de un candidato: que sea uno de los nuestros, un individuo al alcance de la mano, como podía serlo el comunicador Reagan (con su exaltación de los valores republicanos) o el neokennediano Clinton (con sus constantes invocaciones a los aspectos más liberales de la fundación de la nación). Curiosamente, tan divergencia permitía al ahora denostado McCain disponer de un buen ritmo de captación de simpatías, en la medida en que representaba ese sentido común y no levantaba el vuelo por temor a ser considerado, como en su momento lo fueron Kerry o Gore, personajes demasiado sutiles para poder ostentar la falsa sencillez que nos permite establecer una complicidad y, por tanto, sentirnos "representados". Con el significado doble que esa palabra tiene. Ha bastado la llegada de la economía para que las nimiedades aparezcan como lo que son, para que las diferencias de áproximación a una ideología que quiere preservarse como común a todos los ciudadanos estadounidense (aunque no "idéntica" en aspectos importantes de la vida cotidiana) hayan estallado. De pronto, se ha descubierto que no se desea un estilo, sino una estrategia de protección frente a la crisis. En una sociedad que determina un pluralismo tan restringido, que puede chocar a los hábitos políticos europeos, la democracia ha consistido demasiado tiempo en invocar la preferencia por liberales o conservadores. Quizás el término sea perfectamente adecuado para la cultura europea y no haga falta traducir "liberal" por progresista". En todo caso, debería no confundirse liberal con conservador. Y, desde luego, no dejar de asignar a ambas posiciones una misma calidad ideológica. Determinadas diferencias entre republicanos y demócratas harían de los votantes de los partidos nacionalistas en España fervientes republicanos (la exigencia del poder local frente al central, la primacía de la sociedad frente al intervencionismo), mientras aquí expresan sus preferencias por los demócratas. Otros aspectos llegan a tener factores transversales, como la actitud de la señora Ford no ha dejado de señalar. Y recordemos las reticencias republicanas en intervenciones en el exterior de Estados Unidos (uno de los factores determinantes de la distinción entre unos y otros desde Wilson), frente a la exultante costumbre demócrata de entrar en conflictos lejanos a Estados Unidos, desde Roosevelt y Truman hasta Kennedy y Clinton. En este sentido, Bush ha roto todos los moldes de conducta impropia de cualquier presidente, incluyendo a los presidentes republicanos. Lo ha hecho hacia dentro y hacia fuera, arrasando con el prestigio que podía tener su partido cuando administraciones más sensatas lo dirigían: o por lo menos, aquellas que eran capaces de soportar la tensión entre la lírica y la épica (o entre la palabra y la acción) que caracterizó la mezcla de éxito en la provocación y las afirmaciones prepotentes y la prudencia de Reagan. Obama nos saca de un área infernal y grotesca, no por ridícula menos dañina, un monstruo capaz de despertar la hilaridad y de crear la muerte a su paso, con esa capacidad de síntesis de lo kafkiano y lo dantesco que ha tenido Bush. La reparación de Obama consistirá, de entrada, en un simple regreso a la sensatez y en el abandono de ese mundo de ficción, de esa patria imaginaria que no se ha limitado a afirmarse en espectáculos estéticos, sino a manifestarse en acciones de violencia y de censura. Los criterios de comunicación para ganarse el apoyo de los ciudadanos ya no tienen resortes donde quepa el qualunquismo McCain, que le proporcionó réditos considerables hasta septiembre. Pero no se trata de una diferencia ideológica radical, sino del modo en que una sustancia ideológica común se interpreta. A Estados Unidos siempre le ha faltado una cultura del antagonismo, a diferencia de lo que ha sucedido en Europa. Y todos sabemos que el desarrollo de esa cultura que se refería, por ejemplo, a la actualidad de la lucha de clases, no siempre anduvo por la demanda de la revolución, sino que casi siempre se refirió a la definición del reformismo desde la contemplación de una sociedad plural comprendiendo esa diversidad en modo muy distinto a un "punto de vista", a un enfoque proporcionado por una posición política que nunca ha dejado de mostrar en acuerdo sustancial. Liberales y conservadoras, desde luego. No es poca cosa, no seamos insensatos. Pero lo es en comparación con lo que significa el reformismo o el conservadurismo de procedencia socialista o conservadora en la Europa de nuestro tiempo.
Susi, amor auténtico sólo puede haber uno, aunque en este caso sea a distancia. Así es la fidelidad; no soy rey, pero la aprecio más que un Personaje Real que caza, entre otros, arces, y luego le pone los cuernos de éste a la esposa. Supongo que te refieres al Congo, y que no estarás pensando en enviar tropas. Si no había que mandarlas a Kosovo, cómo pretenderlo para el África negre. A los pobres desgraciados, que ya sufren bastante –en ‘Domingo’ hace meses, un macro-reportaje: violencia, pobreza y SIDA en Kivu. ¿De Ramón Lobo tal vez?–, no les queda ni el consuelo de Kenia, que después de la guerra incivil al menos van a celebrar la victoria de Obama. Recomendable el artículo de portada de ‘Le Monde’ al respecto. Los gobiernos occidentales no hicieron nada, para horror (diría Kurtz) del general canadiense interpretado por Nick Nolte en ‘Hotel Rwanda’. Bueno, sí, hicieron algo: cometieron un crimen masivo por omisión. El establecimiento se llamaba de verdad Milles Colines. Tan bonito y tan trágico. Jean Reno haciendo lo imposible como ministro de Defensa de Balladur. Pero las “ovejas cabreadas” (Denis de Rougemont) que critican todo lo que se les cruza por el camino no dijeron nada. ¿Enviará Obama soldados? ¡Imperialismo disfrazado de humanitarismo liberal!, clamará Chomsky. ¡Bring our troops home!, se gritará, como con la Somalia de Clinton. También hay quejas de que los soldados combaten en Afganistán –pulgada a pulgada, en el ‘Post’– embutidos en “féretros móviles”, pero se exige menos dinero para Defensa. Ni el General Mayor Marc Lessard puede hacer maravillas; Sebastian Morley ni lo aguanta. Yo, si fuera Obama lo tendría bastante claro…, por desgracia. Cambiando también de tercio, aunque tras lo de arriba puede parecer insignificante, permíteme que ahora sea yo quien te pregunte: ¿Qué te parecen los £18m que cobra en tres años Ross, de Radio 2, dignos de un CEO de primera división? Con el dinero que pagan los contribuyentes a la BBC. Sir Michael Lyons pide moderación al que se presentó en la gala de la MTV vestido de Bin Laden después del 11-S (en Australia hizo lo propio el Chaser). Mark Thompson, director general, advierte de la indulgencia del “jacuzzi de dinero” que recibe la pública. La cultura del Establishment súper-guay, según Elizabeth Day. Los CEOs de las compañías que cotizan en el FTSE 100 han perdido £3.000m en lo que va de año, según la consultora Carnival de Micky Arison. ¿Cuánto va a perder Ross & Company? P.S.: Chapuza, hoy es el primer domingo que veo en la sección ‘Bodas’ del NYT a una pareja de gays. A ver qué pasa en California, la patria del Harvey Milk del gran Sean Penn, el martes. Y otra cosa: he empezado a leer ‘Ennemis publics’, de Henri Lévy y Houellebecq. Cuando insultaste a Cohn-Bendit debías de estar confundiéndolo a él, DCB, con BHL. O eso, o los idus del marzo barcelonés del 37, del que Ferrán tanto sabe, empiezan a hacer mella en ti.
Ferran Gallego, muchas gracias, por tu comentario es un post en sí y además prolonga y explicita el post de Lluis Bassets. En EEUU Obama es un milagro aunque si Europa quisiera haría milagros mucho más beneficiosos al vulgum pecus del que formo parte (aunque mejor dotada que muchos.) Y como ponerse a nivel o nivelar sólo puede hacerse cortando la cima de los picos cuando ellos tengan una política de sanidad más justa nosotros habremos perdido buena parte de la nuestra. Aunque (y eso que no existe la lucha de clases) pasan unas cosas ... por ejemplo en Francia esta semana había desaparecido la ayuda al transporte para ir al trabajo y ha vuelto a aparecer en menos de 7 días. Milagros del liberalismo sin lucha de clases.
Gaspard...¿Killing me softly...? Los hechos de mayo del 37 no son insulto a Cohn-Bendit ni por analogía. Demasiado respeto al cenetismo barcelonés ( que tuvo una actitud muy sensata en la defensa de un proyecto que no comparto, pero que siempre mantuvo su tensión de alianza con el frentepopulismo), aunque escaso respeto por el oportunismo del POUM, partido leninista que los propios miembros de la CNT despreciaban por no querer recibir lecciones de un partido "de vanguardia" que les proponía la alianza CNT-FAI-POUM para tomar el poder, mientras que la CNT sólo quería la alianza con ERC y con la UGT...Bueno, esto queda bastante lejos de lo que Bassets nos propone (Entschuldigung, Ludwig....), pero por alusiones. (Por cierto, Gaspard, una pregunta: ¿qué te parecen los análisis de resultados de elecciones francesas que suele dirigir Pérrineau? Yo baso buena parte de mis afirmaciones en ellos).
Aclaración para Ferrán: me refería al poco cariño que sentían por los anarquistas –y Cohn-Bendit, como me dijo Chapuza, nunca fue revolucionario, sólo un anarco, “marxista, tendencia Groucho– los del PSUC. Como se dijo aquí que Cohn-Bendit es un “bendito idiota” (me imagino que era un juego de palabras: Bendit Bendito), algo bastante “fuerte”, como dicen los jóvenes, pensé que o confunde al Verde con Henri Lévy, un neocon francés metido ahora a estrella editorial de Flammarion, o mi pareja de hecho se dedica ya a insultar a socialdemócratas. No he leído a Pérrineau, estoy enfrascado en ‘L’enfer de Matignon’ (Albin Michel). Los primeros ministros de estos treinta años. Me ha gustado Fillon, que puede caer candidato en París tras salir del Hotel, siempre que se modifique el sistema de circunscripciones en las regionales; Barre, acertado en todo, que legó la alcaldía de Lyon, reducto centrista, a su hijo político, el socialista Collomb, el de la “línea clara”; y Rocard, tan grande, como también en su entrevista del sábado (“¿Ha muerto el liberalismo?”, le preguntan. “Pas du tout”, responde). Dado que te interesa la fesología gala, no sé si has tenido ocasión de consultar la encuesta de TNS Sofres para las europeas. En tercer lugar, tras la UMP y el PS, está Cohn-Bendit, empatado con el europeísta MoDem. Si al final Sarko ficha a De Villiers, yo lo siento por Alain Lamassoure, pero votaré al Verde Idiota o a Bayrou. Ahora, me disculparán mis señorías, pero he de abandonar el escaño.
No me extrañan esas perspectivas para las europeas, en especial porque el MoDem puede encontrar en ese escenario electoral mejores perspectivas que en unas legislativas: además, podrá ser una rectificación de lo hecho en el 2007 desde el centrismo. Me compro ahora mismo, por Internet, el libro en el que estás enfrascado. Y, desde luego, Rocard ha sido un maudit de la república: desde su PSA de comienzos de los sesenta hasta esa lastimosa frustraciónd del PSU (ya ves, la afinidad en el nombre me tira). El encargo envenenado de presidir el gobierno en los peores momentos de la crisis le echó a los caballos de los barones socialistas en Rennes y acabó con una carrera que merecía mejor suerte. ¿NO sería alguien a quien citar junto a Mendès France en el recuerdo de los políticos perdidos del siglo XX francés, como podríamos pensar en otros del continente europeo?
Ah...! Y lo de Villiers es, como dices que dicen los jóvenes, "muy fuerte". Pero parece confirmar ese deseo de establecer un campo común de toda la derecha francesa que, en su momento, te planteaba al hablar de la recuperación del elector lepenista. No me extraña en absoluto que el Movimiento por Francia regrese al punto de partida de algunos (aunque creo que Villiers nunca fue gaullista a diferencia de su compañero Pasqua).
Gaspard, gracias por contestar, aunque me he quedado sin saber qué te parece el destino que los bancos "afectados" por la "crisis de desconfianza" están dando al dinero recibido del estado. En cuanto a Jonathan Ross, le he echado de menos este viernes en su programa de entrevistas (y a su banda, "Four puffs and a piano"), por estar suspendido de empleo y sueldo durante tres meses por gastar una broma pesada por teléfono a un conocido actor en un programa de radio. La medida me parece muy bien y me pregunto si algo así se hubiera hecho en España (retirar un programa de gran audiencia). En una sociedad debe haber límites y normas que se deben cumplir y no echar todo en el saco de la “libre expresión”. Ni idea de lo que cobra este señor, y si es lo que dices tú me parece desorbitado (aunque tenga talento).
dos mundos que se van a unir, bello... pues esta vez no habrá sentencia, la empatía es la jerarquización de la distribución de delito cuando éste es unr eclamo frente frente. muy bello, pues
lo más bello del mundo es saber que en Yale , en Harvard, en Pitsburg.. en... cuando se estableció la Ley los poetas no estaban muertos, por eso por eso se peude escribir y cambiar la Ley, Palin, no al aborto, ok! no abortes, pues... ok! empatía a quien no, a quien sí a quien sabe que dos continentes se separan cuando la la ley impide el comercio. ok!, pues sí, es bello eso, la ley la hacen los hombres y eso es tan claro cuando Los Derechos HUmanos fueron irrumpiendo diciendo, no pidiendo, ok! la ley la hacen los HOmbres, la guerra civil también, y es tan bello, pensar que la II Guerra Mundial no existió, existió la primera, la segunda era hambre pura. Rooselv.. cuatro legislaturas? no sé... pero como era lógico no entró en Guerra , claro que... Pearl.. Harbur-....,- perdieron como en Vietnam, como en Iraq, ya puede decir McCain que se presente Obama antes y compita con Bush, sí ya puede decir que es imposible que Obama quiera ganar la guerra de Iraq, o que recuerde que a él le han dado por muerto otras veces, ok! esa historia, debe quedar ya , ya en los libros, de acuerdo, pues Yes, Obama! qué bello!
We Shall Overcome Superaremos los obstáculos y veneremos, no es necesario más Vietnam Ohio, Bruce, S...teen, bello.
mmmm...interesante "I don't want everybody to vote. Elections are not won by a majority of the people. They never have been from the beginning of our country and they are not now. As a matter of fact, our leverage in the elections quite candidaly goes up as the voting population goes down." --Radical Right leader Paul Weyrich, addressing 15,000 conservative ministers in Dallas in 1980.
Lamento comunicarles que ya existe un guion/receta y se llama SOCIALISMO LIBERAL PRAGMATICO - gane Obama o Mc Cain el nuevo modelo es imperativo y ya vigente en toda America - unicas excepciones son Estados Unidos y Canada. ASI QUE el que venga tendra que ser "Bolivariano". Espero me comprendan.
para los que interese (susi en particular) os comunico que en nuestra tertulia hay una entrada sobre Congo y su guerra http://latertuliadelcafe.wordpress.com/ un poco tarde pero más vale...

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