Al-Yazeera, el poder de la pequeña pantalla
Empezó a informar en 1996. Desde entonces, la cadena de television árabe ha cambiado la cara de la difusión de noticias a escala mundial
En menos de una década, la cadena de televisión por satélite Al-Yazeera ha pasado de ser una minúscula cadena de noticias con base en Qatar a constituir una de las diez empresas más potentes del mundo (poco por detrás de Google o Apple). Su poder va en aumento, y la cadena prepara el lanzamiento de su servicio en inglés para competir con las grandes. Para ello ha logrado fichar a algunos de los más altos mandos de las televisiones de noticias internacionales en lengua inglesa, como ya lo hiciera durante su fundación en 1996, según informa The Independent.
Pero el interés es mutuo. El espectacular crecimiento de la cadena árabe ha empujado a otras cadenas de noticias a apostar por la difusión en esta lengua. La BBC ha confirmado el cierre de sus servicios de emisiones en 10 idiomas (búlgaro, croata, checo, greco, húngaro, polaco, eslovaco, y tailandés, entre otros), para potenciar la financiación de su nueva cadena de televisión en árabe.
El año de la fundación de Al-Yazeera coincidió con el despido de 250 periodistas en la BBC por el cierre de la versión en árabe del servicio World Service. La edición había comenzado como una joint venture con una compañía saudí, con la que la cadena británica había tenido desavenencias sobre la línea editorial y problemas por la petición de censura de un informe sobre ejecuciones por parte del Gobierno saudí. Estos divergencias provocaron el cierre del servicio.
El multimillonario Emir de Qatar dotó entonces de una inyección de capital por valor de 150 millones de dólares para fundar la cadena Al-Yazeera, fundada con la colaboración de un alto porcentaje de estos ejecutivos de la BBC, transferidos de Londres a Qatar.
Polémicos comienzos
La expansión de Al-Yazeera tomó forma durante las guerras en Afghanistan e Irak, cuando su potencial para cubrir informaciones en Oriente Próximo desde una perspectiva árabe contrastaba con las dificultades encontradas por otros medios. Pero los famosos vídeos de Osama bin Laden y sus sicarios tras el atentado del 11-S emitidos por la cadena fueron interpretados por EE UU como un intento de justificar el ataque terrorista. Durante la invasión de Afganistán de 2001, Al-Yazeera fue la única cadena con una 24 horas de emisión interrumpida desde Kabul al resto del mundo. (Hasta que dos bombas americanas acabaran con sus oficinas).
Por su parte, Washington cuestionaba la credibilidad de la cadena árabe, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acusó a Al-Jazeera de "mentir de forma consistente" y "trabajar con terroristas".
A pesar de que la cobertura de Al-Yazeera de la 'guerra contra el terrorismo' de Bush mostró cinco horas de discursos de bin Laden y 500 del presidente estadounidense, estaba claro que la cadena era considerada como un enemigo por parte de las administraciones de Washington.
EE UU presionó al Emir a que vendiera la cadena que éste aún subsidiaba con 30 millones de dólares anuales, debido al boicot a la publicidad de la cadena por parte de la mayoría de países árabes, según aseguró el Emir.
La presión política no llegó a materializarse en el cierre de sus emisiones, aunque han insistido con detenciones de cámaras de televisión de la cadena y prohibiciones a reporteros. La página web de la cadena también ha sufrido ataques de hackers que redirigían a sus usuarios a sitios pornográficos o páginas dedicadas a motivos patrióticos estadounidenses.
Un despegue imprevisto
A pesar de todo ello, los suscriptores de Al-Yazeera se duplicaron una semana después del comienzo de la guerra de Iraq. Ahora cuenta con 50 millones de espectadores en su principal franja de emisión, y ha añadido las secciones de deportes: Yazeera Sports, un canal para niños Yazeera Children's Channel, y un servicio en directo Yazeera Live, que retransmite conferencias en tiempo real sin editar ni añadir comentarios. El servicio en inglés Yazeera International será lanzado en marzo del próximo año, con sede en Qatar y oficinas en Londres, Kuala Lumpur y Washington DC.
Portavoces de la cadena aseguran que el principal reto del servicio en ingles estará centrado en cubrir los huecos que dejan televisiones como la CNN, y la BBC. Según el director de la edición internacional de Al-Yazeera, Nigel Parsons -un antiguo ejecutivo de la sección de televisión de la agencia de noticias Associated Press y la BBC- :"Al-Yazeera tratara de retransmitir la información desde el ángulo que la CNN ignora desde que la Fox News Channel del derechista Rupert Murdoch obvió partes de la guerra en Irak". "Trataremos de complementar la cobertura internacional de la BBC, en particular del mundo subdesarrollado, que ha disminuido considerablemente", asegura Parsons.
Con el nuevo servicio Parsons se lleva a algunos de los peces gordos de la industria británica. Además de Sir David Frost -periodista estrella de la televisión británica, y entrevistador de siete presidentes de Gobierno estadounidenses y seis primeros Ministros británicos- la lista incluye a John Pullman, antiguo editor de la popular programa News At Ten; Paul Gibbs, editor del programa matinal de la BBC, BBCBreakfast; Steve Clarke, un ex-ejecutivo de Sky; Al Anstey, que acaba de dejar su puesto como redactor jefe del programa de noticias extranjeras ITN, y Mark Seddon,un editor de Tribune y corresponsal de las Naciones Unidas. Parsons ha recibido además 4.000 formularios para ocupar los 40 puestos en la oficina de Washington de empleados de la CNN, Fox, Sky, la BBC y la cadena de televisión australiana.
¿Pero podrá el servicio en árabe de la BBC quitarle cuota de mercado a Al-Yazeera? Washington ya ha lanzado su propio rival, Al-Hurra, que por el momento ha tenido poco impacto. Y la versión saudí-Al-Arabiya, ha tenido cierto impacto en Iraq y Bahrain.
Existen alrededor de 100 estaciones de televisión en árabe para aquellos suscriptores de satélite, pero están en su mayoría controlados estatalmente, o no son considerados fidedignas por los espectadores.
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